20 febrero, 2010

CAMBIO CLIMÁTICO: Yvo de Boer, primera víctima de Copenhague

Por Stephen Leahy

Yvo de Boer junto a John Ashe en Copenhague / Crédito:Servaas Van den Bosch/IPS
Yvo de Boer junto a John Ashe en Copenhague

Crédito: Servaas Van den Bosch/IPS

UXBRIDGE, Canadá, 19 feb (Tierramérica) - Yvo de Boer, el principal funcionario de las negociaciones para conseguir un tratado contra el cambio climático, anunció su renuncia el jueves.

Todavía no hay un acuerdo global para combatir el calentamiento global, y el respetado De Boer, secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático que trabajó incansablemente en los últimos cuatro años para facilitar un entendimiento, dijo basta.

La conferencia de "Copenhague no produjo un acuerdo claro en términos legales, pero el compromiso político y el rumbo hacia un mundo bajo en emisiones son abrumadores", dijo el holandés De Boer en un comunicado.

"Siempre sostuve que mientras los gobiernos suministran el necesario marco político, las verdaderas soluciones deben venir de las empresas", agregó. Cuando su renuncia se haga efectiva, el 1 de junio, De Boer trabajará para el grupo consultor KPMG como asesor global en clima y sustentabilidad, así como con varias universidades.

La tan promocionada conferencia de Dinamarca, celebrada en diciembre bajo el lema de "sellemos el acuerdo", terminó con Estados Unidos, Brasil, India, China y Sudáfrica pergeñando un pacto llamado el Acuerdo de Copenhague.

Esas tres páginas no tienen fuerza de ley, ni compromisos globales para reducir la contaminación causante del cambio climático. Los países partes de la Convención fueron llamados a expresarle su apoyo firmándolo antes del 31 de enero. Menos de 60 de los 193 Estados lo hicieron en fecha.

Muchas naciones en desarrollo y organizaciones no gubernamentales denunciaron que el acuerdo amenazaba el legítimo proceso multilateral, cuya consolidación había insumido tantos años.

"El acuerdo no fue el camino correcto. Es como la Organización Mundial del Comercio, donde unos pocos grandes países toman todas las decisiones importantes", dijo Andrea Harden-Donahue, encargado de la campaña de energía de Council of Canadians, la mayor entidad no gubernamental de Canadá.

"Quizás la salida de De Boer abra cierto espacio para desechar el acuerdo y poner de nuevo en marcha las negociaciones", dijo Harden-Donahue a Tierramérica.

Aunque en Copenhague se reunieron 120 gobernantes de todo el mundo, el fracaso fue un resultado profundamente decepcionante para De Boer. Sin embargo, su decisión de renunciar ya se escuchaba como rumor antes de la conferencia.

"No es una sorpresa total, sobre todo porque el cargo fue como estar en una olla de presión durante cuatro años", opinó David Martin, coordinador de clima y energía de la filial canadiense de Greenpeace. "Será difícil de reemplazar", dijo Martin a Tierramérica.

"La renuncia de Yvo de Boer, supuestamente por la frustración que causó el fracaso de Copenhague, es una gran pérdida en el proceso de crear una política internacional en las Naciones Unidas", sostuvo Saleemul Huq, encargado del programa de cambio climático del Instituto Internacional para el Ambiente y el Desarrollo, con sede en Gran Bretaña.

"Muy lejos de ser un burócrata mesurado, como probablemente sea su sucesor, él estaba dispuesto a ser contundente y decirle las verdades al poder", aseveró Huq en una entrevista por correo electrónico.

El fracaso de Copenhague no fue por la falta de liderazgo de De Boer, sino por la falta de buena fe de los mayores emisores de gases de efecto invernadero, sostuvo Rebecca Tarbotton, directora de programa de Rainforest Action Network, una organización no gubernamental con sede en Estados Unidos.

