La información sobre ciencia y tecnología está en alza, sobre todo en Internet, pero también en medios especializados y en publicaciones que buscan llevar cabo una divulgación amable que llegue a todos los públicos. Lo cierto es que el mundo se encamina hacia una revolución técnica y científica, en la que estos aspectos del desarrollo humano tendrán cada vez una mayor presencia. Ante ello, ante este reto, es lícito preguntarse si la educación de los niños, sobre todo durante el período de escolaridad, es adecuada para afrontar las demandas que requerirá. En otras palabras, si los jóvenes saldrán de los colegios listos para desear emprender carreras técnicas, de ingeniería o ciencia básica, y subirse al carro de los empleos que trazarán la senda del futuro inmediato, o si, ignorantes de lo que está a su alcance, acabarán en trabajos tradicionales cada vez menos competitivos.
La respuesta definitiva no está clara. Se reconoce que esta década, y la precedente, han estado protagonizadas por un aumento exponencial en la cantidad de información disponible, y que los inventos y adelantos cada vez encuentran más rápido su aplicación en la vida diaria, en la industria y, en general, en los negocios. Con la especialización como solución ante el crecimiento de las ramas del saber humano, va a ser necesario un gran número de expertos en muy diversos apartados de la ciencia y la tecnología. Pero a mayor especialización, mayor dificultad para dar a conocer los méritos de cada uno de ellos, e interesar a sus futuros practicantes.
Algunos estudiosos indican que la solución a este problema se encuentra en informar sobre ciencia y tecnología a los niños desde muy temprana edad, incluso desde los tres años, cuando su cerebro está haciendo un gran esfuerzo de desarrollo, y aprende más rápido multitud de conceptos. De la misma manera que es más sencillo aprender un segundo idioma cuando se es pequeño, también es buena estrategia estimularlos para que asimilen nociones científicas sencillas, porque de este modo, más adelante, no se encontrarán ante la ciencia o la tecnología como ante entes extraños e incompresibles, lejos de su interés y gusto.
Pero para hacer esto, padres y educadores deben estar a su vez bien informados. Deben saber responder preguntas y orientar a los pequeños cuando sea necesario. Saber descubrir vocaciones y ayudarles a encontrar las respuestas.
Hoy en día, eso resulta más sencillo que nunca. En la era de la información e Internet, no debería ser difícil mantener una cultura científica y tecnológica apropiada. Existen multitud de medios que hablan de ciencia y tecnología, que presentan noticias mundiales de campos científicos diversos, artículos profundos sobre variados temas tecnológicos (desde la investigación básica hasta la electrónica de consumo), e incluso otros materiales de utilidad didáctica. Los aficionados se reúnen en foros de opinión, donde dan su parecer sobre noticias internacionales de relevancia, comparten experiencias y recomiendan lecturas y otras fuentes de información.
Más allá de los artículos en profundidad, las noticias, que ahora pueden distribuirse muy fácilmente por múltiples medios, se han convertido en el formato más utilizado para mantenernos al día sobre lo que pasa ahí fuera. Noticias mundiales, de amplia difusión, o noticias locales, de más limitado interés, se nos presentan al instante ante nosotros con un solo clic de ratón. Una selección correcta de este flujo informativo, desde el origen, o ya en el ordenador del usuario, gracias a las cada vez más versátiles herramientas de suscripción a temas particulares, es fundamental para disfrutar de una lectura no sólo amplia sino también atractiva de las noticias.
Garantizada la rapidez en la transferencia de los conocimientos, las noticias deben ser una herramienta que no sólo informe de un determinado acontecimiento (un descubrimiento, un avance…), sino que también permita seguir indagando si el lector lo considera necesario. Internet permite esto e incluso más, incluyendo contactar con el propio investigador, mostrar contenidos audiovisuales relacionados, etc.
En definitiva, noticias, tecnología y ciencia, conforman una amalgama que, con la participación de los adultos, puede abrir las puertas hacia mejores oportunidades para los trabajadores del futuro.
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