Las nuevas amenazas del «número dos» de Al Qaeda resaltan la desaparición de Bin Landen
Washington
Un libro del periodista Bob Woodward, uno de los dos que tumbó a Richard Nixon en 1974 por el escándalo «Watergate», ha vuelto a poner en jaque a los republicanos en la Casa Blanca, esta vez por las «mentiras» sobre Irak.
El libro denuncia que el presidente George W. Bush miente y oculta el nivel de violencia contra las tropas estadounidenses. «The Washington Post» está publicando extractos de «State of Denial». Estas acusaciones sobre la guerra en Irak han causado un revuelo político en EE UU y ha llegado en un momento poco oportuno para la Casa Blanca, que se esfuerza por promocionar la política antiterrorista de Bush a seis semanas de las elecciones legislativas del 7 de noviembre y ve cómo ahora se le abre un nuevo frente.
Woodward asegura que el ex jefe de Gabinete, Andrew Card, pidió a Bush en dos ocasiones sin éxito que cesara al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. En una entrevista que la CBS emitirá hoy, el periodista denuncia que la violencia en Irak es mucho mayor de la que admite la Casa Blanca y pronostica que en 2007 será peor.
El periodista sostiene que cada 15 minutos se comete un ataque contra los marines. «Está llegando al punto de que hay 800 o 900 a la semana. Eso es más de 100 al día. Son cuatro ataques cada hora contra nuestras fuerzas», precisa .
En la última conferencia de prensa el portavoz de la Casa Blanca se vio acribillado a preguntas. Tras indicar que algunas partes del libro son «cotilleo», subrayó Snow, dijo que era incorrecto que Card estuviera «molesto» por la invasión de Irak y por tener que dejar el Gobierno.
El periodista acusa también a la Casa Blanca de hacer caso omiso, en septiembre de 2003, a las advertencias de uno de los principales asesores sobre Irak, en el sentido de que eran necesarias miles de tropas adicionales para hacer frente a los insurgentes en Irak.
Según «The New York Times», que también ha adelantado algunos extractos, el libro subraya que Bush no sólo obvió el aviso sino que llegó a decir: «No quiero que nadie en el gabinete diga que hay insurgentes. No creo que hayamos llegado a eso todavía».
Woodward desvela que, en un encuentro con dirigentes republicanos, Bush llegó a decirles: «No me retiraré (de Irak) ni aun en el caso de que sólo me apoyen Laura (su esposa) y Barney (su perro)». El libro se publicará mañana, lunes.
Alentado por la aprobación de la ley para enjuiciar en tribunales militares a los detenidos bajo sospechas de terrorismo, Bush dijo ayer que «la presencia en Irak es crucial», al rechazar las críticas de la oposición a un informe que asegura que la guerra ha ayudado a expandir el terror. «Seguiremos a la ofensiva hasta que los terroristas sean derrotados y ganemos esta pelea», precisó.
La declaración de Bush se produce después de que el «número dos» de Al Qaeda, Al Zawahri, apareciera en un nuevo vídeo en el que, entre amenazas, insulta al presidente de EE UU y al Papa y llama a la guerra santa.
Con la nueva cinta, al Zawahri adquiere cada vez mayor protagonismo, mientras que su jefe, el desaparecido Bin Laden, lleva tres meses sin dar señales. La última vez fue el 30 de junio para lamentar la muerte del representante de Al Qaeda en Irak, Al Zarqaui. Al Zawahri ha emitido siete declaraciones en cuatro meses.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario