Boletín NC&T Vol. 1, No. 519 3 de Octubre de 2007.
El descubrimiento del primer oído anatómicamente moderno en un grupo de reptiles fósiles de 260 millones de años, hace retroceder de manera notable la fecha del origen del sentido de la audición en su modalidad más avanzada, e indica la existencia de las primeras adaptaciones para vivir en la oscuridad.
En el nuevo estudio, Johannes Mueller y Linda Tsuji, paleobiólogos del Museo de Historia Natural de la Universidad Humboldt en Berlín, han llegado a la conclusión de que estos animales fósiles, hallados en depósitos del Periodo Pérmico cerca del río Mezen en Rusia central, poseían todos los rasgos anatómicos típicos de un vertebrado con una estructura auditiva sorprendentemente moderna.
Cuando los vertebrados habían conquistado la tierra, y los ancestros de los mamíferos, las aves y los reptiles actuales comenzaron a diversificarse por primera vez, el sentido de la audición no era de gran importancia. De hecho, los primeros vertebrados del todo terrestres que habitaron la tierra, eran mayormente sordos, y carecían de los rasgos anatómicos que pudieran indicar la posesión del mecanismo mediante el cual los vertebrados terrestres modernos son capaces de transmitir los sonidos aéreos al oído interno a través de pequeñas conexiones óseas
La capacidad de los animales modernos para oír una amplia gama de frecuencias, algo muy importante para capturar presas, escapar de depredadores y comunicarse, ha sido considerada durante mucho tiempo como una evolución que tuvo lugar poco antes del surgimiento de los dinosaurios, no mucho antes de hace 200 millones de años, y, por tanto relativamente tarde en la historia de los vertebrados.
Pero estos fósiles demuestran que dicho sistema auditivo avanzado existía mucho antes de lo que se suponía. En estos pequeños reptiles, la parte exterior de la mejilla estaba cubierta por un gran tímpano, y un hueso conectaba esta estructura con el oído interno y el cerebro. Mueller y Tsuji también examinaron rasgos indicadores de la eficiencia de este inesperado mecanismo auditivo, y descubrieron que estos pequeños reptiles eran capaces de oír tan bien como un lagarto moderno.
Pero, ¿por qué estos animales poseían tal sistema auditivo? No es posible responder con toda certeza a esta pregunta. Sin embargo, los investigadores destacan que los animales con un sentido auditivo excelente, por ejemplo, los gatos, las lechuzas, o los gecónidos, suelen llevar una vida activa durante la noche o cuando predomina la baja iluminación.
Y quizás esto es lo que dichos reptiles pérmicos hicieron también. Es significativo el hecho de que los fósiles del río Mezen poseen ojos relativamente grandes, otro rasgo típico de los vertebrados que viven en la oscuridad. Por tanto, todo apunta a que estos reptiles estuvieron entre los primeros vertebrados terrestres en tener un estilo de vida específicamente nocturno.
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