Boletín NC&T Vol. 1, No. 513 13 de Septiembre de 2007.
Como los humanos, los monos se benefician mucho de estar involucrados activamente en el aprendizaje, en lugar de que la información les sea presentada de forma pasiva, según indica una nueva investigación. La ventaja del aprendizaje activo parece ser, por tanto, una propiedad fundamental de la memoria tanto en los humanos como en los monos.
Nate Kornell es el autor principal del estudio, efectuado en la Universidad de Columbia.
En la investigación, dos monos macacos rhesus aprendieron a poner cinco fotografías en un orden particular. Las fotografías se mostraban en la pantalla táctil de un ordenador. Cuando los monos apretaban una fotografía correcta, aparecía un marco alrededor de ésta. Si cualquiera de los animales apretaba las cinco fotografías en el orden correcto, recibía un premio de comida apetitosa. La probabilidad de adivinar las cinco en el orden correcto es menor del uno por ciento.
Cada mono aprendió a ordenar en total por lo menos 18 series independientes de fotografías, que incluyeron imágenes tales como un pez, una cara humana, un edificio, un campo de fútbol y la llama de un fósforo. Los animales pasaban tres días de entrenamiento antes de enfrentarse a las pruebas.
En algunos de los ejercicios de entrenamiento, los monos tenían que deducir el orden correcto por sí mismos, mientras en otros tenían la opción de obtener ayuda accionando un icono en la esquina de la pantalla que permitía que brillara de manera intermitente el borde de la fotografía correcta. Cada vez que completaban la tarea correctamente sin ayuda eran premiados con un dulce, y con una bolita de comida menos deseable cuando terminaban la tarea con las indicaciones del icono de ayuda. Después de tres días, los monos se sometieron a la prueba sin el beneficio del icono de ayuda.
Los monos lo hicieron mucho mejor en los primeros tres días cuando tenían la ayuda que cuando no la tenían, pero en el día de la prueba, esto se invirtió por completo. No hay evidencia de que cuando estudiaron con las indicaciones, lograsen aprender algo sobre la lista. Se la aprendieron cuando no consiguieron la ayuda.
Estos resultados se relacionan estrechamente con resultados obtenidos en humanos, y demuestran que también en el caso de los monos, buscar las respuestas en los recuerdos refuerza el aprendizaje a largo plazo.
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