Actualizado 3:30 A.M. (hora local) | La Habana, miércoles 20 de junio de 2007. Año 11 / Número 171 |
El Consejo de Derechos Humanos, al concluir su quinto periodo de sesiones, en Ginebra, decidió descontinuar el mandato de la denominada Representante Personal de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos para Cuba, con lo que puso fin a la manipulación por parte del gobierno de los Estados Unidos del tema de los derechos humanos contra nuestro país.
Esta decisión del órgano que reemplazara a la desacreditada Comisión de Derechos Humanos, constituye una histórica victoria en la lucha de nuestro pueblo por hacer valer la justicia y poner fin al ejercicio anticubano que Estados Unidos concibió, precisamente, como pretexto para mantener y exacerbar su genocida política de bloqueo y de agresión contra Cuba.
Con esta decisión, el Consejo de Derechos Humanos reconoce el carácter injusto, selectivo y discriminatorio de las acciones que durante dos décadas se han perpetrado contra nuestro país, y da un rotundo mentís a las resoluciones y mecanismos que el gobierno norteamericano logró imponer en la fenecida Comisión de Derechos Humanos mediante la coacción, la amenaza y el chantaje.
El respaldo de los integrantes del Movimiento de Países No Alineados y de otros países del Tercer Mundo ha sido esencial para lograr este resultado. Hasta a los países de la Unión Europea, aliados permanentes de los Estados Unidos en su acciones contra nuestro país en el marco de la antigua CDH, no les quedó más opción que aceptar la descontinuación del desprestigiado mandato contra Cuba, como única vía para tratar de darle credibilidad al Consejo cuyo primer año de vida se cumple ahora.
Este resultado constituye un acto de imprescindible justicia hacia el aguerrido y generoso pueblo cubano, cuyos hijos contribuyeron ayer a la desaparición del colonialismo y el apartheid en África, y hoy se entregan modesta y desinteresadamente a la realización de los derechos humanos de millones de personas en los más de 100 países a los cuales hoy llega la solidaridad de más de 42 000 médicos, enfermeras, maestros, entrenadores deportivos, ingenieros y técnicos cubanos. Es un acto de justicia con el pueblo que hoy forma gratuitamente en sus universidades a más de 30 000 jóvenes de 118 países y ha devuelto la visión a casi 700 000 personas de 31 países.
Constituye un reconocimiento al prestigio y la labor de Cuba y su Revolución, cuya innegable obra en la promoción y la protección de todos los derechos humanos para todos, y en la creación de una sociedad cada vez más justa, más igualitaria, más humana, no puede ser desconocida ni tergiversada.
Es un merecido reconocimiento a la defensa cubana de los intereses del Tercer Mundo, a su denuncia y resistencia frente a las pretensiones de dominación imperial de Estados Unidos, a la Cuba que, por sus méritos, fue electa miembro fundador del Consejo de Derechos Humanos por 135 votos, más de las dos terceras partes de los miembros de la Asamblea General de la ONU, pese a las presiones del gobierno de Estados Unidos y de la Unión Europea, quienes trabajaron activamente contra la candidatura cubana.
El resultado del proceso de construcción institucional del Consejo, recién concluido, a pesar de las carencias y deficiencias que sigue teniendo dicho órgano, es favorable a los países del Tercer Mundo, organizados y aglutinados por el Movimiento de Países No Alineados, bajo la Presidencia de Cuba. El Movimiento desempeñó un activo papel y logró que la Agenda del Consejo incluya asuntos de particular importancia para los países del Sur, como la "situación de los derechos humanos en Palestina y los territorios árabes ocupados", "el derecho al desarrollo", y "la discriminación racial y la xenofobia".
Ahora, queda por ver si los países industrializados, que utilizaron a la antigua CDH como instrumento para tratar de imponer sus concepciones y su visión política, están dispuestos realmente a trabajar sobre la base de los principios de universalidad, imparcialidad, objetividad, no selectividad, diálogo constructivo y cooperación, y evitando los dobles raseros y la politización que condujeron al desprestigio de la fenecida Comisión de Derechos Humanos, convertida en tribunal inquisidor de los países del Sur.
Cuba, que en su calidad del Presidente del Movimiento de Países No Alineados ha desempeñado un importante papel en este proceso, continuará batallando en defensa de la verdad, de nuestra soberanía, y de los intereses de los países del Tercer Mundo.
La Habana, 19 de junio de 2007
"Año 49 de la Revolución"
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