Boletín NC&T Vol. 1, No. 617 28 de Mayo de 2008.
Un nuevo estudio muestra cómo opera a muy corto plazo nuestra "memoria de trabajo", la que permite al cerebro ensamblar de forma coherente la información sensorial. El sistema retiene un número limitado de imágenes de alta resolución durante unos pocos segundos, en vez de un nutrido número de impresiones borrosas.
Los seres humanos raramente movemos los ojos con suavidad. Según nuestros ojos saltan de objeto a objeto, el sistema visual se apaga brevemente para reducir el "ruido visual". De esta manera, el cerebro obtiene una serie de fotografías de alrededor de un cuarto de segundo, separadas por breves vacíos.
El sistema de memoria de trabajo suaviza esta aparatosa secuencia de imágenes reteniendo recuerdos de cada fotografía de manera que puedan ser unidas unas con otras. Estos recuerdos duran típicamente unos pocos segundos.
Usamos la memoria de trabajo cientos de miles de veces cada día sin notarlo. El sistema también parece estar relacionado con la inteligencia.
Steven J. Luck, profesor de psicología en el Centro para la Mente y el Cerebro, de la Universidad de California en Davis, y Weiwei Zhang quisieron comprobar si la memoria de trabajo almacena un número fijo y limitado de imágenes de alta resolución, o si es un sistema más flexible que pudiera almacenar ya fuera un pequeño número de imágenes de alta resolución o bien un gran número de imágenes de baja resolución.
Los resultados de sus experimentos con un grupo de voluntarios mostraron que la memoria de trabajo actúa como una cámara de alta resolución, reteniendo tres o cuatro tomas en gran detalle. Estas características permiten al cerebro relacionar las imágenes sucesivas en una secuencia única. Sin embargo, mientras que la mayoría de las cámaras digitales permiten al usuario escoger una menor resolución para sus instantáneas, y así aumentar el número de imágenes almacenadas, la resolución de la memoria de trabajo parece ser constante para un individuo dado.
Cada individuo difiere de otros en la resolución de las tomas y en el número de tomas que pueden ser almacenadas. Las personas que pueden almacenar más información en la memoria de trabajo tienen mayores niveles de "inteligencia fluida", la capacidad de resolver nuevos problemas. La memoria de trabajo también es importante para seguir la pista a los objetos que desaparecen temporalmente de nuestra vista, y parece ser empleada cuando necesitamos reconocer objetos mostrados en entornos inusuales o con los que no estamos familiarizados.
El trabajo realizado por Lisa M. Oakes, otra profesora de psicología de la Universidad de California en Davis, y sus colegas, ha demostrado que los bebés de muy corta edad tienen capacidades de memoria de trabajo muy primitivas. Entre las edades de 6 y 10 meses, sin embargo, desarrollan con rapidez un sistema de memoria de trabajo mucho más parecido al de un adulto.
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