12 de Mayo de 2008.
La terapia genética en la cual generalmente se inserta un gen activo en una célula para reemplazar uno defectuoso o ausente, es una técnica experimental prometedora para la prevención y el tratamiento de las enfermedades. Sin embargo, ahora un equipo de investigación ha dado a conocer un método que va en contra de lo que señala la intuición, aunque también resulta prometedor.
Este nuevo enfoque, quitar genes específicos, exactamente lo opuesto de lo que haría un terapeuta genético usando el enfoque tradicional, permite también restaurar la función celular en las células con defectos genéticos, como por ejemplo mutaciones.
Los resultados de este estudio serán de utilidad para la investigación médica, así como para perfeccionar ciertos procesos metabólicos utilizados en la producción de biocombustibles, como el etanol.
Después de recoger una extensa información experimental sobre las redes metabólicas de tres diferentes organismos unicelulares, los investigadores construyeron un modelo general cuantitativo que puede utilizarse para controlar y restaurar la función biológica de células dañadas por un defecto genético o por otros factores que amenazan a la actividad genética. Su método basado en redes logra su objetivo eliminando a los genes seleccionados, obligando a la célula a hacer un bypass de la función afectada por el gen defectuoso, o bien a compensar la función perdida.
La investigación, dirigida por Adilson E. Motter, profesor de física y astronomía en la Universidad del Noroeste, en Estados Unidos, y autor principal del estudio, se desarrolló a partir de los resultados de otros trabajos previos del autor, sobre la red estadounidense de distribución de electricidad, otro sistema complejo que es muy diferente de los sistemas biológicos pero también con muchas similitudes.
Después del apagón eléctrico sufrido en el nordeste de Estados Unidos en 2003, el mayor en la historia de ese país, provocado por una secuencia de fallos en la red de suministro de electricidad, los expertos determinaron que el desastre podría haber sido reducido o evitado produciendo en el sistema pequeños cortes de corriente intencionados durante las horas iniciales de la inestabilidad.
"Y lo mismo podría ser válido en la biología, donde un gen defectuoso puede activar una cascada de fallos en toda la red celular", señala Motter, cuyos intereses y especialización radican en los sistemas complejos y en analizar de qué modo la estructura y la dinámica de un sistema de gran complejidad, como una red intracelular o una red de distribución de energía, se relacionan con su funcionamiento.
"Nuestra reciente investigación demuestra que lo que es cierto para las redes de distribución de energía también lo es para las redes biológicas. Produciendo una pequeña cantidad de daño se puede controlar lo que de otro modo acabaría siendo un daño mucho mayor".
La terapia genética en la cual generalmente se inserta un gen activo en una célula para reemplazar uno defectuoso o ausente, es una técnica experimental prometedora para la prevención y el tratamiento de las enfermedades. Sin embargo, ahora un equipo de investigación ha dado a conocer un método que va en contra de lo que señala la intuición, aunque también resulta prometedor.
Este nuevo enfoque, quitar genes específicos, exactamente lo opuesto de lo que haría un terapeuta genético usando el enfoque tradicional, permite también restaurar la función celular en las células con defectos genéticos, como por ejemplo mutaciones.
Los resultados de este estudio serán de utilidad para la investigación médica, así como para perfeccionar ciertos procesos metabólicos utilizados en la producción de biocombustibles, como el etanol.
Después de recoger una extensa información experimental sobre las redes metabólicas de tres diferentes organismos unicelulares, los investigadores construyeron un modelo general cuantitativo que puede utilizarse para controlar y restaurar la función biológica de células dañadas por un defecto genético o por otros factores que amenazan a la actividad genética. Su método basado en redes logra su objetivo eliminando a los genes seleccionados, obligando a la célula a hacer un bypass de la función afectada por el gen defectuoso, o bien a compensar la función perdida.
La investigación, dirigida por Adilson E. Motter, profesor de física y astronomía en la Universidad del Noroeste, en Estados Unidos, y autor principal del estudio, se desarrolló a partir de los resultados de otros trabajos previos del autor, sobre la red estadounidense de distribución de electricidad, otro sistema complejo que es muy diferente de los sistemas biológicos pero también con muchas similitudes.
Después del apagón eléctrico sufrido en el nordeste de Estados Unidos en 2003, el mayor en la historia de ese país, provocado por una secuencia de fallos en la red de suministro de electricidad, los expertos determinaron que el desastre podría haber sido reducido o evitado produciendo en el sistema pequeños cortes de corriente intencionados durante las horas iniciales de la inestabilidad.
"Y lo mismo podría ser válido en la biología, donde un gen defectuoso puede activar una cascada de fallos en toda la red celular", señala Motter, cuyos intereses y especialización radican en los sistemas complejos y en analizar de qué modo la estructura y la dinámica de un sistema de gran complejidad, como una red intracelular o una red de distribución de energía, se relacionan con su funcionamiento.
"Nuestra reciente investigación demuestra que lo que es cierto para las redes de distribución de energía también lo es para las redes biológicas. Produciendo una pequeña cantidad de daño se puede controlar lo que de otro modo acabaría siendo un daño mucho mayor".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario