LA HABANA, 9 oct (IPS) - El gobierno de Cuba intensificó su campaña de denuncias sobre el impacto social y económico del embargo que le impone Estados Unidos, mientras se entrecruzan vestigios inamistosos con señales de distensión y acercamiento entre ambas naciones.
Las prohibiciones de Washington que por casi medio siglo han impedido las relaciones económicas y comerciales con Cuba resumen la mayor contradicción entre los dos países, envueltos en un diferendo que ha disminuido en intensidad bajo la administración del demócrata Barack Obama.
Según La Habana, pese al clima menos hostil, Washington continúa aplicando el bloqueo con todo rigor y no ha emprendido acción alguna para desmontar el complejo entramado de leyes y disposiciones administrativas que conforman las bases legales de las medidas restrictivas.
Pero, a la vez, el gobierno cubano de Raúl Castro ha calificado de respetuosas y útiles las conversaciones sostenidas en julio en Nueva York sobre asuntos migratorios, y el 17 de septiembre en la capital cubana, para el eventual restablecimiento del servicio de correo postal directo.
Para sostener este último diálogo viajó a La Habana la subsecretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental, Bisa Williams, quien extendió su estancia varios días, sostuvo conversaciones con el vicecanciller Dagoberto Rodríguez y asistió al concierto Paz Sin Fronteras, celebrado el 20 de septiembre y organizado por el cantante colombiano Juanes.
La funcionaria estadounidense de mayor rango que viene a Cuba después de varios años también visitó una zona de Pinar del Río situada a 162 kilómetros al oeste de esta capital y muy dañada por los huracanes de 2008, y se reunió con algunos representantes de la disidencia interna.
El mismo día en que el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos rompió el hermetismo guardado sobre esa visita, su Oficina de Intereses (SINA) en La Habana ofrecía una recepción para presentar a su nueva encargada de asuntos públicos, Gloria Berbena, y a Molly Koscina, segunda en el cargo.
En esa reunión hubo una masiva asistencia de personalidades del mundo cultural afines al gobierno cubano y una notoria ausencia de opositores, algo inédito en más de una década. La SINA ha sido acusada con frecuencia por La Habana de promover la subversión por el apoyo que presta a la disidencia interna.
Se trató, según algunos, de un paso más en los tanteos de acercamiento del gobierno Obama, que también amplió las facilidades financieras y de viaje para la comunidad cubana residente en Estados Unidos e interesada en mantener una relación normal con sus familiares en esta isla.
Pero otros conocedores de las relaciones bilaterales reaccionaron con escepticismo y poco entusiasmo. "Diría que en todo esto hay más forma, estilo, que contenido. Además, no creo que las condiciones políticas y económicas que enfrenta Obama le permitan ir más allá", comentó a IPS una fuente que pidió no ser identificada.
Por ejemplo, prosiguen las restricciones al intercambio académico, prácticamente inexistente en este momento debido a las continuas negativas de visados para el sector científico en ambas direcciones, dijo. "Los rechazos se justifican con las leyes vigentes en Estados Unidos, o sea, el embargo", recalcó la fuente.
En el campo cultural, la Orquesta Filarmónica de Nueva York debió suspender una visita prevista para fines de este mes pues el Departamento del Tesoro estadounidense negó las licencias a unos 150 patrocinadores de la gira a Cuba, según explicó en un comunicado el portavoz de la orquesta Eric Latzky.
Las autoridades cubanas estiman que los daños directos e indirectos emanados del bloqueo impuesto en 1962 suman unos 96.000 millones de dólares. La Habana presentó nuevamente ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) un proyecto de resolución que pide el cese de las sanciones, y que será analizado el 28 de este mes.
Para asegurar una votación igual o aún mejor que la lograda el pasado año, cuando su moción recibió el apoyo de 185 estados y solo tres votos en contra, la diplomacia cubana se está aplicando a fondo en la denuncia de los costos del embargo y su extensión inclusive a terceros países.
Del impacto no se salva ni el deporte. Según el informe presentado ante la ONU, el embargo ha impedido que empresas y subsidiarias estadounidenses en otras naciones vendan a Cuba equipos y materiales necesarios para su laboratorio antidopaje. Las pérdidas por equipamiento fuera de servicio ante la falta de repuestos ascienden a 781.000 dólares.
A principios de octubre, autoridades de la agricultura, el transporte, la ciencia, la tecnología, el ambiente y la industria azucarera informaron por separado a medios de prensa extranjeros de pérdidas sufridas por no tener acceso al mercado estadounidense, por limitaciones financieras y prohibiciones de todo tipo.
En el sector agropecuario, entre abril de 2008 y marzo de este año se perdieron 149 millones de dólares, según Alcides López, viceministro de Agricultura. Las áreas más afectadas son el tabaco, con pérdidas de 93 millones de dólares, la cría de cerdos, con 28 millones, y la avicultura, con 24 millones de dólares.
Una legislación adoptada por Washington en 2000 permitió a productores estadounidenses vender alimentos a Cuba, pero las autoridades cubanas se quejan en el informe a la ONU de que las regulaciones y controles burocráticos a esas transacciones causaron en 2008 gastos adicionales por casi 155 millones de dólares.
Con esos recursos, Cuba pudo haber comprado en el mismo mercado estadounidense, a los precios promedio de ese año, 339.000 toneladas de trigo, ó 615.000 toneladas de maíz, ó 126. 760 toneladas de pollo para consumo de más de 11 millones de cubanos incluidos en el programa de la canasta básica, alegan.
La industria azucarera estima a su vez que en el período analizado perdió más de 127 millones de dólares debido, entre otras causas, a la obligación de hacer sus compras para el sector en mercados lejanos, a operaciones financieras más costosas por no poder usar el dólar estadounidense ni bancos o firmas asociadas con ese país.
El levantamiento del embargo figura como primer punto a abordar en un eventual proceso de diálogo dirigido a mejorar las relaciones con el país vecino, según anunció el canciller Bruno Rodríguez ante la ONU el 28 de septiembre. En tanto eso llega, la diplomacia trabaja para una nueva condena en el máximo foro internacional.
Será la decimoctava ocasión en que el gobierno de esta isla caribeña somete a consideración de la ONU el pedido de cesar una política calificada por el funcionario como "fallida", "obsoleta" y "éticamente inaceptable". (FIN/2009)
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