Ivan M. García, Barcelona / Efe, Ginebra
Las mujeres y las niñas son las encargadas de recoger el agua de los pozos en África. Destinan una media de tres horas diarias a esa tarea debido a la sequedad de la que adolece el continente.
"Las sequías provocadas por el cambio climático ya han empezado. Dentro de poco, esas crías tendrán que destinar muchas más horas que ahora. Seguramente, las restarán de su tiempo para recibir una educación", señala Elena Domínguez, de la Fundación IPADE.
Este es uno de los cambios sociales que generará el calentamiento global a pequeña escala. A grande, y según anunció Greenpeace en la Cumbre que finaliza hoy en Nairobi, provocará el desplazamiento de millones de africanos.
Miles de habitantes de Malí y Níger emigraron a otros lugares durante la década de los años setenta debido a las sequías que azotaron brutalmente la región.
"Lo mismo sucederá ahora; pero a nivel continental. Los africanos no emigran, a diferencia de los latinoamericanos, para conseguir empleo. Lo hacen cuando el clima no les permite cultivar la tierra o mantener su ganado. Y eso es lo que está propiciando el cambio climático", asegura la responsable de Proyectos de Desarrollo en África de la organización Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL), Carlota Muñoz.
Medidas de choque
Ante ello, Greenpeace exigió en Nairobi (Kenia) que se tomen medidas urgentes para reducir las emisiones de CO2 y evitar que la temperatura del planeta ascienda más de 2ºC. En ese momento, el calentamiento del planeta sería extremadamente peligroso.
"Es necesario que los países industrializados reduzcan sus emisiones a corto, medio y largo plazo, un 30% para el 2020," señalan en la organización ecologista. Recogiendo el agua de lluvia, África podría combatir las sequías. Las precipitaciones de Kenia podrían abastecer seis veces a su población.
Las organizaciones ecologistas pidieron "una clara señal al mundo" de que la lucha contra el calentamiento no va a perder pulso. La emisión de gases de efecto invernadero en EE UU aumentaron un 0,6% de 2004 a 2005. El 83% procedía de combustibles fósiles.
El clima amenaza con la extinción de aves. El mayor peligro es para los pingüinos de las islas Galápagos y el águila imperial en España. "Los líderes del mundo no actúan a la altura del reto ético que es la lucha contra el calentamiento global", expuso un alto cargo de la ONU.
Son dos: la revisión del prototocolo de Kioto y la propuesta de Rusia de permitir compromisos voluntarios de reducción de gases contaminantes.El secretario general de la ONU, Kofi Annan, lo dejó claro: "Destrozará cosechas, destruirá ecosistemas y extenderá enfermedades".
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