6 de Septiembre de 2007.
Como promedio, ahora se forman cada año en el Atlántico Norte aproximadamente el doble de tormentas tropicales que cien años atrás, según un nuevo análisis estadístico. El estudio concluye que temperaturas más altas de la superficie marítima y patrones alterados del viento, asociados con el cambio climático global, están alimentando gran parte del aumento.
El estudio ha sido realizado por Greg Holland del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (NCAR) y Peter Webster del Instituto de Tecnología de Georgia.
El análisis identifica tres períodos desde 1900, separados por transiciones abruptas, durante los cuales el número medio de huracanes y tormentas tropicales aumentó de modo drástico para luego permanecer elevado y relativamente constante. El primer período, entre 1900 y 1930, vio un promedio de seis ciclones tropicales atlánticos (o tormentas grandes), de los que cuatro eran huracanes y dos eran tormentas tropicales. De 1930 a 1940, el promedio anual aumentó a 10, consistiendo en cinco huracanes y cinco tormentas tropicales. En el período final del estudio, de 1995 a 2005, el promedio alcanzó 15, de los cuales ocho eran huracanes y siete eran tormentas tropicales.
Este último período aún no se ha estabilizado, lo que significa que la estación media de huracanes puede ser más activa en el futuro. Holland y Webster advierten, sin embargo, que no es posible en este momento predecir el nivel al que la frecuencia e intensidad de las tormentas se estabilizará.
Los incrementos durante el último siglo se correlacionan estrechamente con las temperaturas de la superficie del mar, que han subido casi 1 grado centígrado en los últimos 100 años. Los cambios en las temperaturas de la superficie marina tuvieron lugar en los años anteriores a los aumentos abruptos en la frecuencia de tormentas, con un incremento de temperatura de la superficie de casi 4 décimas de grado hasta 1930, y un aumento similar hasta 1995, continuando incluso después. Los autores hacen notar que otros estudios indican que la mayor parte del aumento en las temperaturas de la superficie del Atlántico puede atribuirse al calentamiento global.
Las inusualmente activas temporadas de huracanes del 2004 y el 2005 han estimulado una investigación considerable buscando la respuesta a la pregunta de si los ciclones tropicales más intensos están en correlación con ciclos naturales, con el calentamiento global, o con alguna otra causa. El nuevo estudio indica que los ciclos naturales no son probablemente la única causa, ya que el aumento se ha producido a lo largo del último siglo en lugar de oscilar en concordancia con un ciclo natural.
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