Boletín NC&T Vol. 1, No. 576 18 de Febrero de 2008.
Las personas al volante de un vehículo que hablan a través del teléfono móvil no sólo son peligrosas por el riesgo de sufrir una distracción que provoque un accidente, sino que también circulan más despacio en la autopista, adelantan a vehículos lentos con menos frecuencia, y tardan más tiempo en completar sus viajes, según un estudio de la Universidad de Utah que sugiere que los conductores que utilizan teléfonos celulares congestionan el tráfico.
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"Al final del día, los trayectos diarios promedio de una persona entre el lugar de residencia y el del trabajo consumen más tiempo por culpa de esa persona que estuvo usando el teléfono móvil justo enfrente de ellos", explica Dave Strayer, profesor de psicología de la Universidad de Utah y jefe del equipo de investigación.
De modo que, si usted habla por teléfono mientras está conduciendo, le tomará más tiempo llegar desde el punto A hasta el punto B, y retrasará a todos los demás que vayan detrás suyo en la carretera.
Strayer realizó el estudio con Joel Cooper, Ivana Vladisavljevic, y Peter Martin, todos de la Universidad de Utah.
En el nuevo estudio, se utilizó un simulador de conducción PatrolSim. Una persona se sienta en un asiento delantero equipado con acelerador, frenos, y otros elementos de un automóvil Ford, y se proyectan escenas realistas de tráfico en tres pantallas alrededor del conductor.
Los participantes fueron 36 estudiantes de psicología de la Universidad de Utah.
Los resultados indicaron que, cuando los conductores conversaban por teléfono, realizaban menor cantidad de cambios de carril, tenían una velocidad general media inferior, y experimentaban un incremento significativo en el tiempo de viaje en condiciones de mediana y alta densidad de tráfico.
Bajo condiciones de mediana y alta densidad de tráfico, los conductores que hablaron por teléfono fueron, respectivamente, un 21 y un 19 por ciento menos propensos a cambiar de carril (aproximadamente seis cambios de carril por cada 14,8 kilómetros de conducción, frente a siete u ocho cambios de carril realizados por los conductores que no hablaron por teléfono).
Esto puede parecer poco relevante, pero si hay muchas personas que no están cambiando de carril cuando debieran, y conduciendo más despacio, se puede reducir de manera sustancial el flujo de tráfico.
Bajo condiciones de baja, mediana y alta densidad de tráfico, los usuarios de teléfonos móviles emplearon, respectivamente, un 31, un 16 y un 12 por ciento más de tiempo siguiendo a un vehículo lento a una distancia de cerca de 60 metros, que los conductores que no estaban distraídos. Si el conductor de esa clase no hubiese estado distraído hablando por teléfono, hubiera alcanzado y sobrepasado al vehículo lento y llegado antes a su destino.
Si dos o tres personas ralentizan a los conductores que vienen detrás, esto origina un efecto de cascada y se hacen más lentos los trayectos diarios entre el lugar de residencia y el del trabajo de todos los demás.
De por sí, permanecer en un carril sin adelantar vehículos podría ser interpretado como más seguro, al igual que conducir ligeramente más despacio o mantener una mayor distancia a otros vehículos también puede ser considerado más seguro. Pero si se hace esto debido a que se está distraído hablando por teléfono, entonces no es más seguro.
En comparación con los conductores no distraídos, los que hablaron por teléfono circularon, en promedio, unos 3 kilómetros por hora más despacio. Esto provoca un incremento en las demoras para todos los automóviles en un sistema, y las demoras se incrementan a medida que crece el porcentaje de conductores que hablan por teléfono.
Las personas al volante de un vehículo que hablan a través del teléfono móvil no sólo son peligrosas por el riesgo de sufrir una distracción que provoque un accidente, sino que también circulan más despacio en la autopista, adelantan a vehículos lentos con menos frecuencia, y tardan más tiempo en completar sus viajes, según un estudio de la Universidad de Utah que sugiere que los conductores que utilizan teléfonos celulares congestionan el tráfico.
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"Al final del día, los trayectos diarios promedio de una persona entre el lugar de residencia y el del trabajo consumen más tiempo por culpa de esa persona que estuvo usando el teléfono móvil justo enfrente de ellos", explica Dave Strayer, profesor de psicología de la Universidad de Utah y jefe del equipo de investigación.
De modo que, si usted habla por teléfono mientras está conduciendo, le tomará más tiempo llegar desde el punto A hasta el punto B, y retrasará a todos los demás que vayan detrás suyo en la carretera.
Strayer realizó el estudio con Joel Cooper, Ivana Vladisavljevic, y Peter Martin, todos de la Universidad de Utah.
En el nuevo estudio, se utilizó un simulador de conducción PatrolSim. Una persona se sienta en un asiento delantero equipado con acelerador, frenos, y otros elementos de un automóvil Ford, y se proyectan escenas realistas de tráfico en tres pantallas alrededor del conductor.
Los participantes fueron 36 estudiantes de psicología de la Universidad de Utah.
Los resultados indicaron que, cuando los conductores conversaban por teléfono, realizaban menor cantidad de cambios de carril, tenían una velocidad general media inferior, y experimentaban un incremento significativo en el tiempo de viaje en condiciones de mediana y alta densidad de tráfico.
Bajo condiciones de mediana y alta densidad de tráfico, los conductores que hablaron por teléfono fueron, respectivamente, un 21 y un 19 por ciento menos propensos a cambiar de carril (aproximadamente seis cambios de carril por cada 14,8 kilómetros de conducción, frente a siete u ocho cambios de carril realizados por los conductores que no hablaron por teléfono).
Esto puede parecer poco relevante, pero si hay muchas personas que no están cambiando de carril cuando debieran, y conduciendo más despacio, se puede reducir de manera sustancial el flujo de tráfico.
Bajo condiciones de baja, mediana y alta densidad de tráfico, los usuarios de teléfonos móviles emplearon, respectivamente, un 31, un 16 y un 12 por ciento más de tiempo siguiendo a un vehículo lento a una distancia de cerca de 60 metros, que los conductores que no estaban distraídos. Si el conductor de esa clase no hubiese estado distraído hablando por teléfono, hubiera alcanzado y sobrepasado al vehículo lento y llegado antes a su destino.
Si dos o tres personas ralentizan a los conductores que vienen detrás, esto origina un efecto de cascada y se hacen más lentos los trayectos diarios entre el lugar de residencia y el del trabajo de todos los demás.
De por sí, permanecer en un carril sin adelantar vehículos podría ser interpretado como más seguro, al igual que conducir ligeramente más despacio o mantener una mayor distancia a otros vehículos también puede ser considerado más seguro. Pero si se hace esto debido a que se está distraído hablando por teléfono, entonces no es más seguro.
En comparación con los conductores no distraídos, los que hablaron por teléfono circularon, en promedio, unos 3 kilómetros por hora más despacio. Esto provoca un incremento en las demoras para todos los automóviles en un sistema, y las demoras se incrementan a medida que crece el porcentaje de conductores que hablan por teléfono.
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