"Más allá de quién sea el nuevo jefe de la Convención, las negociaciones no tendrán éxito mientras los países que más contaminan, en especial Estados Unidos, no traigan a la mesa metas claras, financiación justa y voluntad de aceptar un tratado obligatorio para prevenir una catástrofe climática", dijo Tarbotton en un comentario por correo electrónico.

De Boer insiste en que permanecerá en su cargo hasta el 1 de julio y ayudará a impulsar las negociaciones con miras a la nueva conferencia que se celebrará en noviembre en Cancún, México.

"Los países responsables de 80 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono liberadas por la energía han presentado planes y metas nacionales para afrontar el cambio climático", dijo.

"Esto muestra su compromiso para dar respuesta y trabajar hacia una salida acordada en Cancún", añadió.

De hecho, esos compromisos de reducciones están muy por debajo de lo que se necesita para mantener el calentamiento global de este siglo en dos grados, un objetivo que las naciones ricas han aceptado.

Los países más afectados de África y los pequeños estados insulares, entre otros, sostienen que su propia supervivencia depende de mantener el calentamiento debajo de 1,5 grados.

Análisis realizados por la red de científicos climáticos Ecofys, entre otros, calculan que esas reducciones ofrecidas llevarán al mundo a un catastrófico aumento de tres grados de la temperatura global.

* Publicado por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (FIN/2010)

11 febrero, 2010

La jugada del Caribe

Ana Esther Ceceña et al.

Ay! Haití la negra, llorando está
Pablo Milanés

ALAI AMLATINA, 11/02/2010.- El 12 de enero de 2010 fue un día de mucha incertidumbre, pero también de muchas confirmaciones. Puerto Príncipe, lo más cercano a un centro urbano moderno en el país más pobre del hemisferio occidental, amaneció con un terremoto de 7 grados de intensidad que dejó al pueblo, al Presidente y al propio Dios sin casa, al derrumbarse incluso el Palacio Presidencial y la Catedral.

Ese pequeño pedazo de La Española, pionero en la sublevación independentista, se debate hoy entre una catástrofe económica que lo ha sumido en la pobreza y le ha cancelado la autosuficiencia alimentaria(1), una catástrofe natural comparable a un bombardeo nuclear aunque sin efectos radioactivos, y una nueva ocupación que refuerza su condición de colonia.

La inmediata respuesta solidaria de la comunidad mundial enviando alimentos, medicinas y cobijas, se combinó con la presencia de médicos cubanos que desde hace 11 años trabajan apoyando al pueblo de Haití y que en estos momentos jugaron un papel central en la atención a las víctimas. Las difíciles condiciones del país, no obstante, no facilitaron la distribución rápida de la ayuda humanitaria, y los medios de comunicación, en cierta medida liderados por la CNN, fueron colocando como sentido común la idea de una situación de creciente caos e ingobernabilidad, que justificaba la presencia militar no sólo de los integrantes de la MINUSTAH(2), sobre terreno desde 2004, sino de nuevos contingentes de ¡tropas de asalto!

Si bien al inicio se había autorizado a la MINUSTAH colocar hasta 6700 efectivos militares en Haití, ese tope fue incrementándose hasta alcanzar el 30 de noviembre de 2009 una cifra de 9065 efectivos uniformados, incluidos 7031 soldados(3) y 2034 policías(4), apoyados por 488 funcionarios internacionales, 1212 funcionarios nacionales y 214 voluntarios de la ONU. Esta Misión, con un presupuesto anual promedio de 600 millones de dólares, ha sido denunciada por la organización inglesa Save the Children (No one to turn on to, 2008) por las sistemáticas violaciones sexuales, maltrato o incitación a la prostitución de niñas y niños haitianos, además de ser denunciada por organizaciones de derechos humanos y misiones de observación de la sociedad civil por los atropellos que con toda impunidad se cometen en nombre del restablecimiento de la paz.

