14 junio, 2008

Neurología: Las "Señales de Tráfico" en la Compleja Organización del "Cableado" Nervioso

Boletín NC&T Vol. 1, No. 618 30 de Mayo de 2008.

Foto: laboratorio de Pfaff, Salk Institute for Biological StudiesEl simple acto de caminar ya es un increíble logro de la naturaleza. Sólo para evitar que nos desplomemos al andar, los circuitos neuromusculares que controlan todos los movimientos corporales dependen de la retroalimentación sensorial constante proveniente de la periferia para afinar con la debida precisión sus órdenes a cientos de músculos.

Sin embargo, aún es un misterio cómo exactamente, durante el desarrollo del embrión, las neuronas sensoriales y motoras son incorporadas en vías muy bien coordinadas sin que se mezclen entre sí. En un estudio, unos científicos del Instituto Salk para Estudios Biológicos han encontrado que la constante "conversación" que sostienen las neuronas sensoriales y motoras durante su crecimiento las mantiene en coordinación.

Los músculos esqueléticos están constituidos por miles de fibras musculares, cada una controlada por una neurona motora en la médula espinal, que se conecta a fibras musculares individuales y retransmite señales provenientes del cerebro. Los receptores sensoriales, que se localizan en la mayoría de los músculos, al igual que los receptores de temperatura, presión y dolor, envían información hacia el sistema nervioso central.

"Si miramos a una sección transversal de un nódulo nervioso veremos que en realidad es un manojo de "cables". Algunos cables están enviando señales provenientes de la médula espinal, y otros están enviando señales hacia la misma", explica Samuel Pfaff, profesor en el Laboratorio de Expresión de Genes, quien junto a Till Marquardt (que ahora dirige un grupo en el Instituto Europeo de Neurociencia en Gotinga) dirigió el estudio. "Los nervios sensoriales y motores no son diferentes a una autopista con el tráfico en doble sentido, manteniéndose cada vehículo disciplinadamente en su senda".

En los experimentos, los investigadores probaron a desactivar las "señales de tráfico" para ver qué sucedía, y constataron que el crecimiento de los "cables" era caótico, con unos invadiendo el carril de otros, e incluso girando 180 grados.

Los resultados del estudio subrayan que cualquier intento artificial de regenerar tejido nervioso después de una lesión severa de médula espinal debe tener en cuenta esta peligrosa tendencia al crecimiento caótico, y que la desactivación de los frenos que impiden el desarrollo puede acarrear graves problemas, incluyendo dolor severo.

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