Sábado, 22 septiembre 2007 IBLNEWS, AGENCIAS Frases abarrotadas de modismos chilenos, como "le achunté con este pituto porque es bacán" o "esta cabra regalona no cacha nada y nunca conseguirá ganarse los porotos" son, según la Real Academia Española (RAE), perfectamente correctas aunque ininteligibles para cualquier hispanohablante no chileno. Así lo recoge, en una de sus secciones, el libro "Dudas e incorrecciones de nuestro idioma", de la chilena Haydée Correa, que en parte desmiente algo que piensan muchos chilenos: que hablan mal el español. De esta manera, la RAE reconocería la corrección -aunque siempre dentro del ámbito coloquial- de una lista de las compras que incluyera "cecinas", un par de "tutos" de pollo, unas mazorcas de "choclo", un kilo de "paltas" y una botella o un frasco de "lavalozas". Es más, incluso estaría reconocido por esta institución el famoso y recurrente "huevón" (más conocido popularmente como "on" "won" o "gwon") y algunos de sus familiares como "ahuevonar", "ahuevonarse", "huevada" y "huevear". Según explicó a Efe Haydée Correa, estos "chilenismos" "provienen de lenguas indígenas, como el mapudungún o el aymara, o simplemente son deformaciones de palabras que fueron tomando otro uso, a veces por simple mala pronunciación". Aunque Haydée Correa considera que "para un asunto formal es mejor obviar el chilenismo", asegura que "en el lenguaje oral da riqueza". Así, sería una corrección excesiva substituir, en una conversación, "altiro" por ahora mismo, "chala" por sandalia, "curadera" por borrachera, "fome" por aburrido, "colorín" por pelirrojo, "empilucharse" por desnudarse o "pololo" por novio. En ese contexto, la afirmación "los chilenos no hablamos bien el español" se ha convertido en una frase recurrente entre los 16,1 millones de habitantes de este país latinoamericano, que suelen comparar su manera de hablar con la de sus pares de la misma región. "El concepto que hay aquí es que lo que hablan quienes viven afuera es mejor, pero hay que entender algo tan sencillo como que no hay una lengua mejor ni peor que otra", señaló Correa. "No se ha entendido que nosotros tenemos una lengua y esa es la que hay que usar; fue heredada de los españoles pero es distinta", puntualizó. Además, según la autora, a este "problema de mentalidad de los chilenos" se le debe sumar la preponderancia de la Academia Española en asuntos lingüísticos y también otros factores como el cine español, que "no significa que se tenga que seguir a pies juntillas" el castellano que se usa en España. "He escuchado muchas veces a chilenos que dicen groserías (en Chile, actitud propia de un "garabatero") netamente españolas. Yo las escucho en las películas de Almodóvar, pero no por eso las voy a usar", puntualizó la Correa. Aun así, la escritora reconoce en los chilenos un problema grave de pronunciación, que no existe en la mayoría de los países de la región y, sobretodo, el abuso extremo de muletillas como "cachai". "A veces voy en el metro y es vergonzoso como hablan las niñas: 'Iba por la calle ¿cachai? Y me encontré con un amigo ¿cachai? Y lo vi así como un poco bajoneao, ¿cachai?'. Me pone enferma", afirma la escritora. De esta manera, el consejo de Haydée Correa para los chilenos es "ser suficientemente inteligentes como para discernir lo que es propio y entender que no por ese motivo va a estar mal pero, al mismo tiempo, también hay que pronunciar bien". | |
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24 septiembre, 2007
Chilenismos, mundialmente ininteligibles pero académicamente correctos
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