Boletín NC&T Vol. 1, No. 714 12 de Enero de 2009.
Resulta que existe una razón científica sobre el por qué los adultos de más edad tienden a ver los años en que eran jóvenes como una época mejor para el mundo que la de su vejez.
Un equipo de investigadores ha identificado la actividad cerebral que causa que las personas de edad avanzada recuerden menos eventos negativos que los adultos jóvenes.
Los ancianos en realidad utilizan su cerebro de forma diferente a como lo hacen las personas más jóvenes en lo que se refiere a guardar recuerdos, especialmente si son negativos.
Florin Dolcos, profesor de psiquiatría y neurociencia en la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad de Alberta, y Roberto Cabeza y Peggy St. Jacques, ambos de la Universidad Duke, encontraron cambios relacionados con la edad en la actividad cerebral de participantes con una edad promedio de 70 años cuando se les mostraba una serie de imágenes estandarizadas que describían eventos neutrales o muy negativos.
El equipo de investigación pidió a los participantes, jóvenes y mayores, que evaluaran el contenido emocional de estas imágenes según una escala de agrado, a la vez que se monitorizaba su actividad cerebral con un dispositivo de resonancia magnética funcional por imágenes. Treinta minutos más tarde, se pidió inesperadamente a los participantes que recordaran estas imágenes. Los participantes de más edad recordaron menos imágenes negativas que los participantes jóvenes.
Los escaneos cerebrales mostraron que aunque ambos grupos tenían niveles similares de actividad en los centros emocionales del cerebro, diferían en cómo interactuaban estos centros con el resto del cerebro.
Cuando les mostraron las imágenes negativas, los participantes de mayor edad tuvieron interacciones menores entre la amígdala, una región del cerebro que trabaja con emociones, y el hipocampo, una región del cerebro relacionada con el aprendizaje y la memoria. Los escaneos también mostraron que los participantes de más edad tuvieron interacciones mayores entre la amígdala y la corteza frontal dorsolateral, una región del cerebro relacionada con los procesos cognitivos superiores, tales como el control de las emociones. Los participantes de más edad estaban utilizando los procesos del pensamiento en vez de los emocionales para almacenar estos recuerdos emocionales.
En un estudio que este mismo equipo de investigación presentó meses atrás, se comprobó que los ancianos con un nivel correcto de salud eran capaces de regular las emociones mejor que las personas más jóvenes. En otras palabras, resultan menos afectados por eventos negativos impactantes. Los cerebros de los ancianos realmente trabajan de forma diferente a como lo hacen los de los individuos jóvenes. De alguna forma, las personas de la tercera edad han entrenado sus cerebros para que resulten menos afectados durante y después de un evento negativo sobrecogedor.
Resulta que existe una razón científica sobre el por qué los adultos de más edad tienden a ver los años en que eran jóvenes como una época mejor para el mundo que la de su vejez.
Un equipo de investigadores ha identificado la actividad cerebral que causa que las personas de edad avanzada recuerden menos eventos negativos que los adultos jóvenes.
Los ancianos en realidad utilizan su cerebro de forma diferente a como lo hacen las personas más jóvenes en lo que se refiere a guardar recuerdos, especialmente si son negativos.
Florin Dolcos, profesor de psiquiatría y neurociencia en la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad de Alberta, y Roberto Cabeza y Peggy St. Jacques, ambos de la Universidad Duke, encontraron cambios relacionados con la edad en la actividad cerebral de participantes con una edad promedio de 70 años cuando se les mostraba una serie de imágenes estandarizadas que describían eventos neutrales o muy negativos.
El equipo de investigación pidió a los participantes, jóvenes y mayores, que evaluaran el contenido emocional de estas imágenes según una escala de agrado, a la vez que se monitorizaba su actividad cerebral con un dispositivo de resonancia magnética funcional por imágenes. Treinta minutos más tarde, se pidió inesperadamente a los participantes que recordaran estas imágenes. Los participantes de más edad recordaron menos imágenes negativas que los participantes jóvenes.
Los escaneos cerebrales mostraron que aunque ambos grupos tenían niveles similares de actividad en los centros emocionales del cerebro, diferían en cómo interactuaban estos centros con el resto del cerebro.
Cuando les mostraron las imágenes negativas, los participantes de mayor edad tuvieron interacciones menores entre la amígdala, una región del cerebro que trabaja con emociones, y el hipocampo, una región del cerebro relacionada con el aprendizaje y la memoria. Los escaneos también mostraron que los participantes de más edad tuvieron interacciones mayores entre la amígdala y la corteza frontal dorsolateral, una región del cerebro relacionada con los procesos cognitivos superiores, tales como el control de las emociones. Los participantes de más edad estaban utilizando los procesos del pensamiento en vez de los emocionales para almacenar estos recuerdos emocionales.
En un estudio que este mismo equipo de investigación presentó meses atrás, se comprobó que los ancianos con un nivel correcto de salud eran capaces de regular las emociones mejor que las personas más jóvenes. En otras palabras, resultan menos afectados por eventos negativos impactantes. Los cerebros de los ancianos realmente trabajan de forma diferente a como lo hacen los de los individuos jóvenes. De alguna forma, las personas de la tercera edad han entrenado sus cerebros para que resulten menos afectados durante y después de un evento negativo sobrecogedor.
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