Boletín digital diario AÑO VII No. 198
La Habana, miércoles 19 de agosto de 2009
Año del 50 aniversario del triunfo de la Revolución
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
Conocida por las antiguas civilizaciones de China, Egipto y la India, estigmatizada durante siglos, la lepra no es una enfermedad del pasado porque en la actualidad se considera un problema de salud en varios países subdesarrollados.
Sin embargo, el también denominado mal de Hansen (por el médico que identificó el bacilo causante de este padecimiento) es curable, y si se trata en las primeras fases de su desarrollo se evitan sus secuelas.
Entre ellas, lesiones cutáneas insensibles al tacto por el daño que origina en los nervios superficiales que están debajo de la piel; afectaciones a las mucosas de las vías respiratorias superiores y de los ojos, acompañadas en ocasiones de otros trastornos.
Aunque el mecanismo exacto de transmisión es desconocido, se acepta universalmente que la lepra se transmite por contacto entre una persona enferma y otra sana a través de las vías aéreas superiores o la piel. Como promedio tiene una incubación de tres a cinco años.
Los principales síntomas se caracterizan por manchas en la piel, que pueden ser blancas, rojizas o de color cobrizo, pérdida de la sensibilidad al dolor, calor y al frío; caída de los pelos de las cejas; inflamación dolorosa de algún nervio periférico, sangramientos por la nariz.
La doctora Olenia Hernández Gutiérrez, miembro del Comité Asesor de Lepra del Ministerio de Salud Pública, indica que el diagnóstico temprano resulta de la mayor importancia, atendiendo a que permite evitar las secuelas de la enfermedad y también el contagio. Luego de la primera dosis del tratamiento el paciente deja de ser contagioso y, por tanto, se interrumpe la transmisión.
La lepra es curable en todas sus etapas, asegura la especialista en Dermatología, si el enfermo cumple disciplinadamente con el tratamiento multidroga que se administra gratuitamente, y de forma controlada, a todos los pacientes en policlínicos o consultorios del médico y enfermera de familia.
No obstante los extraordinarios avances científico-técnicos, se estima que siete millones de personas padecen la enfermedad, según recientes informes de la Organización Mundial de la Salud, y anualmente son reportados 700 000 nuevos casos.
En Cuba la lepra dejó de ser un "problema de salud" en 1993, al alcanzar una tasa de prevalencia de 0.79 por 10 000 habitantes.
La OMS considera que la lepra está eliminada como un "problema de salud" cuando la enfermedad reduce su prevalencia a menos de un enfermo por 10 000 habitantes, lo que no debe confundirse con la erradicación del mal, que sería lograr la interrupción total de la transmisión y redundaría en cero casos.
A poco más de 130 años del descubrimiento del bacilo causante de la enfermedad, el Mycobacterium leprae, su aparente imbatibilidad radica, según criterio de expertos, en que no se ha logrado de manera concluyente el cultivo de ese bacilo en medios bacteriológicos ni celulares, lo cual dificulta las investigaciones, sobre todo dirigidas a la obtención de una vacuna.
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