Boletín NC&T Vol. 1, No. 650 13 de Agosto de 2008.
Nuevos fósiles provenientes de Letonia, exquisitamente conservados, han ayudado a esclarecer un evento fundamental en la historia evolutiva, cuando nuestros ancestros abandonaron las aguas para aventurarse en tierra firme. Los investigadores suecos Per Ahlberg y Henning Blom, de la Universidad de Uppsala, han reconstruido partes del animal y explicado la transformación.
Es harto conocido que los primeros animales terrestres vertebrados, o tetrápodos (los ancestros de anfibios, reptiles, aves y mamíferos, nosotros incluidos) evolucionaron de un grupo de peces hace unos 370 millones de años, durante el período Devónico. Sin embargo, aunque los científicos han descubierto fósiles de tetrápodos parecidos a peces, y de peces parecidos a tetrápodos, provenientes de ese período, todavía eran demasiado diferentes unos de otros y no daban una imagen completa de los pasos intermedios en la transición.
La situación cambió de manera espectacular en el 2006, con el descubrimiento del fósil de un casi perfecto animal intermedio entre pez y tetrápodo, al que se llamó Tiktaalik, pero aún así quedaba un vacío entre este animal y los más antiguos tetrápodos verdaderos (animales con extremidades en vez de aletas). Ahora, nuevos fósiles del extremadamente primitivo animal Ventastega, procedente del Devónico de Letonia, aporta nuevos y decisivos datos sobre esta fase crítica en la transición.
El Ventastega fue descrito por primera vez en 1994, a partir de material fósil fragmentario. Desde entonces, las excavaciones han dejado al descubierto grandes cantidades de fósiles muy bien preservados, permitiendo ahora a los investigadores reconstruir la cabeza completa, la zona del hombro y parte de la pelvis.
Las reconstrucciones hechas por Ahlberg y Blom junto a colegas británicos y letones muestran que el Ventastega era más semejante a un pez que cualquiera de sus contemporáneos, como el Acanthostega. La forma de su cráneo, y la pauta de su dentadura en sus mandíbulas, representan claramente un estado intermedio entre los del Tiktaalik y los del Acanthostega.
Sin embargo, la pelvis y la región del hombro son casi idénticas a las del Acanthostega, y el hombro es muy diferente al del Tiktaalik (se desconoce cómo era la pelvis del Tiktaalik), sugiriendo esto que la transición de las aletas a las extremidades ya se había producido. Parece ser que las diferentes partes del cuerpo evolucionaron a diferentes velocidades durante la transición del agua a la tierra.
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