Fuerza supuestamente de paz compuesta por uniformados de muchos países, notoriamente latinoamericanos, la MINUSTAH ha sido repudiada desde un inicio por la población haitiana por tratarse de una imposición que conculca las facultades de autodeterminación y el ejercicio de una democracia plena en Haití, además de estar autorizada para reprimir a los haitianos hasta en caso de sospecha.(5)

Hoy, en una jugada muy audaz, es directamente el Comando Conjunto de Estados Unidos, a través del Comando Sur, quien se erige como autoridad suprema controlando movimientos aéreos, marinos y terrestres. La MINUSTAH y sus efectivos quedan bajo las órdenes de las divisiones del Comando Sur en virtud de la atención al desastre.

Nadie objeta estos movimientos del ajedrez del poder hegemónico que en muy pocas horas transformaron la geopolítica continental. La comunidad internacional parece haberse hecho cargo de Haití como si fuera un desierto sin capacidad de organización propia desde 2004, y mucho más ahora después del terremoto. La comunidad internacional parece aceptar que las disposiciones de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos son universales y que las tropas son necesarias para apaciguar a ese pueblo indómito.

Descartando la hipótesis de que el propio Estados Unidos haya provocado el terremoto,(6) lo cierto es que unas horas después del desastre ya estaba en suelo haitiano la dramáticamente célebre 82 División Aerotransportada del ejército de Estados Unidos, responsable de las invasiones a Dominicana (1965), Granada (1983) y Panamá (1989), y, para el 26 de enero, el número de soldados que e movió hacia Haití, sumando los que hay en tierra y mar, asciende a 12500.(7) Nadie sabe a ciencia cierta qué función puedan estar cumpliendo los integrantes de una brigada netamente ofensiva, equipada con armamento sofisticado que incluye misiles, y con capacidad de neutralización y aniquilamiento de fuerzas vivas y la toma de territorios en muy breve plazo. Es decir, una fuerza de asalto de respuesta rápida. Habría sólo que recordar que en Granada y Panamá se trataba de operativos de invasión y ahora de uno, en principio, humanitario.

Dadas las circunstancias podría en verdad hablarse de una invasión limpia, al no necesitar despliegue de fuerza aérea y artillería para el bombardeo previo. El terremoto hizo el trabajo sucio, sin bajas para el invasor.

No hay mejor teatro de operaciones.

Estados Unidos desplegó eficientemente todo un operativo de guerra y se ha ocupado mucho más de controlar que de apoyar. Se hizo cargo de las comunicaciones controlando no sólo el aeropuerto sino todos los movimientos en las costas, al punto que el Vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, sostiene que Estados Unidos"…está aprovechando una desgracia terrible de un pueblo hermano para asentar presencia militar permanente, en una estrategia de militarización, de control en el continente"(8), y el presidente Evo Morales está llamando a una reunión de las Naciones Unidas para detener la escalada. Pero ni la ONU está en condiciones de interpelar las decisiones interventoras de Estados Unidos, ni los halcones están en disposición de soltar la presa. El imperio ha tomado muy en serio la pérdida estratégica que han significado los procesos revolucionarios recientes en Latinoamérica.

Además del buque hospital USNS Comfort, con cerca de mil elementos de personal médico que curiosamente atienden sólo alrededor de 100 pacientes diarios, se colocó en las costas de Haití, que por la cercanía (74 km.) son también las costas de Cuba, un portaviones nuclear (USS Carl Vinson) y dos buques de asalto anfibio (USS Bataan, USS Nassau).Todas estas naves, en realidad, son bases militares itinerantes que complementan las posiciones en tierra y que otorgan una mayor versatilidad y flexibilidad a las redes de control militarizado.

