12 junio, 2007

Ciencia contra el comercio de osos

 
Richard Black
BBC, La Haya

Un grupo de defensa de la vida silvestre ha recurrido a la ciencia con el fin de frenar la explotación de los osos.

La Sociedad Mundial para la Protección de los Animales (WSPA, siglas en inglés) tiene un equipo de prueba que detectará la presencia de material proveniente de osos en medicinas u otros productos.

Sus investigadores creen que hay más de 12.000 osos encerrados en granjas de China, Vietnam y Corea del Sur.

El grupo busca detener la práctica de extracción de bilis, la cual es usada en todo, desde champú para el pelo hasta vino y tónicos médicos.

El equipo de prueba fue dado a conocer en la Convención sobre Comercio Internacional de Especies en Peligro de Extinción (CITES, siglas en inglés) que se reúne en La Haya.

El comercio de productos de oso está prohibido bajo las regulaciones de la CITES.

Sin embargo, en un informe también publicado en la reunión, la WSPA encontró que remedios que contienen extracto de bilis de oso de granjas chinas son vendidos en tiendas de medicina tradicional en Australia, Canadá y Estados Unidos, así como varios países del este de Asia.

La organización espera que agentes aduaneros y funcionarios de comercio de vida silvestre usen el equipo para detectar productos ilegales y así reducir la demanda de practicantes de medicina tradicional.

Resultados positivos

Tienen la apariencia de equipos de prueba de embarazo, pero este equipo detecta la presencia de albumin de oso, una proteína común en varios tejidos del cuerpo.

Kate Sanders, de la Universidad de Adelaide, asesora científica de la WSPA, dijo que las pruebas realizadas por autoridades de Canadá y Australia produjeron resultados esperanzadores.

"Hasta ahora hemos tenido detecciones positivas de carne, sangre, vesículas frescas y secas, dientes, huesos, piel, así como las medicinas de oso patentadas que se originan en granjas de oso de China", dijo Sanders a la BBC.

WSPA y otras organizaciones consideran las granjas de oso como inaceptablemente crueles.

Los animales son confinados a rejas demasiado pequeñas que no les permite ponerse de pie, con un catéter que les extrae bilis de la vesícula biliar a través de un orificio en la piel. La bilis es extraída cada día.

La sustancia que se busca, el ácido ursodeoxicolico, usada para fiebre o inflamaciones, entre otros, ha estado disponible por décadas en versión sintética.

WSPA espera que los equipos puedan ser distribuidos a partir de octubre próximo.


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