Boletín NC&T Vol. 1, No. 652 18 de Agosto de 2008.
Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de McMaster, una mujer del sur de Ontario es uno de los primeros casos en Canadá de un extraño síndrome neurológico en el cual una persona comienza a hablar con un acento diferente.
Este misterioso fenómeno médico, conocido como el Síndrome del acento extranjero (FAS, por sus siglas en inglés), se genera a partir de daños neurológicos sufridos por el paciente y trae como consecuencia distorsiones vocales que usualmente suenan como si el hablante tuviera un acento "extranjero".
Este caso en particular es aún más inusual porque la mujer de habla inglesa no adquirió un acento extranjero más o menos ambiguo, sino el acento muy específico del inglés canadiense hablado en la zona de Canadá conocida como las Provincias Marítimas.
La mujer, referida en el estudio como "Rosemary", se recuperaba de un derrame cerebral dos años atrás, cuando su familia se dio cuenta de un cambio en su forma de hablar. Consultaron con el personal médico especializado del Hospital General de Hamilton para saber por qué su madre de repente estaba hablando de un modo que sonaba al acento de Terranova. Fue entonces cuando el equipo médico unió fuerzas con unos expertos en cognición y lenguaje de la Universidad de McMaster para estudiar el intrigante caso.
"Es un caso fascinante porque esta mujer nunca ha visitado las provincias marítimas, ni tampoco ha estado expuesta a la influencia de nadie que tenga el acento de la costa Oriental", explica uno de los autores del estudio, Alexandre Sévigny, profesor de ciencias cognitivas en el departamento de multimedia y estudios de la comunicación en la Universidad de McMaster. "El linaje de su familia es irlandés y danés, y ni su padre ni su madre vivieron nunca en otro lugar que no fuera el sur de Ontario".
Aunque el nuevo acento era evidente para la familia de la mujer, esta última no podía detectar los cambios por sí misma. A pesar de la intensa terapia de lenguaje, el nuevo acento persiste, incluso dos años después.
"El habla de Rosemary es perfectamente clara, a diferencia de la mayoría de las víctimas de derrames cerebrales, a las cuales la lesión les afecta las áreas motoras del lenguaje en el cerebro", explica Karin Humphreys, la investigadora principal del estudio y profesora de Psicología, Neurociencia y Conducta, en la Universidad de McMaster. "Nadie podría adivinar sólo oyéndola que los cambios del lenguaje son el resultado de un derrame cerebral. La gente que la conoce por primera vez, asume que ella es de la costa oriental. Lo observado en este caso es un cambio en algunos de los mecanismos muy precisos de la planificación motora del lenguaje en la circuitería cerebral".
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