Boletín NC&T Vol. 1, No. 518 1 de Octubre de 2007.
Se ha diseñado y probado el primer método experimental para inducir una experiencia extracorporal en participantes sanos. Una experiencia extracorporal (OBE, por las siglas en inglés de Out-of-Body Experience) se define como aquella en la cual una persona que está despierta mira su propio cuerpo desde un lugar exterior al mismo.
Casos de OBEs han estado presentes en situaciones clínicas donde las funciones cerebrales se ven alteradas de manera directa o indirecta, como por ejemplo en ataques de epilepsia, por efectos de drogas alucinógenas, o por ataques al corazón. También en experiencias traumáticas tales como accidentes de tráfico. Se trata de una experiencia muy común, ya que alrededor de una de cada diez personas afirma haber experimentado una OBE alguna vez en su vida.
El trabajo ha sido dirigido por el Dr. Henrik Ehrsson, del Instituto de Neurología del University College de Londres.
Las experiencias extracorporales han fascinado a la humanidad a lo largo de milenios. Su existencia ha planteado incógnitas fundamentales acerca de la relación entre la consciencia humana y el cuerpo, y han sido debatidas en la teología, la filosofía y la psicología. Aunque estas experiencias se han producido en numerosos casos clínicos, la base neurocientífica de este fenómeno sigue siendo un enigma.
La invención de este método, de momento único en su cometido, por el cual se crea la ilusión, es importante porque revela el mecanismo básico que produce la sensación de estar dentro del cuerpo físico. Esto representa un avance significativo debido a que la experiencia de sentir el propio cuerpo como el centro de percepción es un aspecto fundamental de la autoconciencia.
El descubrimiento de esta forma de inducir una OBE puede tener también aplicaciones más allá de la investigación en psicología, como explica Ehrsson: "Ésta es esencialmente un medio de proyectarse uno mismo, una forma de teleportación. Si podemos proyectar a las personas hacia dentro de un cuerpo virtual, de modo que se sientan y respondan como si estuvieran realmente en una versión virtual de ellos mismos, imagínense las aplicaciones. La experiencia de jugar con videojuegos podría alcanzar un ámbito del todo nuevo. Pero el alcance de las aplicaciones va mucho más lejos. Por ejemplo, un cirujano podría realizar una intervención quirúrgica remota, controlando su persona virtual desde un lugar diferente".
La forma en que se logra realizar la ilusión se detalla a continuación. Los participantes en el experimento se sientan en una silla llevando puestos en la cabeza dos visores de video. Sobre los ojos se proyecta, por medio de unas pantallitas, lo captado por dos cámaras de video colocadas una al lado de la otra dos metros por detrás de la cabeza del participante. La imagen de la cámara de video de la izquierda se muestra en el visor del ojo izquierdo, y la imagen de la cámara de video derecha se muestra en el visor del ojo derecho. El participante observa una imagen tridimensional, de modo que se ve a sí mismo desde la perspectiva de alguien sentado detrás de él.
Entonces el investigador se sitúa justo al lado del participante (en la perspectiva de ellos) y utiliza dos varas de plástico para tocar simultáneamente el pecho real del participante fuera de su campo visual y el pecho del cuerpo ilusorio, moviendo esta segunda vara hacia donde el pecho ilusorio debería estar situado.
Los participantes han confirmado haber experimentado la sensación de estar sentados detrás de su cuerpo físico y mirándolo desde esta posición. Califican de fascinante la experiencia, y afirman haberla vivido como si fuera absolutamente real, y sin que les haya resultado atemorizante.
Para ir más lejos en las pruebas sobre el alcance de la ilusión, y aportar evidencias objetivas, Ehrsson ha realizado un segundo tipo de experimento, destinado a medir la respuesta psicológica de los participantes, específicamente el nivel de transpiración de la piel, en un escenario en el que ellos perciben que su cuerpo ilusorio está amenazado. La respuesta fisiológica de los participantes indica con toda claridad que sentían la amenaza como real.
Esta ilusión es diferente de cualquier otra inducida de modo artificial de la que se tenga noticia. Es la primera que incluye un cambio en la ubicación percibida de uno mismo, que deja de estar dentro del cuerpo físico. Difiere también de una instalación convencional de Realidad Virtual por cuanto examina lo que sucede cuando alguien se mira a sí mismo desde una ubicación que resulta del todo inusual para un montaje típico con espejos, y también por el tipo de información multisensorial que dispara la ilusión.
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