Algunos sistemas permiten reducir la carga de los programas que enlentecen el ordenador
La memoria RAM (las siglas en inglés de "Random Access Memory", o Memoria de Acceso Aleatorio) es la responsable de la fluidez en el rendimiento de un ordenador. Representa el guardia urbano que regula el tráfico de órdenes que van y vienen desde el procesador al usuario y viceversa. Por lo tanto, conviene optimizar su funcionamiento para evitar atascos que enlentezcan los procesos, ya sea comprando aparatos con memorias RAM de gran capacidad o bien mediante sistemas que le ayuden en su trabajo.
Cuando se ejecuta un programa en el ordenador, éste utiliza parte de la RAM en una cantidad que varía según el tipo de software
La memoria RAM almacena temporalmente los datos que utilizan las aplicaciones para funcionar. Se trata de un acceso aleatorio porque no sigue un orden de lectura prefijado y se lee con la misma rapidez aunque la información no se sitúe de forma contigua. Además, se caracteriza por su volatilidad. Una vez que se apaga el ordenador, se pierde la información almacenada. En este sentido, presenta características opuestas al disco duro, que resulta más lento pero conserva los datos en todo momento.
Cuando se ejecuta un programa en el ordenador, éste utiliza parte de la RAM en una cantidad que varía según el tipo de software. Por lo general, cuanta más complejidad presente (como ocurre con las aplicaciones de vídeo o los juegos), mayor cantidad de memoria requerirá. Por ejemplo, en los navegadores, el consumo se incrementa cuando se abren un gran número de pestañas o de ventanas. Por esta razón, poseer varios Gigabytes de RAM permite trabajar en Windows con varios programas a la vez sin que su velocidad se resienta.
- Imagen: David Blaikie -
A través del "Administrador de Tareas" de cada sistema operativo se puede acceder al dato de cuánta memoria emplean en ese instante. En Windows, se sitúa en la pestaña "Procesos", bajo la columna "Uso de Memoria". Normalmente, cuando se enlentece el funcionamiento, la causa se encuentra en que una aplicación que está ejecutándose consume demasiada memoria RAM.
Minimem
Minimem es un programa gratuito para Windows que ha innovado porque permite al usuario seleccionar los componentes que se optimizarán para que el ordenador trabaje con más eficacia. De esta manera, borra la máxima información posible para que un determinado software funcione, siempre que ésta sea innecesaria.
El sistema operativo de Microsoft también realiza esta operación de forma automática, pero no en el momento que el usuario quiere ni en las aplicaciones seleccionadas por él. Para utilizarlo, el único requisito consiste en haber instalado previamente el Microsoft .NET Framework 3.5.
El autor, que se parapeta bajo el seudónimo de Kerkia, lo diseñó en un principio para reducir el exagerado consumo de Firefox, sobre todo en la versión 2, aunque luego expandió su utilidad para abarcar todos los procesos del ordenador. Este informático explica que la mayoría del software ocupa más memoria RAM de la debida, por causa de una deficiente programación, y que, además, tiende a ocupar mayor cantidad cuando se utiliza durante periodos prolongados.
Minimem presenta un diseño minimalista. En una pequeña ventana se despliegan los procesos activos en la columna de la derecha. Los que se quieran optimizar se deben pasar a la columna de la izquierda, que está en blanco en un principio. Por defecto, oculta los programas que acaparen menos de 15 Megabytes de memoria.
Experimentos "sin gaseosa"
Una característica interesante de Minimem radica en que permite experimentar. En su última versión, la reducción de RAM sólo se aplica por defecto cuando el consumo es demasiado alto. Así, si la memoria disponible es mayor de 300 Megabytes, el programa no actúa. Este valor se puede personalizar y también suspender la restricción, a gusto del usuario, que puede probar hasta hallar la configuración más cómoda.
Estas opciones ayudan a conseguir buenos resultados con software muy habitual para las personas que usan ordenadores, y que además se caracteriza por derrochar RAM, como los navegadores de Internet y las suites ofimáticas o de correo electrónico
Ahora bien, esta posibilidad elimina uno de los posibles inconvenientes de su uso: que se limiten aplicaciones que ya están optimizadas o cuando no resulta necesario porque sobra memoria. Además, por defecto establece que nunca recorte el consumo de la aplicación que se use en ese momento en el escritorio.
Todas estas opciones ayudan a conseguir buenos resultados con software muy habitual en el día a día de las personas que usan ordenadores, y que además se caracteriza por derrochar RAM, como los navegadores de Internet (Firefox o Internet Explorer), con suites ofimáticas (Microsoft Office, Open Office) o de correo electrónico (Outlook, Thunderbird), entre otros.
Este software no sirve para optimizar aquel que ya se haya diseñado para aprovechar bien la RAM. Es más, en el hipotético caso de que todos los programas se desarrollaran así, no tendría sentido su uso. Sin embargo, en ordenadores antiguos, que incorporan menos cantidad de este tipo de memoria, o en los modernos que suelan trabajar con muchas aplicaciones "pesadas" al mismo tiempo, notarán la mejoría.
Windows y la exigencia de RAM
Un usuario de un ordenador con varios años de antigüedad puede trabajar con el último Ubuntu sin que se le colapse la memoria RAM
Durante los últimos años, cada actualización del sistema operativo Windows ha precisado de máquinas más potentes y, por lo tanto de más cantidad de RAM. Así, Windows 98, lanzado en el año que le dio nombre, necesitaba 64 Megabytes para funcionar con agilidad. Windows XP, cuya primera versión salió al mercado en 2001, precisaba de 256 Megabytes para cumplir con la misma eficiencia.
El gran salto en cuanto a recursos lo ha dado el polémico Vista, la última versión del sistema operativo de Microsoft, que precisa de un mínimo de un Gigabyte, aunque muchos expertos recomiendan partir de los dos Gigabytes. Debido a esta exigencia de mayores capacidades técnicas, los usuarios se veían prácticamente obligados a renovar sus equipos informáticos si querían actualizar el sistema operativo.
Estos requerimientos contrastan con lo que ocurre en el mundo del software libre. Por ejemplo, un usuario de un ordenador con varios años de antigüedad puede trabajar con el último Ubuntu, el 8.10, que funciona desde los 384 Megabytes de RAM.
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