Jueves, 27 septiembre 2007 IBLNEWS, AGENCIAS El objetivo de la reunión patrocinada por Estados Unidos de los países que más contaminan es apoyar y acelerar el proceso de la ONU contra el cambio climático, insistió el jueves la secretaria de Estado de EEUU, Condolezza Rice, pero algunos participantes y ecologistas se mostraron escépticos. Inaugurando una conferencia de dos días, Rice expresó su esperanza de combatir el calentamiento global sin ahogar a las economías en crecimiento. "Es nuestra esperanza poder avanzar hacia el objetivo en esta reunión (...) y haciéndolo apoyaremos y aceleraremos el proceso más amplio que ahora se está desarrollando en la convención marco de la ONU", dijo. La secretaria norteamericana declaró que la posición firme de EEUU es que las naciones a título individual deben establecer sus propios objetivos para reducir las emisiones que potencian el cambio climático, especialmente el dióxido de carbono, las fábricas que funcionan con carbón y los vehículos que dependen del petróleo. Los sectores críticos, incluyendo los manifestantes concentrados a las afueras de la conferencia en el Departamento de Estado, pusieron en duda la eficacia de tales planes nacionales con objetivos voluntarios. "Apreciamos los sentimientos expresados por la secretaria Rice, pero el mal siempre está en los detalles", dijo a Reuters el ministro sudafricano de Medio Ambiente, Marthinus van Schalkwyk. "Esa aún es la diferencia crucial entre la estrategia de Estados Unidos y la estrategia del resto del mundo", dijo, en referencia a la división entre establecer objetivos nacionales o mundiales en las emisiones de gases de efecto invernadero. "Para nosotros, esta reunión obviamente es para determinar la voluntad de EEUU de cambiar su estrategia en este asunto". Phil Clapp, del U.S. National Environmental Trust era abiertamente escéptico: "Ya hemos oído esto antes de la Administración (Bush) y continúa abogando por medidas voluntarias de tratados que fracasaron hace 15 años". La Convención Marco sobre el Cambio Climático de la ONU, ratificada por más de 180 países en 1992, entre ellos EEUU, instaba a adoptar medidas voluntarias para reducir las emisiones del calentamiento global. Cuando se demostró su ineficacia, se elaboró el Protocolo de Kioto que obligaba a reducir las emisiones de dióxido de carbono y preveía un mercado mundial del carbono. Estados Unidos lo firmó, pero nunca lo ratificó y el presidente George W. Bush lo rechazó en 2001, diciendo que excluye injustamente a las economías de rápido crecimiento como China e India, mientras que penaliza a países como Estados Unidos. Esta reunión en Washington y otra el lunes en Naciones Unidas son preludios de una sesión de negociación en Bali, Indonesia, cuyo objetivo es encontrar un sucesor al Protocolo de Kioto, que expira en 2012. | |
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28 septiembre, 2007
Los mayores contaminadores del mundo, reunidos en Washington
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