10 septiembre, 2012

Científicos descubren los secretos ocultos del ADN

Actualizado 9:00 P.M. (hora local)

  La Habana, jueves 6 de septiembre de 2012. Año 16 / Número 246

No es frecuente que revistas de tan alto impacto como 'Science', 'Nature', 'Genome Research' o 'Genome Biology' se pongan de acuerdo para publicar simultáneamente los datos de un trabajo, pero en este caso los resultados merecen la unión para sacar a la luz 30 estudios que descubren la parte más oscura del genoma. Gracias a estos trabajos, lo que hace años se consideraba ADN basura deja de parecer un desecho para transformarse en una parte clave para la salud y la enfermedad.

Tras la secuenciación del ADN humano en el año 2000, quedaba mucho por conocer de esa 'enciclopedia' que contiene todas las instrucciones para construir el cuerpo humano. De ahí que se iniciaran varios proyectos para saber más del genoma y conocer cómo funciona.

Los 30 estudios que ahora se publican están englobados dentro del proyecto ENCODE, acrónimo en inglés de Enciclopedia de los elementos del ADN, y han sido realizados en 32 laboratorios de diferentes países entre los que se incluyen el Centro de Regulación Genómica en Barcelona y el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en Madrid.

Lo que ellos muestran es el paisaje completo del genoma. Si hasta ahora los protagonistas de todas las miradas habían sido los genes, el proyecto ENCODE da luz al resto del genoma y desvela que cerca del 80% tiene actividad.

Los científicos se habían centrado en un 2% del genoma o, lo que es lo mismo, en los genes. Uno de los principales motivos es que son ellos los que producen las proteínas, que son las unidades estructurales y funcionales de las células, los 'ladrillos' del cuerpo sin los cuales no habría órganos ni otros componentes. Pero quedaba una parte importante del ADN, al que no se le había prestado tanta atención. Sin embargo, lo que revelan los datos aportados por 440 investigadores es que esa parte del genoma que parecía no tener ninguna función sí que interviene regulando el proceso.

Esas zonas reguladoras son como los interruptores de la casa que es nuestro cuerpo. Son los que activan o desactivan todos los circuitos del hogar. Esta parte del genoma apaga o enciende los genes y además regulan el cuándo, cómo y qué cantidad de proteínas tienen que producir, es decir, es fundamental en la biología humana, tanto que los científicos sugieren cambiar la definición de gen.

"Los elementos reguladores son responsables de garantizar que las proteínas del cristalino estén en las lentes de tus ojos y que la hemoglobina esté en tu sangre, y no en cualquier otro lugar. Es muy complejo. El procesamiento de la información y la inteligencia del genoma reside en los elementos reguladores. Con este proyecto, probablemente hemos podido pasar de comprender menos del 5% a cerca del 75% de ellos", asegura Jim Kent, director del Centro de Coordinación de los Datos (UCSC) de ENCODE.

Por otro lado, también han visto que el 88% de esas regiones reguladoras contienen variantes de ADN asociadas a enfermedades que se activaron durante el desarrollo embrionario. Esto supone que ya desde la etapa fetal se determina la salud del ser humano, aunque luego la aparición de muchas de esas posibles enfermedades ocurrirá si se dan circunstancias particulares durante la vida.

Además, se ha determinado que los cambios en el ADN se dan en zonas reguladoras relacionadas con la enfermedad de ciertos órganos o células. Por ejemplo, las variantes de ADN asociadas a la diabetes se producen en la parte del genoma ahora estudiada, pero no en cualquier punto, sino en la zona que regula los genes que controlan aspectos del metabolismo del azúcar o de la secreción de insulina. Otro ejemplo son las variantes que se dan en las zonas que regulan en sistema inmunológico y que han podido vincular a enfermedades como la esclerosis múltiple, el asma o el lupus.

En definitiva, que el ADN humano está formado por genes y por otras zonas que influyen sobre ellos. Hasta ahora sólo se conocía y se estudiaban los primeros, que serían algo así como los protagonistas de una película, pero el trabajo de ENCODE ha revelado que en esa película hay otros componentes tan o más importantes que los protagonistas, el resto del reparto y de personas que hacen esa película que es el cuerpo humano.

¿Y esto es todo? Pues no. Los datos se han conseguido analizando 147 tipos celulares, incluyendo 235 anticuerpos u otros elementos. Sin embargo, todavía faltaría estudiar muchas más células y tejidos de nuestro cuerpo para conocer mejor cómo funciona nuestro ADN y qué hace para producir unos órganos u otros. Además, lo que muestra este proyecto es una foto fija pero falta el dinamismo del proceso.

