The Associated Press
El tigre blanco es un animal exótico en peligro de desaparecer de la tierra, porque son escasos -no hay más de 200 en el mundo- son cazados furtivamente y su reproducción en cautiverio es difícil porque se trata de animales solitarios y porque, además, se debe cuidar que sus padres sean de líneas familiares distintas.
Sus padres son la tigresa blanca "Luna", que llegó el 2004 a Chile desde Puebla, México, y "Pampa", un tigre argentino de padres ingleses nacido en el zoológico de Temaikén, que llegó a Santiago el 2007.
Los pequeños fueron vacunados y pesados y se les introdujo bajo la piel un microchips de identificación. Luego de la concurrida sesión fotográfica, fueron ingresados a una jaula donde los esperaba su madre, "Luna", que feliz los lamía y protegía.
"Luna" alimenta con su leche a los cachorros y se espera que lo siga haciendo durante los próximos cinco meses.
"Estamos muy orgullosos de los resultados y creemos que el público no sólo va a apreciar a estas hermosas criaturas, sino que se encontrará con un zoológico muy cambiado, que se moderniza diariamente", declaró Mauricio Fabry, jefe del Zoológico Nacional.
En los próximos meses las autoridades del zoológico planean quintuplicar el espacio que ocupan hoy los tigres blancos.
El zoológico de Santiago desarrolla un proyecto de conservación de especies en riesgo y peligro de extinción.
"Esperamos que el nuevo recinto de tigres sea también un aporte a la educación e investigación", señaló Teresa Rey, directora del Parque Metropolitano de Santiago.
Rey dijo que en marzo se iniciará un concurso para que los niños propongan nombres a los cachorros nacidos el 28 de diciembre del 2007.
El tigre blanco es muy raro y su color es producto de un gen mutante, no de albinismo, y el tigre de Siberia y el de Bengala son las únicas especies que presentan la alteración genética.
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