11 agosto, 2008

JUEGOS OLÍMPICOS-CUBA: Detrás de las medallas

lunes, 11 de agosto de 2008
Patricia Grogg
 

 
BéisbolLA HABANA, ago (IPS) - El lugar privilegiado que ocupa Cuba en la elite del deporte mundial desde hace tres décadas muestra la eficacia de un sistema de educación física gratuito y masivo, mantenido por el gobierno a pesar de los vaivenes de la economía nacional.

Este país, con 11,2 millones de habitantes, se ha situado desde los años 70 al frente de América Latina y el Caribe en juegos Olímpicos, Panamericanos y Centroamericanos, por encima de naciones más pobladas y con un desarrollo económico superior, además de contribuir con miles de cooperantes al avance del deporte en decenas de naciones.

"En Cuba cualquiera puede llegar a ser deportista, lo mismo si nació en La Habana que en el pueblo más perdido de Guantánamo", señaló a IPS Ángel Gutiérrez, un profesor retirado de educación física que impartió clases en escuelas primarias durante más de 20 años.

En efecto, ninguno de los actuales recordistas cubanos en el atletismo dio sus primeros pasos en tierra habanera. Dayron Robles, la estrella de los 110 metros con vallas, es de Guantánamo, la más oriental de las provincias del país, mientras la jabalinista Osleydis Menéndez y el saltador de altura Javier Sotomayor nacieron en Matanzas, más de 100 kilómetros al este de la capital cubana.

En esta nación socialista existe un sistema gratuito de captación y preparación de talentos que comienza en las Escuelas de Iniciación Deportiva (EIDE), cantera de los Juegos Nacionales Escolares, que han sido la primera prueba para la mayoría de los integrantes de las delegaciones olímpicas cubanas.

Posteriormente los futuros atletas pasan por las Escuelas Superiores de Perfeccionamiento Atlético (ESPA) y finalmente a los Centros Nacionales de Alto Rendimiento, donde se entrenan los equipos que luego asisten a las competencias internacionales.

Pero las miles de instalaciones deportivas no están ajenas a los efectos de la crisis económica del país y a las deficiencias en la gestión de las autoridades deportivas, agudizadas por las consecuencias del añejo embargo estadounidense, que obstaculiza la adquisición de equipamiento deportivo.

El centro de entrenamiento de boxeo, ubicado en las afueras de La Habana, fue parcialmente cerrado hace dos años por las pésimas condiciones de las áreas de entrenamiento y los dormitorios. Mientras, la natación no ha podido aún despegar por el estado lamentable de las piscinas en esta isla caribeña.

La educación física es una asignatura obligatoria en todos los niveles de enseñanza, impartida por alrededor de 40.000 profesores formados después del triunfo de la Revolución Cubana en 1959, cuando los docentes de esa materia no llegaban al millar.

Datos de la Oficina Nacional de Estadísticas indican que cerca de 4,4 millones de personas practicaban deportes de manera sistemática en la isla en 2007, aunque de ellas sólo 163.396 lo hacían en el alto rendimiento.

La incorporación masiva a la actividad física es una de las políticas más añejas del gobierno, que en 1961 creó el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder), bajo la premisa de que "el deporte es derecho del pueblo".

Esa prioridad comenzó a dar sus frutos en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1970 en Panamá, donde Cuba ascendió a la cúspide del medallero. Un año más tarde ocupó el segundo lugar en los Juegos Panamericanos realizados en la ciudad colombiana de Cali, detrás de Estados Unidos, un sitio que ha mantenido desde entonces.

La isla organizó los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1982 y los Panamericanos de 1991, en los cuales superó por única vez a su poderoso vecino norteño en el número de medallas de oro.

En cuanto a los Juegos Olímpicos, Cuba posee más medallas doradas que el resto de los países de América Latina y el Caribe juntos, y hasta la edición de Atenas 2004 se situaba en el lugar 14 a nivel mundial. Su liderazgo en el área comenzó en 1972 en Munich, donde el boxeo le dio los primeros tres títulos después de 1959.

La delegación cubana asistirá a Beijing con 165 deportistas, la mayoría sin experiencia olímpica, con la intención de quedar entre las primeras 15 naciones y mantener su supremacía continental. Sin embargo, los resultados en los certámenes múltiples del último lustro han marcado cierto declive.

Mientras en los Juegos Panamericanos de 2003 en Santo Domingo la isla obtuvo 72 medallas de oro, el año pasado en Río de Janeiro apenas sumaron 59, siete más que Brasil. Algo similar ocurrió en 2006 en los Juegos Centroamericanos de la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, donde la ventaja sobre México, el segundo en esa ocasión, se redujo de 130 a sólo 31 preseas.

Entre las causas de esta merma podrían estar la continua emigración de atletas, que han decidido abandonar sus selecciones nacionales y la colaboración deportiva en varios países del continente americano, uno de los pilares de la política exterior cubana.

La deserción de deportistas, considerados "traidores" por las autoridades, ha golpeado disciplinas como el boxeo, béisbol, voleibol, baloncesto y fútbol.

Sólo el fútbol perdió este año a siete jugadores en el torneo preolímpico celebrado en Tampa, Estados Unidos, mientras el voleibol tuvo que renovar dos veces su equipo por razones similares.

En apenas dos años la escuadra de boxeo cubana, otrora invencible en pujas internacionales, vio cómo cuatro de sus mejores exponentes, campeones olímpicos y mundiales, abandonaban la selección para saltar al profesionalismo, que en 1962 fue eliminado por el entonces gobierno de Fidel Castro.

"La política deportiva cubana crea las condiciones de un gran desarrollo pero, en ciertas esferas se convierte en una barrera al no permitir la inserción de deportistas en ligas profesionales, o al considerar apátridas y traidores, sin posibilidades de competir por el país, a los atletas que hayan decidido insertarse en esos circuitos profesionales", dijo a IPS un comentarista deportivo que prefirió mantener su nombre en reserva.

El ex presidente Fidel Castro, quien pidió a la delegación olímpica cubana regresar "con el escudo o sobre el escudo", como en la antigua Esparta, afirmó en una de sus habituales Reflexiones que no debía permitirse visitar la isla a "los traidores", para "exhibir los lujos obtenidos con la infamia". (FIN/2008)

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