El último objetivo de este y otros proyectos, como el de los 1.000 genomas, es comprender el funcionamiento de esa enciclopedia de la que ahora sólo hemos conocido sus páginas, para en un futuro poder desarrollar terapias preventivas y curativas específicas para cada persona. Los avances tecnológicos han permitido este tipo de análisis y se prevé que en un futuro se puedan abaratar tanto que es posible pensar que se pueda 'leer' el ADN de cada persona, así se podrá predecir qué enfermedades va a desarrollar o qué terapias son las que necesita para bloquear o activar alguna parte de su genoma. De momento, ese es un sueño, la realidad es que ya sabemos un poco más de la enciclopedia humana.

07 septiembre, 2012

Descubren inteligencia superior en las plantas

 Descubren inteligencia superior en las plantas
avatar_karen Karen Hermosilla hace 1 día
planta

Muchos teníamos bastante claro que los animales sí tienen sentimientos, conciencia e incluso personalidad, no obstante este conocimiento intuitivo no era aceptado por todos hasta la Declaración de Cambridge, en donde la comunidad neurocientífica plantea que todos los  mamíferos, aves y otras criaturas, incluyendo pulpos, tienen conciencia.

Existían también estudios que decían lo mismo de las plantas. Cleve Backster, un policía de Nueva York, que en 1966 se le ocurrió utilizar el detector de mentiras con las plantas de su oficina, descubrió con este experimento que las plantas sentían y se comunicaban telepáticamente, lo cual por mucho tiempo, hasta ahora, fue descartado por la ciencia.

Resulta que Daniel Chamotivz, director del Centro Manna para la Biociencia de la Plantas en la Universidad de Tel Aviv, escribió el libro  "Lo que una planta sabe", en donde revela que las plantas tienen sentidos, son capaces de sentir sonidos gracias a las vibraciones, y tacto siendo sensibles al frío y al calor moderando, al agua y conscientes de su ritmo de crecimiento.

Por si fuera poco diferencian el color rojo del azul gracias a sus fotorreceptores.  "Responden a sustancias químicas en el aire, a señales de luz. Sí podemos decir que ven, huelen y responden al tacto, siempre que recordemos que al usar esos términos no estamos diciendo que experimentan el mundo de la misma forma que una persona", explica el académico.

Lo más inquietante es cuando plantea: "Cuando miramos a una planta debemos verla como una vieja prima lejana. Hace dos mil millones de años las plantas y los humanos evolucionaron de las mismas células. Unas tomaron un camino y otras otro, pero la biología básica es la misma".

Stefano Mancuso, del Laboratorio Internacional de Neurobiología de las Plantas en la Universidad de Florencia, Italia va más allá y explica la comunicación entre las plantas capaces de avisar al resto sobre peligros que puedan asechar por medio de vibraciones y olores.  Además trasfieren savia a plantas más pequeñas: "Los cuidados parentales sólo se dan en animales muy evolucionados y es increíble que se den en las plantas".

Las plantas tienen inteligencia vegetal, generan un ecosistema vivo, juegan, se relacionan socialmente y son parecidas en resumidas cuentas a los humanos: "En cada punta de las raíces existen células similares a nuestras neuronas y su función es la misma: comunicar señales mediante impulsos eléctricos, igual que nuestro cerebro. En una planta puede haber millones de puntas de raíces, cada una con su pequeña comunidad de células; y trabajan en red como internet".

Cuando Mancuso vuela con su teoría nos sorprende. Nos dice que las plantas manipulan el entorno. Que adquieren formas singulares para hacer creer a los insectos que están en presencia de una hembra y no solo eso sino que controlan también al ser humano. El té, el café, la marihuana, ayahuasca, peyote, san pedro, ipomea, salvia divinorum, hongos y un largo etcétera, son capaces de dominar e influir en nuestros estados mentales.

Además, si llegaran a extinguirse se terminaría toda la vida en la tierra. Se acabaría el alimento y lo que es peor, el oxígeno. Realmente es impresionante, y de seguro difícil de admitir su supremacía. Esta abrumadora y genial evidencia solo hace que pensemos en "verde, te quiero verde" y que el futuro no le queda otra que ser del color de la clorofila. La duda que surge y me preocupa es ¿Qué vamos a comer? OSOM

Link: Sensores químicos podrían detectar los gritos de las plantas

Fuente: Los cinco sentidos de las plantas (BBC) 

"Las plantas tienen neuronas, son seres inteligentes" (La Vanguardia)

05 septiembre, 2012

Falleció investigador de EE.UU. que vinculó a Posada Carriles con el asesinato de Kennedy

Actualizado 9:00 P.M. (hora local)

  La Habana, martes 4 de septiembre de 2012. Año 16 / Número 244

ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ
CENTRAL DEL PARTIDO
COMUNISTA DE CUBA

 

JEAN-GUY ALLARD

El pasado 30 de agosto falleció en su domicilio de Estados Unidos Gaeton Fonzi, periodista e investigador, quien, como miembro del Comité Selecto del Congreso sobre Asesinatos, entrevistó en una cárcel venezolana a los terroristas cubanoamericanos Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, y se hizo famoso por haber dicho la verdad acerca de la conspiración para el magnicidio de John F. Kennedy (JFK).