De acuerdo con información oficial, se han creado oportunamente dos nuevas Fuerzas de Tarea:

El Comando Sur de Estados Unidos ha establecido la Fuerza de Tarea Conjunta- Haití (JTF-H) para observar los esfuerzos de ayuda de los militares de Estados Unidos en Haití y ha nombrado al Teniente General del Ejército de Estados Unidos Ken Keen(9) como su comandante. Más de 20000 militares norteamericanos, 23 navíos y más de 120 aviones están apoyando las operaciones para proveer ayuda y cuidado a más de tres millones de haitianos afectados por el terremoto del 12 de enero.(10)

La otra Fuerza de Tarea, la 48, tiene sede ni más ni menos que en Cuba, en la base de Guantánamo, y por ahora se ocupa de coordinar "…los activos de tierra y aire para entregar oportunamente la ayuda humanitaria a Haití" según Patricia Wolfe, comandante de la Fuerza, quien recuerda que:

El suministro oportuno de esta ayuda es sólo posible por la estrecha proximidad de la Base Naval de la Bahía de Guantánamo (GTMO) con el área afectada. GTMO es obviamente una posición clave para atender los requerimientos estratégicos en esta región. (http://www.navy.mil/search/display.asp?story_id=50733)

De manera que si esto no es una ofensiva de guerra contra Haití tal vez sí lo sea para sus vecinos. Las nuevas posiciones ocupadas no sólo rodean el Caribe sino que cortan el paso entre Cuba y Venezuela y, mediante triangulaciones con las bases de la zona crean condiciones de aislamiento para cada una de las islas caribeñas.

Cuba, por lo pronto, queda cubierta por todos los flancos.

Con estas dos nuevas Fuerzas de Tarea a partir del desastre, una con sede en Haití y otra ubicada en Guantánamo, se puede pensar que estamos en el inicio de una reorganización completa de la estrategia militar en esta región o, por lo menos, de una reorganización operativa con miras más ambiciosas que en el pasado, y preparando condiciones de intervención inmediata en cualquier situación y lugar que así lo requiera, desde su perspectiva, en el área.

Con las viejas y nuevas bases en Colombia, las potenciales bases en Panamá, Palmerola, Guantánamo, Aruba y Curaçao, Estados Unidos tiene una situación de total control de movimientos en la región caribeña, o amazónico-caribeña. México queda cercado en el Golfo y sometido por la Iniciativa Mérida, y en coordinación con Colombia como parte del corredor de contención que Estados Unidos ha ido propiciando para detener los procesos de transformación en el continente.

Buena jugada! Haití queda ocupado, Cuba rodeada, la IV flota ondeando sus banderas en todo el Caribe y Venezuela acosada.

Pero en el Caribe no hay guerra. El Caribe es una zona de paz… y catástrofes.

- Ana Esther Ceceña, Humberto Miranda y equipo de investigación del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica (www.geopolitica.ws). Colaboraron estrechamente en este trabajo, David Barrios y Rodrigo Yedra.

Notas:

(1) Hasta los años 70 del siglo XX Haití fue autosuficiente en arroz, que es la base de la alimentación. A partir de entonces y como producto de una combinación de políticas neoliberales, se perdió la suficiencia al punto que hoy se importa más del 80 % del arroz que se consume. Pero en general de una dieta alimenticia que se producía en un 90 % dentro del país, hoy se importa el 55 % (Rodríguez, José Luis, citado en Sánchez, José Tomás, ¿Qué hacemos en Haití?, www.ea.com.py).

(2) Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití.

(3) Los países que aportan personal militar, con Brasil a la cabeza, son: Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Guatemala, Jordania, Nepal, Paraguay, Perú, República de Corea, Sri Lanka y Uruguay.

(4) Países que aportan personal policiaco: Argentina, Benin, Bangladesh, Brasil, Burkina Faso, Camerún, Canadá, Chad, Chile, China, Colombia, Côte d'Ivoire, Croacia, Egipto, El Salvador, España, Estados Unidos, Federación de Rusia, Filipinas, Francia, Guinea, Jordania, India, Jamaica, Madagascar, Malí, Nepal, Níger, Nigeria, Pakistán, República Centroafricana, Rwanda, Rumanía, Senegal, Serbia, Sri Lanka, Suiza, Togo, Turquía, Uruguay y Yemen.

