18 de Julio de 2008.
Con los rápidos avances actuales en el mundo tecnológicamente desarrollado, las personas toman a menudo la innovación aportada por una nueva tecnología como algo garantizado, sin dedicar mucho tiempo a pensar en la experimentación por el método de prueba y error que hace útil a una tecnología en la vida cotidiana. Cuando la nueva tecnología del arco y la flecha se introdujo en el mundo, cambió la forma en que los humanos cazaban y luchaban. Arqueólogos de la Universidad de Missouri han descubierto que hubo en aquella época muchos sujetos que, movidos por el propósito de perfeccionar el funcionamiento de esta nueva arma, realizaron investigación experimental, produciendo una gran variedad de puntas de proyectiles en busca de la mejor combinación.
Cuando el arco y la flecha aparecieron en América del Norte, hace aproximadamente 1.500 años, fueron reemplazando al dardo y también a un artilugio parecido a una honda con el que se arrojaban lanzas. La introducción del arco y la flecha, un sistema diferente de arrojar proyectiles, exigió adoptar algunas ideas y tecnologías innovadoras. En otras palabras, simplemente no se podía disparar un dardo con un arco. Componentes como el asta o la punta del proyectil necesitaron ser reinventados para que dieran los mejores resultados posibles en su lanzamiento desde los arcos.
Debido a que la ciencia subyacente en la dinámica del vuelo y la mecánica de la flecha no podía ser totalmente entendida por aquellas gentes, no les quedó más opción que recurrir a la estrategia de probar todas las opciones, lo que incluía las diversas clases de puntas y los tipos diferentes de astas, intentando así descubrir las mejores combinaciones. Este proceso de reinvención puede verse arqueológicamente a través de un incremento súbito en el número y la variación de las puntas, indicando el período de transición entre la honda para el lanzamiento de lanzas, y el arco y la flecha.
Según R. Lee Lyman, catedrático del Departamento de Antropología de la Universidad de Missouri, hay evidencias de una súbita proliferación inicial en la variación de las puntas de los proyectiles durante la época de la introducción del arco y la flecha, y de que los artesanos buscaban mediante experimentos las puntas de flecha que funcionasen con mayor eficacia. Después de ese estallido inicial de variación, los modelos de proyectil menos eficaces fueron descartados, haciendo que los arqueólogos observen una reducción en su variación justo después de aquella época.
Con los rápidos avances actuales en el mundo tecnológicamente desarrollado, las personas toman a menudo la innovación aportada por una nueva tecnología como algo garantizado, sin dedicar mucho tiempo a pensar en la experimentación por el método de prueba y error que hace útil a una tecnología en la vida cotidiana. Cuando la nueva tecnología del arco y la flecha se introdujo en el mundo, cambió la forma en que los humanos cazaban y luchaban. Arqueólogos de la Universidad de Missouri han descubierto que hubo en aquella época muchos sujetos que, movidos por el propósito de perfeccionar el funcionamiento de esta nueva arma, realizaron investigación experimental, produciendo una gran variedad de puntas de proyectiles en busca de la mejor combinación.
Cuando el arco y la flecha aparecieron en América del Norte, hace aproximadamente 1.500 años, fueron reemplazando al dardo y también a un artilugio parecido a una honda con el que se arrojaban lanzas. La introducción del arco y la flecha, un sistema diferente de arrojar proyectiles, exigió adoptar algunas ideas y tecnologías innovadoras. En otras palabras, simplemente no se podía disparar un dardo con un arco. Componentes como el asta o la punta del proyectil necesitaron ser reinventados para que dieran los mejores resultados posibles en su lanzamiento desde los arcos.
Debido a que la ciencia subyacente en la dinámica del vuelo y la mecánica de la flecha no podía ser totalmente entendida por aquellas gentes, no les quedó más opción que recurrir a la estrategia de probar todas las opciones, lo que incluía las diversas clases de puntas y los tipos diferentes de astas, intentando así descubrir las mejores combinaciones. Este proceso de reinvención puede verse arqueológicamente a través de un incremento súbito en el número y la variación de las puntas, indicando el período de transición entre la honda para el lanzamiento de lanzas, y el arco y la flecha.
Según R. Lee Lyman, catedrático del Departamento de Antropología de la Universidad de Missouri, hay evidencias de una súbita proliferación inicial en la variación de las puntas de los proyectiles durante la época de la introducción del arco y la flecha, y de que los artesanos buscaban mediante experimentos las puntas de flecha que funcionasen con mayor eficacia. Después de ese estallido inicial de variación, los modelos de proyectil menos eficaces fueron descartados, haciendo que los arqueólogos observen una reducción en su variación justo después de aquella época.
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