LA HABANA, 25 jul (IPS) - La ausencia de Fidel Castro en la celebración este jueves del asalto al Cuartel Moncada, una de las efemérides más importante de la era revolucionaria en Cuba, traslada hacia las próximas elecciones parlamentarias las incógnitas sobre el retorno o no del presidente a sus funciones oficiales.
En nota de primera página, el diario oficial Granma anunció este miércoles que el acto en Camagüey, distante 534 kilómetros de La Habana, estará encabezado por el general de Ejército Raúl Castro, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
Raúl Castro, segundo en la nomenclatura del poder, reemplaza desde el 31 de julio de 2006 al mandatario de 80 años, quien por esos días sufrió la primera de varias operaciones a raíz de una dolencia intestinal. Sin embargo, los medios de comunicación oficiales de Cuba, incluida la prensa, evitan llamarlo presidente en "funciones" o "interino".
"Lo importante es que en el país no hubo un vacío de poder y todo marcha… Como se le llame a Raúl es lo de menos, por ahora", comentó a IPS un analista cercano a medios gubernamentales que pidió no ser identificado. La fuente evitó hacer conjeturas hacia el futuro.
El 26 de julio se conmemora el asalto a los cuarteles Moncada de Santiago de Cuba, a 847 kilómetros de La Habana, y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, a 730 kilómetros de la capital del país, que en 1953 dirigió Fidel Castro al frente de un grupo de jóvenes entre quienes se encontraba Raúl, su hermano menor, hoy de 76 años.
La acción, un descalabro en términos militares, se considera el inicio de la insurrección armada que culminó con el triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959. A partir de entonces, la fecha es motivo de celebraciones que incluyen un acto oficial, que fue aprovechado por Fidel Castro para informar sobre la situación del país y su entorno internacional.
En los actos del pasado año, celebrados en la oriental ciudad de Bayamo, el gobernante contrapuso los éxitos de una serie de programas sociales, llevados a cabo en los últimos años, a propuestas de transición para Cuba lanzadas por el gobierno estadounidense de George W. Bush.
En esa oportunidad, Castro habló durante más de dos horas y luego viajó a Holguín para inaugurar una batería de grupos electrógenos que, mediante una inversión de más de 50 millones de dólares, mejoraron la capacidad de generación de energía de esa provincia vecina a Bayamo.
Cinco días después, en su proclama al pueblo de la nación, Castro admitió sus quebrantos de salud que le obligaron "a enfrentar una complicada operación quirúrgica" y anunció que delegaba en Raúl Castro, "con carácter provisional", sus funciones al frente del gobierno, el Partido Comunista de Cuba (PCC) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Para otras responsabilidades designó un equipo integrado por el vicepresidente Carlos Lage, el canciller Felipe Pérez Roque, el ministro de salud, José Ramón Balaguer Cabrera, los miembros del Buró Político del PCC, José Ramón Machado Ventura y Esteban Lazo Hernández, además de Francisco Soberón Valdés, ministro presidente del Banco Central de Cuba.
Desde entonces, el líder cubano ha sido visto por la población cubana sólo en fotografías y videos trasmitidos por la televisión estatal, aunque el 29 de marzo comenzó a expresar sus ideas sobre temas internacionales y nacionales en artículos que la prensa oficial publica bajo el rótulo de Reflexiones del Comandante en Jefe.
En su última columna, divulgada este martes, el mandatario admitió la deserción de tres competidores y un entrenador que participaban en los Juegos Panamericanos que se realizan en Río de Janeiro, a quienes vaticinó un destino de "atletas mercenarios en un sociedad de consumo".
En su opinión, los boxeadores Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara, quienes dejaron la delegación el pasado fin de semana, habrían aceptado millones de dólares de "una mafia" que se dedica a la compra y promoción de pugilistas cubanos en Alemania.
Poco antes, habían desertado el entrenador de gimnasia Lázaro Lamelas Ramírez y el jugador de balonmano Rafael Da Costa Capote.
Según una cronología oficial de las conmemoraciones de los 26 de julio, la de Camagüey de este jueves sería la primera ocasión en que el acto central se realice sin la presencia de Fidel Castro y la tercera en que el discurso de clausura queda a cargo de su hermano Raúl, quien habló en los festejos de 1994 y 1997.
En 1992, la celebración se llevó a cabo el 5 de septiembre, luego que Castro regresó de un viaje a España para asistir a la II Cumbre Iberoamericana. Esa visita incluyó además un recorrido por la nación ibérica que lo llevó a la región de Galicia, donde conoció la casa natal de su padre, Ángel Castro, fallecido en 1956.
Analistas centran ahora la atención en los comicios generales que comenzarán en octubre con la elección de delegados a las Asambleas Municipales y continuarán luego, en fecha aún no precisada, con la renovación de representantes a las instancias provinciales y los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento unicameral).
El proceso debe terminar el año próximo con la composición de la Asamblea Nacional (actualmente de 609 miembros) y la elección de los cuerpos ejecutivos del Estado: el Consejo de Estado y el de Ministros, de los que Castro es presidente.
El líder cubano fue elegido para esos cargos cuando surgió el actual modelo institucional, en 1976, y reelecto desde entonces para sucesivos períodos de cinco años.
En marzo pasado, el presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, opinó que el gobernante podría estar en condiciones de ser reelegido nuevamente en estos comicios. "Estoy seguro de que estará en perfectas condiciones para seguir asumiendo esa responsabilidad", afirmó a periodistas que lo abordaron en el Palacio de Convenciones.
El 16 de marzo de 2003, al ser elegido jefe de Estado para un nuevo mandato quinquenal, Castro sorprendió a sus seguidores al admitir, ante el parlamento, la temporalidad y fragilidad de todo ser humano, reflexiones poco usuales hasta ese momento.
"Sabemos que el tiempo pasa y las energías se agotan", señaló. "Quizá la incesante lucha nos entrenó para tan larga batalla. Pienso que el secreto puede estar en la fuerza de una gran ilusión, de un entusiasmo inagotable y de un amor a nuestra noble causa que creció cada día de la vida. Pero ésta tiene sus leyes inexorables", añadió.
"Les prometo que estaré con ustedes, si así lo desean, mientras tenga conciencia de que pueda ser útil y si antes no lo decide la propia naturaleza. Ni un minuto menos, ni un segundo más. Ahora comprendo que mi destino no era venir al mundo para descansar al final de la vida", concluyó en esa oportunidad Fidel Castro.
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