(5) La sospecha se ha ido instalando como elemento de justificación para acciones punitivas de parte de las fuerzas públicas, negando así las atribuciones de las instancias de justicia. En el caso de las misiones humanitarias o de paz, cuyo propósito debería ser restablecer y/o garantizar las condiciones para un funcionamiento regular de las instituciones democráticas, no debería permitirse tal grado de impunidad a las tropas que están autorizadas a disparar si creen que alguien parece sospechoso.

(6) Lo mismo ocurrió con el ataque a las torres gemelas. Algunos investigadores y periodistas han sostenido que se trató de un autoatentado para justificar los cambios drásticos de política militar que le sucedieron. Y en este caso ya circulan escritos basados en informaciones sobre el Proyecto HAARP con base en Alaska, sosteniendo la hipótesis de la capacidad de generar cambios climáticos y catástrofes como el terremoto en Haití.

(7) http://www.abn.info.ve/noticia.php?articulo=217451&lee=16

(8) "Bolivia teme que Haití se convierta en otra base militar estadounidense". En DiarioCoLatino.com, San Salvador, enero 28, 2010. http://www.diariocolatino.com/es/20100119/internacionales/75895/

(9) Ken Keen es el Military Deputy Commander (Comandante suplente o adjunto) del Comando Sur y tiene amplia experiencia en la región, además de haber comandado la Fuerza de Tarea Ranger en la Operación Tormenta en el Desierto y de haber formado parte del Comando Conjunto del EUCOM en 2007-2009. Se trata de un militar de la más alta categoría y experiencia en zonas de guerra y conflicto, en plenas funciones, con trabajo reciente en áreas de alto riesgo estratégico. En América Latina fungió como Oficial de las Fuerzas Especiales en Panamá (1977-1980); Oficial del Grupo de Entrenamiento Militar en Honduras (1980); Comandante del Grupo Militar de Estados Unidos en Colombia (2001-2003); Comandante del Ejército del Sur de Estados Unidos (2005-2007) y estudiante en el Comando Brasileño y el Colegio del Comando General en Brasil (Brazilian Command and General Staff College) (1987-1988). (http://www.southcom.mil/AppsSC/pages/dcdrBio.php). No hay que descuidar este último dato y los vínculos que implica, sobre todo teniendo en cuenta el papel de las Fuerzas Armadas brasileñas como comandantes de la MINUSTAH.

07 febrero, 2010

El G7 solicitó a organismos internacionales que cancelen la deuda de Haití

18:07 | La idea es ayudar a la reconstrucción del país caribeño. Los países integrantes ya le condonaron la deuda.
EFE

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Los países del grupo ya perdonaron la deuda con Haití. (Foto: EFE)
Los países integrantes del G 7 dijeron este sábado, al final de su reunión, en la localidad canadiense de Iqaluit, que la deuda de Haití con instituciones como el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano del Desarrollo (BID) "debería ser cancelada" para facilitar la reconstrucción del país.

El ministro de Finanzas de Canadá, Jim Flaherty dijo que están "comprometidos al perdón de la deuda, de hecho, toda la deuda bilateral con Haití ha sido perdonada por los países del G 7".

"La deuda con instituciones multilaterales debería ser perdonada y vamos a trabajar con estas instituciones y otros socios para que esto suceda lo antes posible", añadió Flaherty.

Rodeado por sus homólogos de Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón, Flaherty dijo que los siete países más desarrollados del mundo también discutieron la reconstrucción de Haití tras el terremoto del 12 de enero.

"Discutimos la ayuda que Haití va a necesitar para la reconstrucción a largo plazo a medida que emerge de la actual situación de emergencia a consecuencia del terremoto", explicó.