Actualizado 2:00 A.M. (hora local) La Habana, martes 26 de febrero de 2008. Año 12 / Número 57
Nota de Prensa
Los Obispos de Cuba, nos hemos reunido en Asamblea Ordinaria, al final de la cual recibimos al Cardenal Tarcisio Bertone SDB, Secretario de Estado de Su Santidad el Papa Benedicto XVI, que fue enviado a nuestro país por el Santo Padre para presidir las celebraciones conmemorativas de la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, hace diez años.
Durante nuestra reunión fue hecho público el mensaje del Presidente Fidel Castro Ruz donde manifestó su decisión de no aspirar ni aceptar el cargo de Presidente del Consejo de Estado ni Comandante en Jefe. Pocos días después se instalaba la nueva Asamblea Nacional del Poder Popular surgida de las elecciones del pasado 20 de enero. Ambos acontecimientos revisten un carácter de excepcionalidad, pues confluyen en la configuración de un nuevo Consejo de Estado que incluye un nuevo Presidente.
En ocasión de conocerse el 31 de julio del año 2006 la dejación temporal de su cargo por el Presidente Fidel Castro y la nominación por él de un equipo responsabilizado más directamente de la marcha del país durante el tiempo de su enfermedad, los Obispos de Cuba pedíamos a los fieles católicos su oración ante los momentos difíciles que vivía nuestra Patria. En nuestra oración incluíamos una petición a Dios nuestro Señor para que nada perturbara el bien superior de la paz en nuestra nación. Hoy queremos dar gracias a Dios porque esa paz posibilitó, en su momento, que las más altas autoridades del país invitaran a trabajadores, estudiantes y pueblo en general a debatir los problemas más urgentes de toda índole que afectan a nuestro pueblo. El llamado instaba a que esto se hiciera con claridad y valentía.
En nuestro Mensaje de Navidad decíamos que este debate prometedor había creado muchas expectativas en el pueblo de un mejoramiento en sus condiciones de vida.
En estos momentos nuestra oración se eleva al Señor y a la Virgen de la Caridad, nuestra Madre, Patrona de Cuba, porque esta Asamblea renovada que acaba de inaugurarse, el Consejo de Estado y su nuevo Presidente tengan la luz de lo Alto para llevar adelante con decisión esas medidas trascendentales que sabemos deben ser progresivas, pero que puedan comenzar a satisfacer desde ahora las ansias e inquietudes expresadas por los cubanos.
Como lo hicimos en Navidad, queremos también ahora renovar nuestros votos de confianza, y con esperanza cristiana, formular estos deseos al nuevo Presidente Raúl Castro Ruz, al Consejo de Estado y a la Asamblea del Poder Popular, teniendo siempre ante nuestros ojos el bien común del pueblo cubano al cual servimos, y pidiéndole al Señor el don de la paz para nuestra nación.
Los Obispos Católicos de Cuba
La Habana, 25 de febrero del 2008
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