JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
Carente de pasaporte, pero en capacidad para el cruce de cualquier frontera, el dengue es endémico en todos los países de la región (salvo Cuba y Uruguay), y los analistas de la Organización Panamericana de la Salud afirman que en los últimos 25 años viene presentando una particularidad: cada brote cíclico que aparece es mayor que el anterior.
TÁPAME, POR FAVOR.
Las cifras no dejan lugar a dudas: en el período comprendido entre el 2001 y el 2007 más de 30 países de las Américas notificaron 4 millones de casos de dengue, de los cuales alrededor de 100 000 fueron hemorrágico, y cobró la vida a 1 300 personas.
El pasado 2008 sobrepasó el millón de enfermos, haciendo la salvedad en estos estimados que la falta de asistencia médica de millones de seres humanos en nuestra América impide un registro real.
La actual situación en la región es "extremadamente compleja", según criterios del Máster en Ciencias Juan R. Vázquez Cangas, director de la Unidad Nacional de Vigilancia y Lucha Antivectorial del Ministerio de Salud Pública, derivado del incremento de infestación del Aedes aegypti en el continente, como consecuencia de la urbanización desordenada, la falta de saneamiento básico y del suministro estable de agua que obliga a su tenencia en depósitos, todo ello favorecido por los cambios climáticos.
En Cuba, dice, aunque el dengue no presenta características endémicas el riesgo se mantiene latente atendiendo, además, al flujo continuo de viajeros de todos los rincones del planeta, particularmente de Latinoamérica, y la presencia en nuestro medio del vector. Ello nos obliga, dice, a mantener un programa sistemático de lucha contra el Aedes aegypti y de control de focos, a fin de evitar el desencadenamiento de epidemias, lo que representa para el país la erogación de cuantiosos recursos.
En lo que va de este año se han diagnosticado 24 casos de dengue importado (viajeros enfermos procedentes de otros países), que por las acciones de control clínico-sanitarias establecidas no han derivado en brotes locales.
El doctor Vázquez Cangas destaca que no hay sistema de salud en el mundo capaz de acabar con el dengue sin la participación de la comunidad, y las medidas que se adoptan siempre tienen que ser colectivas, vinculadas principalmente con la erradicación de los criaderos de Aedes aegypti, que están dentro o muy próximos al domicilio.
Cualquier depósito de agua limpia o relativamente limpia que permanezca descubierta puede ser el foco a partir del cual se genere un brote epidémico.
De acuerdo con la información suministrada, ayer los municipios con mayor infestación del mosquito transmisor eran los de Santiago de Cuba, Camagüey y Ciudad de La Habana, aunque "ninguna provincia se puede descuidar".
Más que un virus el dengue es un complejo viral, con cuatro serotipos distintos, cada uno de los cuales puede producir dengue y dengue hemorrágico.
La enfermedad se expresa por fiebre, muchos dolores en el cuerpo (de ahí quizás el calificativo de rompehuesos), a veces con erupción cutánea (rash). A diferencia de la gripe, el dengue no tiene manifestaciones respiratorias, como rinitis (inflamación de las mucosas de las fosas nasales) o tos, sino digestivas: vómitos y dolor abdominal. Puede haber sangramiento y la muerte sobrevenir por shock.
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