27 abril, 2008

Epidemiología: Un Mapa de Brotes Epidémicos Revela Tendencias de las Enfermedades Emergentes

Boletín NC&T Vol. 1, No. 602 23 de Abril de 2008.
Foto: Columbia U.Un reciente estudio proporciona la primera evidencia científica de que las enfermedades emergentes mortales han registrado un aumento abrupto, y también aporta los mapas de los principales focos geográficos. Aunque históricamente la mayoría de las enfermedades infecciosas emergentes han surgido en los países ricos, los riesgos en el futuro son altos para muchas zonas pobres, según los investigadores.

La información reunida por el Centro de Datos y Aplicaciones Socio-Económicos (SEDAC) ha contribuido a crear una imagen de los puntos calientes de enfermedades en el mundo. Factores como la densidad de población, cambios poblacionales, latitud, pluviosidad y la biodiversidad de la fauna silvestre, han sido correlacionados con enfermedades emergentes según datos obtenidos desde 1940 a 2004. Este mapeo de los datos ha permitido formar una imagen predictiva de los puntos calientes en las enfermedades emergentes, tanto en países ricos como en naciones pobres, que puede ser de utilidad para tareas de prevención.

La superposición de mapas mostrando dónde se han producido enfermedades por influencia de los animales, con mapas poblacionales, permite establecer pautas relativas a las coincidencias entre ambos tipos de mapas.

La comprensión de estas relaciones es un primer paso para la predicción, y puede conducir a una mejor vigilancia preventiva y también a una más eficaz asistencia médica.

Las enfermedades emergentes, que se definen como causadas por patógenos recientemente identificados, o antiguos que se mueven hacia nuevas regiones, ya han causado brotes devastadores. La investigación muestra que las enfermedades emergentes se han casi cuadruplicado en los últimos 50 años. Alrededor de un 60 por ciento de esas enfermedades ha pasado de los animales a los seres humanos, y la mayoría de ellas provienen de animales salvajes.

Algunos agentes patógenos pueden ser transmitidos por medio de la caza o un contacto accidental. Otros pasan de la vida silvestre al ganado, y luego a la gente. Los seres humanos no hemos desarrollado resistencia a los patógenos exclusivos de los animales, por lo que cuando estos microorganismos logran desarrollar capacidad de infectar a las personas, las enfermedades pueden resultar extraordinariamente letales. A mayor número de especies silvestres en un área, mayor es el número de distintos patógenos que pueden portar.

"Estamos desplazando la vida silvestre hacia zonas cada vez más pequeñas, y la población humana está aumentando", resalta el investigador Marc Levy, de la Universidad de Columbia, coautor del estudio. "La combinación de estos dos elementos es favorable para que las enfermedades salten de los animales a los humanos".

Kate E. Jones, bióloga evolutiva de la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL), y coautora del estudio, señala que el trabajo también subraya la urgencia en la necesidad de evitar nuevas intrusiones en zonas de alta biodiversidad. Debido a ello, cree que la preservación de estas zonas, impidiendo las intromisiones humanas externas, puede resultar un medio importante de prevenir nuevas enfermedades.

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