03 septiembre, 2007

Mundial de Atletismo Osaka 2007

 

Especial del
Periódico
Granma

XI Campeonato Mundial de Atletismo OSAKA 2007

Según el cristal con que se mire

Atletismo cubano más bajo que en Helsinki 2005; más alto que en París 2003, similar año de Juegos Panamericanos y antesala olímpica

ENRIQUE MONTESINOS, Enviado especial de Granma
montesinos@granma.cip.cu

OSAKA.— Ningún Campeonato Mundial es cosa de juego y si se trata de atletismo encaja entre los más difíciles.

Porque es el deporte base, porque lo practican en todos los rincones del planeta, porque se reúnen más de 200 países, porque no se divide entre profesionales y amateurs, porque hay dinero en juego, 100 000 para el que imponga un récord mundial; 60 000 para cada campeón y en orden decreciente recibe hasta el octavo lugar, porque…

Hay otros muchos porqués derivados de los primeros. Veamos otro aspecto.

En los propios mundiales se produce una diferencia cualitativa dada su frecuencia bienal. Unos se celebran al año siguiente de los Juegos Olímpicos, cuando comienza la preparación para el nuevo cuatrienio y otros tienen lugar en el año antesala de esas máximas citas de verano.

De inmediato cualquiera podrá comprender la gran diferencia que existe en los rendimientos entre los años primero y tercero de trabajo.

En cuanto a Cuba, también puede apreciarse una diferencia con nitidez. Cuando se celebran los Juegos Panamericanos son privilegiados como la principal competencia del año.

Cuando no hay Panamericanos, como en el 2005, en Helsinki, o en el 2001, en Edmonton, el atletismo criollo puede enfilar directamente todos sus cañones hacia la cita mundialista.

De modo que se llega a la conclusión que cuando el mundo está más fuerte, por ser tercer año de trabajo y encontrarse en la antesala olímpica, lo que hace Cuba es privilegiar, alrededor de un mes antes, a los Juegos Panamericanos.

Y para los atletas es sumamente peliagudo mantener la forma deportiva óptima durante tanto tiempo, sobre todo si no se toman las precauciones máximas de rigor.

Tras regresar de Río de Janeiro el 30 de julio, mientras otros volaban de inmediato a insertarse en las últimas competencias del circuito europeo, los nuestros permanecieron en La Habana sin competir, y sin algo más importante todavía: la adaptación a la gran diferencia de 13 horas de Cuba con Osaka.

En modo alguno cuestionamos el papel principal de los Juegos Panamericanos. De lo que se trata es que al ver la connotación universal del evento mundialista, su difusión en todo el globo terráqueo por la TV, sin corresponderse las actuaciones con la legendaria fama del deporte cubano y del atletismo en particular, entonces se valoriza la idea de que se deben tomar todas las medidas posibles para garantizar el lucimiento en ambas lides, por supuesto, con el inestimable esfuerzo, coraje y voluntad de los deportistas y técnicos.

Colegas de habla hispana de distintas latitudes, conocidos de años en la realización de coberturas deportivas preguntaban extrañados qué pasaba con nuestro atletismo, pues ha sido por años el faro de América Latina y por tanto facilitador de su trabajo reporteril.

Recibieron con alegría la primera medalla de la discóbola Yarelis Barrios, bronce; con más entusiasmo la plateada de Yipsi Moreno en martillo (hasta lamentaron a su lado los dos centímetros) y con júbilo y hasta orgullo compartido la espectacular dorada de Yargelis Savigne en el triple salto. ¿El Mundial de las tres Y?

En Helsinki 2005 se obtuvieron 6 medallas (2-4-0), un cuarto lugar en la tabla, así como 54.5 puntos (8vo) y 10 entre los ocho primeros.

La faena en Osaka (aparte de que Osleidys Menéndez no vino en jabalina) clasifica como inferior, con solo la mitad de los metales y el undécimo lugar, así como el noveno por puntos (43), aunque también con 10 finalistas entre los ocho, incluido el relevo (f) de 4x400.

Pero si consideramos lo duro de esta edición, donde naciones del primer mundo como Francia, Italia y Canadá, sedes de Mundiales anteriores, esperaron con ansiedad una dorada durante nueve fechas y al final se marcharon con dos plateadas, y que el mismo Japón, anfitrión de su segundo campeonato con millones invertidos en la organización, no alcanzó hasta el último día un solitario bronce…

En el caso específico cubano comparemos a Osaka con París 2003, por idénticas características de Juegos Panamericanos antes.

La cita en la capital gala reportó apenas dos medallas (1-1-0), el mismo lugar undécimo que ahora, pero solo 33 puntos (18vo), y apenas siete finalistas. Evidente que aquella se superó

EL CIERRE

En la jornada dominical de cierre, el jabalinista Guillermo Martínez rozó los ocho primeros con su noveno lugar, al no pasar de 82.03 (primer intento), pese a que tiene 87 metros y más en su potente brazo, ya que "no me respondían las piernas; nunca había competido con un día por medio entre la clasificación y la final; me siento bien y no estoy defraudado; la jabalina es así".

Las muchachas del 4 x 400 casi cronometraron el mismo tiempo de la clasificación sabatina, su mejor del año (3:27.05 por 3:27.04) y aunque en la recta final hubo un momento en que estuvieron sextas, finalmente igualaron los dos séptimos lugares de anteriores mundiales, lo que para la pinareña Aymée Martínez, por ejemplo, significaba estar "satisfecha, por tratarse de mi primera participación y haber sido parte de uno de los ocho mejores relevos del mundo".

DOMINIO AMPLIO DE EE.UU.

Estados Unidos dominó ampliamente con 14 de los 47 títulos, mientras que otros 21 países obtuvieron al menos uno de los otros 33. Fueron amos fundamentalmente en la velocidad, donde solo dejaron escapar el cetro femenino del hectómetro y tuvieron a estelares tricampeones como Tyson Gay (100, 200 y 4x100) y Allyson Félix (200, 4x100 y 4x400), y adicionalmente a un fondista ex kenyano, Bernard Lagat, autor de una dupleta inédita en 1 500 y 5 000 metros planos.

LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE

En cuanto al resto de América Latina, con el mismo handicap cubano de los Panamericanos, tuvo festejos aislados en la reafirmación por tercera vez del marchista ecuatoriano Jefferson Pérez en los 20 km, el hito histórico del panameño Irving Saladino en el salto de longitud, así como los subtítulos del vallista dominicano Félix Sánchez, en un buen retorno a los planos estelares, y el triplista brasileño Jadel Gregorio.

Y en el Caribe de habla inglesa destaca la actuación de Jamaica, con 10 medallas (1-6-3) y el octavo lugar, pero mejor aún su cuarto escaño por puntos, con 98, gracias a 20 finalistas, incluidos los cuatro relevos.

Jamaica ni Estados Unidos llevaron sus escuadras de lujo a los Panamericanos, pues enfilaron directo sus baterías hacia Osaka…

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