19 de Julio de 2007.
Hay docenas, si no cientos, de fotografías de glaciares en latitudes medias que pueden demostrar sin lugar a dudas que éstos están disminuyendo en respuesta al calentamiento de la atmósfera. Pero los procesos que están en marcha en los trópicos, y en particular en el Kilimanjaro, son muy diferentes de aquellos que han hecho menguar el hielo de glaciares en las regiones templadas más cercanas a los polos, según los autores de una nueva investigación.
El climatólogo Philip Mote, científico investigador de la Universidad de Washington, y Georg Kaser, glaciólogo de la Universidad de Innsbruck en Austria, sostienen que la disminución de los hielos del Kilimanjaro se ha venido produciendo durante más de un siglo y que la mayor parte ocurrió antes de 1953, mientras que no hay evidencias concluyentes del calentamiento atmosférico allí antes de 1970.
Ellos atribuyen la disminución de los hielos principalmente a complejos factores entrelazados, incluyendo la forma vertical del borde del hielo que le permite encogerse pero no extenderse. También citan la disminución de las nevadas, lo que reduce el aumento del hielo y determina la cantidad de energía absorbida por él. Debido a que la blancura de la nieve nueva refleja más luz solar, la falta de nieve nueva permite que el hielo absorba más energía del Sol.
A diferencia de los glaciares de latitudes medias que se calientan y funden por el aire que los rodea en el verano, la pérdida de hielo el Kilimanjaro está determinada estrictamente por la radiación solar. Como la temperatura del aire cerca del hielo de la montaña casi siempre está bastante por debajo del punto de congelación, normalmente no hay ninguna fusión. En vez de eso, la pérdida de hielo ha estado determinada fundamentalmente por un proceso llamado sublimación, que requiere más de ocho veces la energía necesaria para la fusión. La sublimación se produce a temperaturas por debajo de la de congelación, y convierte el hielo en vapor de agua sin pasar por la fase líquida. Mote lo asemeja a la pérdida de humedad que hace que los alimentos sufran "quemaduras" durante la congelación.
Las fluctuaciones de los patrones climáticos relacionados con el Océano Indico también podrían afectar al cambiante balance entre el incremento del hielo, que podría haber estado produciéndose décadas antes de que los primeros exploradores alcanzaran la cumbre del Kilimanjaro en 1889, y la disminución que se ha venido registrando desde entonces.
Los glaciares en latitudes más templadas han menguado abruptamente cuando la troposfera a su alrededor se ha calentado. La troposfera es la capa atmosférica que abarca desde la superficie de la Tierra hasta unos 16 kilómetros de altitud.
Sin embargo, después de analizar los estudios ya publicados, Kaser y Mote afirman que los mismos factores no se aplican al casquete de hielo del Kilimanjaro.
"No hay ninguna evidencia que apoye esa afirmación", declara Mote. "No es que sea imposible, sino que lo más probable es que esa disminución esté asociada a los procesos dominados por la sublimación y con un equilibrio de energía gobernado por la radiación solar, en lugar de por una troposfera más cálida".
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