26 de Junio de 2007.
Ingenieros especializados en vientos de la Universidad de Florida han desvelado el simulador móvil de vientos y lluvias huracanados más grande del mundo. Montada en un remolque de camión, la máquina de enormes dimensiones está compuesta por ocho ventiladores industriales de metro y medio de altura movidos por cuatro motores diesel navales que en conjunto producen 2.800 caballos de fuerza. Para enfriar los motores, el sistema utiliza el agua almacenada en un tanque de cerca de 20.000 litros a bordo de un camión.
Los ingenieros civiles y costeros de la Universidad de Florida planean usar el simulador para destruir casas desocupadas, mediante vientos del orden de los 200 kilómetros por hora, correspondientes a la categoría 3 en la escala Saffir-Simpson de huracanes, y chorros de agua de alta presión que imitan la lluvia torrencial impulsada por esos vientos.
La meta: saber más sobre cómo los huracanes deterioran las casas y cómo modificarlas para prevenir mejor esos daños.
El simulador fue diseñado y construido por Forrest Masters (profesor de ingeniería civil y costera, y jefe del proyecto), el director del laboratorio Jimmy Jesteadt y un equipo de colaboradores.
Es único en su clase. A diferencia de los simuladores anteriores, más pequeños, el nuevo simulador emplea un mecanismo hidráulico innovador para transferir la energía de los motores a los ventiladores. El resultado es un sistema de accionamiento más ligero, menos voluminoso y más seguro que los sistemas tradicionales.
A plena potencia, los ventiladores rotan aproximadamente a 1.800 revoluciones por minuto, produciendo velocidades del viento de aproximadamente 150 kilómetros por hora. Un conducto especial, construido por encargo, reduce el espacio disponible para la circulación del aire, lo cual acelera el chorro gaseoso hasta unos 200 kilómetros por hora. Unas paletas controlables permiten a los ingenieros dirigir el viento resultante hacia la dirección deseada.
Los chorros de agua, implantados también en las paletas, pueden simular las lluvias más extremas.
El simulador es la última adición al creciente arsenal de aparatos de investigación de huracanes, diseñados y montados en la Universidad de Florida, para intentar averiguar más cosas sobre los vientos huracanados actuando a nivel de la superficie terrestre, y de cómo afectan a las estructuras. En un proyecto relacionado, los investigadores construyeron varias torres transportables para la monitorización de los vientos, las cuales fueron desplegadas en las trayectorias de los huracanes que tocaron tierra, en años recientes.
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