| Actualizado 8:20 A.M. (hora local) | La Habana, viernes 16 de noviembre de 2007. Año 11 / Número 317 |
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Morales habló en un acto en el poblado de San Pedro de Tikina, donde entregó 485 computadoras donadas por Venezuela para las escuelas vecinas al Lago Titicaca.
El mandatario acusó a empresarios del oriente boliviano, como el acaudalado Branko Marinkovic, de retener mercancías en sus almacenes para generar escasez, elevar los precios y ocasionar malestar entre los sectores más humildes de la población.
En tal sentido, anunció la futura creación de sendas fábricas estatales de aceite y azúcar para impedir la especulación de los productores, quienes también sabotean la ayuda gubernamental para repoblar de ganado vacuno el sector pecuario.
Ello obedece, explicó, a que los acaudalados del oriente esperan "desgastar al Indio" escondiendo sus productos, pero el Gobierno frustra tales planes con efectivas medidas económicas, como la importación de carne, aceite y harina.
Además, aplaudió a los choferes que ayer se rehusaron a prestarse para el politizado paro de transportistas que paralizó parcialmente al país, y reiteró la negativa a subir las tarifas en los pasajes.
A propósito, evocó las maniobras de la oposición para derrocar al gobierno progresista del presidente chileno Salvador Allende, quien primero sufrió paros similares organizados por la oposición y luego fue víctima del sangriento golpe de Estado de 1973.
También criticó las manifestaciones racistas acontecidas en Sucre, donde varios grupos violentos agredieron a los asambleístas que trabajan en la redacción de una nueva Carta Magna refundadora.
"Parece mentira tanto racismo en pleno siglo XXI, aunque tales reacciones son naturales en una oligarquía impotente, que da sus últimos aletazos ante la avalancha de los cambios", aseguró.
El presidente convocó al pueblo a movilizarse para reclamar la aprobación de los proyectos de ley dormidos por el Senado, controlado por la oposición.
Morales destacó que en dos años las reservas netas internacionales ascendieron a 5 000 millones de dólares, lo cual hizo comercialmente confiable a Bolivia. (PL)
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