22 marzo, 2011

Haiti: ¿un cara pálida del presidente? por ISMAEL LLONA

Jueves, 17 de Marzo de 2011 09:25 Ismael Llona M.

El domingo 20 Haití votará para elegir a su nuevo Presidente. Lo hará
debilitado por sus nuevas tragedias (el brutal terremoto, los
huracanes, el cólera) y sabiendo –o sintiendo- lo limitado de las
atribuciones reales que tendrá quien suceda a René Preval, en un país
donde de hecho se ha establecido un protectorado: las grandes
inversiones las aprueba el extranjero, las fuerzas armadas del Estado
son las de Naciones Unidas comandadas e integradas por extranjeros, el
aparato del Estado subsiste a penas con fondos de "la comunidad
internacional" y el mayor ingreso de la economía interna es el
resultante de las remesas de la diáspora.

Sin embargo se supone que esta vez los votantes superarán a los de la
primera vuelta, de noviembre, donde se abstuvo entre un 70 y un 80 por
ciento de los que tenían derecho.
Se enfrentan Madame Manigat y Monsieur Martelly.
Los "observadores" en Port au Prince entenderían como "alta
participación" una que bordeara el 50 por ciento.
Manigat es una catedrática universitaria, social-cristiana, ex primera
dama por cuatro meses, de 70 años.
Martelly es un cantante popular, sin teorías políticas conocidas, de 60 años.
Manigat se caracteriza por ser una persona conservadora, esposa de un
ex Presidente conservador, ex profesor en universidades francesas,
elegido casi a dedo en 1988, a la salida de los Duvalier.
Martelly canta bien y es un artista chabacano que se disfraza de mujer
y muestra el culo en los carnavales, además de crear y bailar hip hop
y konpá.
¿Podrá Sweet Micky (ese es el nombre artístico de Martelly) derrotar a Manigat?
.
Pienso que sí y eso no habla mal de los haitianos. Sólo señala la
posible conexión entre el haitiano real de hoy y sus "representantes".
Si los electores fuesen sólo los políticos haitianos, la ganadora
sería sin duda Manigat. Pero van a votar más de un millón y medio de
personas que saben que su vida poco cambiará con el voto y que se
trasladarán desde campamentos malsanos y kais (casas) de barro u
hojalata a centros de votación, a ver qué pasa, gentes que han estado
yendo, en el último tiempo, de carnavales a ceremonias religiosas en
busca de pasatiempos y consuelos.

En un país donde murieron más de 200 mil personas en el terremoto,
donde mueren 120 niños por cada mil antes de cumplir cinco años (115
más que en Cuba, que está al lado), donde el 80 por ciento es
analfabeto, donde la cesantía es un mal crónico, donde el cólera y
otras enfermedades evitables matan por miles, donde la expectativa de
vida es de 50 años ( casi 30 años menos que en Chile), ¿por qué no
puede un cantante estrafalario derrotar a una compuesta señorona que
mucho conoce de la historia y los males de Haití pero no ha podido
hacer algo para mitigarlos?

En Haití sólo se vota universalmente desde 1990. Y por medio de
elecciones más o menos limpias sólo han llegado al gobierno dos
dirigentes: Jean Bertrand Aristide (dos veces) y René Preval (dos
veces). Sólo ha terminado su mandato (dos veces) René Preval.
Poco podemos desde aquí distinguir, pero Mirlande.Manigat se ha
mostrado, entre otras cosas, partidaria de mantener en su país las
tropas de Naciones Unidas, y ha invitado al ex Presidente Aristide
(que debe volver al país el jueves 18 desde el exilio) a colaborar con
ella en planes de educación. Como buena social-cristiana es cercana a
los EEUU y a la OEA.

Por su lado, Sweet Micky se ha mostrado más crítico de "la comunidad
internacional", aunque es casi un ciudadano norteamericano (vive buena
parte del año en Palm Beach y hace sus negocios en EEUU y Canadá), y
más cercano a Bebé Doc, ex dictador que hace poco volvió a su tierra,
sin ser apresado.

¿Puede una candidata estar cerca, al mismo tiempo, de la ONU y de Aristide?
¿Puede otro estar cerca, al mismo tiempo, del "cambio" y del tirano Bebé Doc?

Pero hace sólo cinco años, ¿alguien podría haber creído que a Haití
volverían Bebé Doc, que fue derrocado en 1987, y Aristide, que fue
obligado a partir el 2004 por Francia, EEUU y la anarquía, ahora que
en Haití pesa más que nunca el poder de "la comunidad internacional" y
el de los EEUU y Francia?

No es fácil prever el comportamiento de los pueblos. Y de los
dirigentes. Y menos entender cómo operan los intereses de las grandes
potencias en Haití.

Haití sigue siendo el país del creole (para que no lo entiendan los
extranjeros), de los zombis, de las catástrofes y la alegría, de los
carnavales y las plegarias al Bon Dieu, de las barricadas y el naif,.
Y del baile y el canto, siempre. Tal vez por ello puede ser Sweet
Micky. Para mostrarle el culo a todo el mundo.

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