Boletín NC&T Vol. 1, No. 513 13 de Septiembre de 2007.
Los campos eléctricos generados por equipos de uso habitual, como por ejemplo ordenadores, y el exceso de carga estática creada por muchos materiales modernos, pueden ser dañinos para su salud, según una nueva investigación de científicos del Imperial College de Londres.
El estudio indica que la exposición prolongada a los campos eléctricos generados en ambientes interiores cotidianos puede causar mayores riesgos de infecciones y enfermedades respiratorias provenientes de pequeñas partículas aéreas, como alérgenos, bacterias y virus. El estudio también ha revelado que tales riesgos pueden ser mucho mayores de lo que se pensaba.
Los autores también han desvelado que estos campos eléctricos influyen significativamente en concentraciones localizadas de oxígeno molecular cargado, un tipo de ion aéreo pequeño, que mejora el funcionamiento biológico y mata a microbios dañinos.
Más del 90 por ciento de las partículas en el aire pueden estar en la gama de tamaños de las que son afectadas por estos campos, menos de un micrón, o sea 80 veces menos que el grosor de un cabello humano. Aunque pueden permanecer en el aire casi indefinidamente, la deposición de estas partículas minúsculas en los pulmones y en la piel de las personas puede incrementarse grandemente por los efectos del campo eléctrico, sobre todo cuando los sujetos están muy cerca de superficies con cargas opuestas.
La deposición en los pulmones de tales partículas puede incrementarse como resultado de la carga electrostática que mantienen, provocando que sean inducidas cargas "espejo" de polaridad opuesta en la superficie neutra de las vías respiratorias.
Los niveles del campo eléctrico también pueden variar con los niveles de humedad del aire. Una humedad relativa por debajo del 20-30 por ciento provoca un incremento notable en el nivel del campo eléctrico, y en consecuencia un aumento de la incidencia de la deposición y de las infecciones.
Los investigadores sugieren que la presencia de tales campos en ambientes interiores puede provocar un incremento significativo en la acumulación de este tipo de partículas en los pulmones y en la piel de las personas.
Una mayor deposición de estas partículas incrementa la carga tóxica con la que el cuerpo tiene que lidiar, elevando el nivel de contaminación, el riesgo de infección bacteriana y la incidencia de enfermedades tales como el asma. Además, la contaminación de las superficies puede resultar difícil de eliminar, debido a que la velocidad de deposición de las partículas se incrementa bajo la acción de campos eléctricos elevados, causando una mayor deformación en el impacto, haciéndolas adherirse con más fuerza en la superficie contra la que impactan.
"Muchos de los factores que pueden provocar campos eléctricos elevados y una deposición y contaminación mayores se encuentran con frecuencia en ambientes de hospitales así como en edificios donde se notan incidentes del síndrome del edificio enfermo", explica Keith Jamieson del Centro para la Política Medioambiental del Imperial College de Londres, autor principal del estudio.
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