Crédito: Pedro Antonuccio | |
CARACAS, 30 nov (IPS) - Por primera vez en la docena de comicios que afrontó desde 1998, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, llega al referéndum constitucional de este domingo sin un claro favoritismo en las encuestas, aunque su propuesta puede ganar por la fuerza de su aparato político y la debilidad de la oposición.
Los cambios propuestos para 69 de los 350 artículos de la Constitución implican aumentar los poderes del presidente, alargan el mandato de seis a siete años, permiten la reelección indefinida y len facultan para empoderar a las comunidades locales, reordenar la economía y modificar el mapa político-administrativo del país cuando se considere conveniente.
Unos 16 millones de venezolanos están convocados para que este domingo avalen o rechacen la reforma de la ley fundamental, que el mandatario dio carácter de plebiscito al proclamar con insistencia que "un voto No es contra Chávez; quienes estén conmigo, voten Sí".
"Hay cierta sensación de que el No es mayoría, pero eso no asegura su victoria, porque la clave está en la abstención, que si es alta, por ejemplo de 50 por ciento (del padrón), favorecerá al oficialismo, pero si baja a cerca de 25 por ciento permitirá un triunfo opositor", sostuvo ante IPS Oscar Schémel, director de la encuestadora Hinterlaces.
Según su medición nacional realizada del 20 al 24 de este mes, 51 por ciento de los encuestados manifestaron su rechazo a la reforma y 38 por ciento la apoyaron. Pero si se cuentan sólo quienes dicen que irán a las urnas, la relación queda 46 a 45 por ciento, respectivamente, es decir un empate dentro del margen de error del sondeo.
Leopoldo López, dirigente opositor y alcalde del municipio Chacao (este de Caracas), dijo a IPS que su sector maneja "un escenario de resultados reñidos, pero confiamos en que, si la gente que se opone a la reforma sale a votar, detendremos ese proyecto".
Germán Campos, de la firma encuestadora 30.11, cree en cambio que, "aunque la popularidad del presidente pueda haberse resentido en los últimos meses, todavía está en los grandes márgenes de 60 por ciento a su favor y 40 por ciento adverso". "Si la abstención baja, es porque sus seguidores también votarán y darán el triunfo al Sí", indicó a IPS.
En el sondeo que Campos finalizó hace tres días en los 16 estados más poblados de Venezuela, los partidarios del Sí llegan a 38,2 por ciento de los encuestados, los del No representan 26,9 por ciento, los habilitados que no concurrirán a las urnas 20,3 por ciento y quienes no saben o no contestan 14,7 por ciento.
Cuando redujo la medición a quienes definitivamente votarán, esta consultora concluyó que 55,5 por ciento de los entrevistados votarán el Sí, 39,9 por ciento el No y 4,6 por ciento de ellos aún deshojan la margarita.
Una semana antes, la firma Keller y Asociados registró que 45 por ciento de quienes irán a votar lo harán por el No, 40 por ciento por el Sí y 15 por ciento estaban indecisos.
Antes de que el Consejo Nacional Electoral vedase la divulgación de los resultados de encuestas en el país, el pasado fin de semana, Luis Vicente León, director de Datanálisis, señaló que "es imposible proyectar cuál bloque ganará la consulta popular".
En ese momento, su investigación dio que 44,6 por ciento de los venezolanos entrevistados rechazaban la reforma, en tanto 30,8 por ciento la respaldaban. Cuando se reducía a la opinión de quienes irían a votar, 48,9 por ciento de ellos respondieron que sufragarían en contra, 39,4 por ciento lo harían a favor, 9,5 por ciento no sabían y 2,2 por ciento no contestaron.
Para Campos, desde que en 1998 Chávez fue por primera vez elegido presidente, con 56,2 por ciento de los votos y frente a 39,9 por ciento del candidato que llegó segundo, la decena de consultas que siguieron "prácticamente ha sido una sola y misma elección con distintos momentos pero resultados semejantes".
Después de la crisis política de 2002 y 2003, Chávez ratificó su mandato presidencial en el referéndum de agosto de 2004 con 59 por ciento de votos a favor y 41 por ciento en contra, y hace un año fue reelegido con 63 por ciento de sufragios, frente a 37 por ciento del candidato de la oposición, el gobernador del petrolero estado de Zulia, Manuel Rosales.
Campos informó, además, que 49,8 por ciento de los consultados hicieron este mes una evaluación claramente positiva de la gestión de Chávez, frente a 53 por ciento de hace un año. En tanto, 36,2 por ciento de ellos se consideraron chavistas, 24 por ciento antichavistas, 22 por ciento moderado y de ningún bando en particular el 16,8 por ciento.
Hace un año quienes se consideraban chavistas representaban 42 por ciento del universo en consulta, sus adversarios 30 por ciento, los moderados 16 por ciento y de ningún sector 11 por ciento.
"Esos números indican que, en relación con la aguda polarización del pasado reciente, un sector de la sociedad se mueve hacia el centro, pero todavía no como para dar un vuelco dramático en una consulta como la del domingo", sentenció Campos.
Por su parte, Schémel, con base en los grupos de discusión (focus groups) que acompañan sus sondeos, aprecia que "el esquema de la polarización no ha sido tan efectivo como en otras oportunidades y la opción por el Sí se ha estancado, no como producto de la acción opositora sino porque se expande un clima de desencanto con el presidente".
"Las bases chavistas le asignan cada vez más responsabilidades al mandatario por los defectos en la gestión gubernamental, y algunos segmentos muestran cansancio con su discurso de confrontación. Eso explica la intensa personalización que el presidente le ha dado a esta consulta", sostuvo.
Una incógnita es si hizo mella en el respaldo a Chávez la deserción hacia el No de algunos de sus colaboradores, como el partido Podemos, que es fuerte en dos de las 24 regiones del país, el general retirado Raúl Baduel, que de joven oficial fue su compañero de logia militar, y también su ex esposa Marisabel Rodríguez.
León, por su parte, recordó que "la capacidad de movilización es la clave de un evento electoral, la maquinaria roja (color distintivo de los seguidores de Chávez) cuenta con las numerosas palancas del Estado y el presidente no se cruza de brazos en una campaña".
El chavismo no sólo tiene el gobierno nacional y el parlamento, sino 22 de las 24 gobernaciones regionales, 90 por ciento de las alcaldías, ha trabajado este año en la formación de un partido de tendencia socialista con 1,5 millones de activistas, y sus movimientos, frentes y grupos pueden llenar en menos de 24 horas cualquier avenida de Caracas con seguidores que llegan del interior del país.
Cuatro de los cinco rectores del poder electoral también son considerados afines al mandatario por la mayor parte de los analistas políticos y por los medios de comunicación.
El músculo de la oposición es también la novedad en el paisaje político venezolano y su impacto electoral de alguna manera también se medirá el domingo: los estudiantes.
Por millares, universitarios en 12 ciudades marcharon durante semanas de mayo y junio contra el cese de la concesión a un canal privado de televisión, y desde octubre han poblado las calles de las principales ciudades en protesta por la reforma.
Los estudiantes fueron el jueves el eje de la marcha de unas 100.000 personas que convergieron en la céntrica avenida Bolívar de Caracas en campaña por el No.
El oficialismo se movilizó este viernes para repletar ese mismo espacio y los opositores salieron a la calle en las capitales de provincias para cerrar la campaña electoral más breve --apenas un mes-- y de más difícil pronóstico de la última década en Venezuela.
(*) Informes de encuestas no pueden divulgarse esta semana dentro de Venezuela.
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