El investigador, de 76 años de edad, padecía desde hacía mucho tiempo de la enfermedad de Parkinson y radicaba en Satellite Beach, Florida. Reportero desde 1959 hasta 1972 con el Philadelphia Magazine, estaba "obsesionado" con el asesinato de John F. Kennedy, dijo su esposa Marie, quien recordó cómo iba a Dallas "casi cada año" para participar en debates sobre el controvertido tema.

Después de todo, comentó, él trabajó para el Comité Selecto del Senado sobre Inteligencia durante dos años y el Comité Selecto del Congreso sobre Asesinatos, otros dos años. Su libro sobre el tema, The Last Investigation, es considerado por muchos especialistas como su referencia más respetada.

En una entrevista que otorgó a este periodista en el 2004, Fonzi recordó cómo vio a Posada en la cárcel venezolana donde estaba detenido por la destrucción en pleno vuelo de la aeronave de Cubana de Aviación que costó la vida a 73 personas, en 1976.

Leídos a la luz de lo que se descubrió del terrorista y agente de la CIA, sus comentarios de entonces tienen plena actualidad y confirman aún el papel jugado por Posada durante más de cuatro décadas por cuenta de la CIA, y la forma en que se han encubierto sus crímenes para facilitarle un asilo de facto en tierra norteamericana.

Para Fonzi, la carrera de Posada en el mundo de la Inteligencia refleja el poder de un gobierno secreto dentro del gobierno de EE.UU., lo cual explica cómo este terrorista con un historial kilométrico de actividades criminales, disfruta hoy de una vida de jubilado que le otorgó el mecanismo de la CIA de protección a sus veteranos criminales.

Un complot del cubano americano Antonio Veciana, fundador de Alpha 66, contra el Presidente cubano Fidel Castro, planeado para Chile en 1971 —el de los camarógrafos de televisión venezolanos— llamaba la atención de Fonzi y de unos investigadores norteamericanos de la época.

Recordó Fonzi en la entrevista: "La semilla de ese plan, decía Veciana, había sido plantada por su 'asesor secreto', un americano que conoció como Maurice Bishop, alias (lo supimos más tarde) usado por David Atlee Phillips antes de que fuera jefe de la División de la CIA para el Hemisferio Occidental".

En un testimonio Veciana dijo que "entre los involucrados en montar la operación, con credenciales de prensa y documentos auténticos de Caracas, se encontraba Luis Posada Carriles", recuerda Fonzi. "Era una tarea fácil para Posada en aquel momento, pues, aunque siempre estuvo en la lista de asalariados de la CIA, trabajaba con la DISIP, la Policía Secreta venezolana".

UN PLAN IDÉNTICO A eL DE OSWALD EN MÉXICO

Pero algo más que ese complot interesaba al investigador del asesinato de Kennedy: "No era el plan principal, pero un subcomplot que Veciana identificó como urdido por el cerebro de Posada".

"Al igual que Oswald fue utilizado para ser el chivo expiatorio en la conspiración para asesinar a Kennedy, Posada concibió un plan donde un insospechado conspirador era creado para ser el 'chivo' del complot para el asesinato de Castro. Cuando un impostor de Oswald fue enviado para ser fotografiado entrando en la embajada cubana en la Ciudad de México, vinculándole así con Castro, Posada usó a un individuo parecido a uno de los camarógrafos fotografiado mientras se acercaba para hablar con agentes de la Inteligencia rusa en Caracas cuando, en realidad, solo pedía fuego para prender su cigarrillo.

"El experto de contrainteligencia, David Phillips, aseguraría luego, por supuesto, que esas fotos tendrían una distribución mundial después del asesinato de Castro. El plan completo se derrumbó cuando los pistoleros se congelaron en el último momento".

LA INVESTIGACIÓN SOBRE JFK "FUE UNA FARSA"

Cuando fue publicado el informe del Comité Selecto del Congreso sobre el asesinato de Kennedy, fue descrito como "una investigación plena y completa", tal y como prevé la ley del Congreso que creó el Comité.

