La fotografía digital propicia nuevas formas de guardar las fotos que además permiten compartirlas de manera rápida y sencilla
Muertos los carretes, el principal problema al que se enfrentan los usuarios de las cámaras digitales son los archivos. Con un pie en el trabajo y la cabeza todavía en la playa son muchos los recién llegados que se encuentran con más de 1.000 fotografías digitales guardadas en la tarjeta de memoria de su cámara, pero que no saben cómo manejarlas ni qué hacer con ellas. Ante semejante volumen de información gráfica, el primer paso es descargar estas imágenes en un ordenador para ordenar las fotografías a gusto del propio usuario: en función de la fecha concreta en que se realizaron, de los sitios de interés visitados, de los protagonistas de cada imagen, etc. Una vez finalizada esta tarea de "orden y limpieza" es el momento de compartir estas vivencias con los familiares y amigos, aunque estos se encuentren en otro continente.
Todas las cámaras digitales incorporan programas para descargar las fotografías al ordenador y organizarlas de forma personalizada. En la mayoría de los casos basta con conectar la cámara con el PC mediante un cable USB y pulsar la opción de trasladar las fotos. Sin embargo, estos programas no siempre funcionan como deben y complican una tarea muy sencilla. Por eso es preferible conectar la cámara como un dispositivo de almacenamiento masivo de archivos, esto es, como si el ordenador creyera que se trata de una simple memoria USB (o 'pendrive') y pasar las imágenes "a mano", tal y como si se tratara de una copia desde un CD u otro disco duro. Lo mejor es que el ordenador disponga de ranura para leer tarjetas de memoria porque así el usuario se ahorrará la necesidad de conectar cables y las fotos se trasladarán de forma veloz: basta con sacar la tarjeta de la cámara, introducirla en la ranura del ordenador y copiar las imágenes desde el explorador de archivos.
Los principales sistemas operativos diseñados para ordenadores personales incorporan un programa para organizar las imágenes. También son capaces de detectar que hay una cámara conectada y extraer de ella las imágenes. En el caso de Windows, es el propio sistema el que las organiza por carpetas clasificadas según la fecha en que se tomaron.. En Mac OS X, el sistema operativo de los ordenadores Mac, el programa llamado iPhoto organiza las imágenes descargadas de un modo mucho más visual y detallado. Y en Linux las opciones se multiplican, aunque una de las más extendidas es Lphoto.
Organizar las fotos
Una vez volcadas las imágenes en el ordenador, se procederá a la clasificación. Cuando se abre la foto, es recomendable introducir etiquetas para agrupar las imágenes por temas, aunque también se les puede poner título y escribir algún comentario. iPhoto cuenta con un sistema muy sencillo y visual para clasificar las fotografías. Sin embargo, este gestor de imágenes sólo está disponible para el sistema operativo Mac OS X. Para los usuarios de Windows puede ser una buena alternativa descargarse el gestor gratuito de imágenes Picasa, una aplicación excelente como organizador y buscador de imágenes.
En concreto, Picasa identifica todas las imágenes que contiene el ordenador y las ofrece de forma visual en un cómodo sistema que se maneja con la rueda del ratón. Basta con pulsar una foto para abrirla y enriquecerla con un título, descripciones o agregarla a un nuevo álbum. Una opción que, por otro lado, permite ver las imágenes por áreas temáticas, por fechas concretas, en modo diapositiva o comprimirlas para enviarlas por correo electrónico.
Álbumes online
Los usuarios que cuenten con ordenadores conectados a Internet gozan de la posibilidad de crearse su propio álbum fotográfico online. Los servicios que ofrece el mercado son muy diversos, aunque los más populares son Flickr y Picasa. Ambos disponen de una versión gratuita y otra de pago que permite almacenar más fotos y ofrece funciones adicionales. En el caso de Flickr, la versión gratuita permite subir un máximo de 100 Megabytes al mes (unas setenta fotos) y sólo muestra las 200 imágenes más recientes.
La principal ventaja de la cuenta Flickr es que a través de ella se pueden subir fotos ilimitadamente por algo más de quince euros al año, y permite que se vean todas las fotografías almacenadas. Picasa ofrece también una opción gratuita con un límite único de almacenamiento de 250 Megabytes (unas 170 fotos). La opción de pago se compone de diferentes ofertas según precios (la más barata ofrece diez Gigabytes anuales por algo más de doce euros).
Con el fin de utilizar y beneficiarse de los servicios de Flickr, ya sea a través de su modalidad gratuita o de pago, es necesario acudir a la página del servicio y darse de alta con un nombre de usuario y una contraseña. A partir de entonces ya se puede iniciar el proceso de subir fotos del ordenador de manera sencilla para clasificarlas por temas y titularlas. Eso sí: conviene descargarse una de las herramientas que el mismo Flickr ofrece, Flickr Uploadr, para no verse obligado a subir las imágenes de una en una.
Disfrutar del servicio de álbumes web de Picasa supone, a diferencia del anterior, que el usuario se haya instalado con anterioridad el gestor de imágenes de escritorio en el ordenador. Ya instalado, Picasa ofrece para cada imagen, o conjunto de imágenes, la opción de subirla al servicio web, pulsando un solo botón. Se pueden crear tantos álbumes como se deseen, siempre que no se pierdan de vista las limitaciones de tamaño en la opción gratuita. En ambos servicios se puede indicar si las fotos son privadas (sólo las puede ver el autor), públicas (cualquiera puede verlas) o si sólo están disponibles para un grupo restringido de amigos.
Ventajas y peligros de los servicios web
La opción de guardar las fotografías en un álbum web reúne grandes ventajas. Por un lado, es posible acceder a los álbumes desde cualquier ordenador en cualquier parte del mundo. Por otro, se pueden mostrar las fotos a familiares y amigos con el envío en un correo electrónico de la dirección de la página web en el servicio. De esta manera, se garantiza la fórmula de abrirla sin problemas en su navegador y ver las imágenes.
Ahora bien, esta misma visibilidad de los álbumes implica ciertos peligros en materia de privacidad. Es fundamental definir bien en cada fotografía si se desea que la vea cualquier otro usuario (públicas) o los elegidos por el autor únicamente. Hay que tener en cuenta, por otra parte, que, por defecto, las imágenes que se suben son públicas. Por ello, conviene pedir permiso a las personas que aparecen en las imágenes, incluso si lo que se muestran son sólo objetos de su propiedad. No son pocas las denuncias que se han tramitado por esta causa.
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