11 Juzgado Civil de Santiago será el encargado de tramitar la demanda que se entabló hoy a favor de cerca de 900 personas en contra del Estado a raíz de los inconvenientes generados por el Plan Transantiago.
El libelo exige el pago de 17.580 millones de pesos (20 millones de pesos cada uno) por concepto de daño moral y perjuicios económicos generados a dueñas de casa, trabajadores y estudiantes de comunas de la zona sur de la capital.
La demanda deducida por los abogados Felipe Betancourt y Marco Antonio Sepúlveda, se constituye en la acción legal más grande en la historia en términos de cantidad de víctimas que recurren en un mismo escrito.
Los afectados relataron que la falta de medios de locomoción les ha impedido acceder en forma oportuna a hospitales y otros recintos de primera necesidad, "lo que ha producido un daño a raíz del diseño y la implementación del sistema de transporte público en la calidad de vida".
Según el abogado Betancourt el Fisco debe hacerse responsable por la "brutal alteración a las condiciones de vida de todos los santiaguinos" en referencia a los daños a la calidad de vida que ha producido el nuevos sistema de transporte público.
El texto describe al Transantiago como "sinónimo de largas caminatas y esperas; hacinamiento; aumento de horas de viaje; atrasos; grandes y graves aglomeraciones en paraderos y en el Metro; incomodidad; disminución de horas de sueño y de tiempo para compartir con la familia; denuncias de delitos, algunos de connotación sexual; daño a la salud psíquica y física; aumento de transbordos; periferia sin buses y bajas frecuencias (otros sectores quedaron sin transporte público); falta de corredores exclusivos para los buses, de estaciones intermodales y de paraderos, e incluso, otros mal ubicados".
"Nuestros representados", explicó Betancourt, "son usuarios del sistema de transporte público, entre los que se cuentan hombres y mujeres, trabajadoras y trabajadores, estudiantes, dueñas de casa, jóvenes, adultos y ancianos, sanos y enfermos, discapacitados".
"La gran mayoría de ellos sola y exclusivamente se movilizan en micro y/o metro para dirigirse a su trabajo, al hospital, a ver a su familia, a efectuar sus compras o desplazarse por otras razones dentro de la ciudad, pues no poseen vehículo particular, son parte del segmento social más afectado por el Transantiago".
Betancourt explicó que los demandantes dedican ahora mucho más tiempo al traslado hacia y desde sus hogares, sufriendo angustias, humillaciones, maltrato, despidos por atrasos, denigración en la vida familiar y social, y que nadie se ha hecho responsable de este daño. "A estas personas le es imposible evitar el Transantiago, no tienen la posibilidad de eludir la incómoda y humillante aglomeración de personas que se hacina dentro de los medios de transportes y en sus accesos, lo cual constituye una situación indigna, que ha llevado a personeros públicos a asimilar el trato que se da los usuarios del Sistema como el de "animales".
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