Pero Fonzi tenía una opinión muy distinta: "De hecho, la investigación fue más bien una farsa, desmedrada por restricciones políticas y burocráticas de la CIA. Constantemente, fueron bloqueados los investigadores del Comité que deseaban excavar más profundamente dentro de las que parecían áreas cruciales que explorar o importantes sospechosos que entrevistar. Esto me ocurrió mucho a mí y a mi partner en Miami, Al González, un exdetective de homicidios en Nueva York".

Fonzi y González hicieron presiones sin éxito durante mucho tiempo para realizar entrevistas bajo juramento con Luis Posada y Orlando Bosch. Pero increíblemente, sus repetidas solicitudes fueron siempre denegadas.

"Nuestra solicitud fue diferida por varias razones, incluyendo la fuerte insistencia del asesor jefe, Robert Blakey, de que el crimen organizado había matado a JFK. La profundidad del esfuerzo o la falta de seguimiento no importaban, mientras se salvaban las apariencias. Pareció obvio, hasta para Blakey, que no investigar a Posada y Bosch resultaría una omisión demasiado visible en el informe final".

En aquel momento, Posada y Bosch se encontraban en la cárcel en Venezuela.

"González y yo fuimos complacidos cuando Blakey nos dio permiso de ir a Venezuela para entrevistarlos, a pesar de que no estarían bajo juramento y la amenaza de posibles cargos adicionales de perjurio".

CON EL PERMISO DE OTRO TERRORISTA DE LA CIA

El colmo: para este encuentro, Fonzi y su colega tuvieron que dirigirse a otro cubanoamericano terrorista de la CIA, Orlando García Vázquez, hombre de confianza del entonces presidente Carlos Andrés Pérez.

"Para conseguir entrevistas con Posada y Bosch, tuvimos que reunirnos primero con el jefe venezolano de Seguridad del Estado, Orlando García Vázquez, quien, como supimos más tarde, era otro exiliado cubano de la lista de pago de la CIA. García fue muy cordial y cooperativo, y nos arregló la entrevista con Posada y Bosch, individualmente, en una pequeña sala de visita del cuartel San Carlos, una cárcel que parecía ser manejada con bastante desenvoltura por las Fuerzas Aéreas venezolanas.

Bosch admitió que era un "buen amigo" de Veciana y que sabía de su complot contra Fidel en Chile en 1971. "Sin embargo, dijo que no había conocido los detalles del plan a través de Veciana sino de un socio. Este 'socio', a partir de otros puntos que Bosch reveló, era, obviamente, su compañero de cárcel y corresponsable en la destrucción del avión de Barbados: Luis Posada. Bosch expresó una rabia profunda acerca de que los dos tiradores en el complot en Chile fracasaron. Los llamó cobardes 'bastardos'".

Las francas declaraciones ofrecidas por Bosch contrastaban, completamente, con lo que obtuvimos de Luis Posada, dijo Fonzi.

"Posada puso sus pies en la mesa, sonrió y admitió muy poco. Pero dijo que no conocía bien a Veciana, que lo vio una o dos veces y que no estuvo implicado con él en el plan de asesinato de Castro. Posada fue, deliberadamente, vago acerca de la cronología de su asociación con la CIA. Dijo que no recordaba cuándo abandonó la Agencia. También dijo que no conocía a David Atlee Phillips, figura clave de la Agencia en su guerra secreta contra Castro.

"Posada no sabía entonces que el propio Phillips, al conocer que el Comité tenía acceso a ciertos archivos de la CIA, admitió que Posada era uno de sus operativos y que trabajó, activamente, con él en sus actividades chilenas".

Tampoco sabía Posada que Veciana iba a contarlo todo, años más tarde, en un programa de radio de Miami, precisando, detalladamente, su papel en la conspiración.

"La arrogancia y el desdén con que Posada trató a investigadores oficiales enviados por un Comité del Congreso estadounidense para representar al pueblo de EE.UU., refleja el poder de un gobierno secreto dentro del gobierno de EE.UU. Durante por lo menos cuatro décadas, una parte clave del poder de este gobierno secreto implica la influencia política y financiera de la comunidad cubana de Miami", concluía Fonzi.

"Desde esa comunidad también vinieron los elementos más eficientes de la acción encubierta del gobierno secreto, incluyendo a hombres como Luis Posada. No hay que sorprenderse de que individuos como Posada tienen que regresar a su base de Miami y buscar, en sus últimos años, consuelo y aceptación por su consagración de toda la vida al terrorismo como arma política", reflexionó el investigador que añadió: "Solo en Miami".

Esto fue dicho años antes del juicio de Posada en El Paso, donde se ignoró a propósito el pasado eminentemente terrorista del viejo asesino, sicario de la guerra sucia del imperio contra América Latina.