Domingo, 17 junio 2007 IBLNEWS, AGENCIAS Las graves consecuencias de la desertificación que causa la acción humana ponen en riesgo a más de 1.200 millones de personas en cien países, por lo que la ONU dio la voz de alarma en el Día Mundial, que se celebra este domingo, frente a un problema planetario. Las Naciones Unidas han elegido para como tema de este año "La desertificación y el cambio climático: un reto mundial", con el que recuerda que ambas cuestiones "interactúan en diversos niveles" y amenazan la capacidad para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2015. Se espera que debido al calentamiento global siga aumentando el número de fenómenos meteorológicos extremos, tales como sequías y lluvias intensas, los cuales tendrán un drástico efecto en suelos ya debilitados, señala el mensaje del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, con motivo de esta conmemoración. Esa tendencia "empeorará la desertificación y aumentará la prevalencia de la pobreza, la migración forzada y la vulnerabilidad ante los conflictos en las zonas afectadas", añade Ban. Todas las agencias de la ONU y los gobiernos de numerosos países admiten el retroceso de la deforestación, de las tierras cultivables y de los bosques, así como la carencia de agua, lo que ha generado ya más pobreza, el avance de los desiertos y cada vez más refugiados por el hambre. El secretario ejecutivo de la Convención de la ONU Contra la Desertificación, Hama Arba Diallo, sostuvo en marzo que la desertización es un problema cuyas consecuencias son de escala planetaria. Además, recordó la meta mundial de reducir la pobreza a la mitad para 2015, uno de los Objetivos del Milenio, pero señaló que mal podrá cumplirse ese fin "si no se toman medidas para abordar la conservación del principal instrumento de vida que tienen los países en desarrollo, que es la tierra". Por continentes, África subsahariana es la región "con el índice de desertificación más elevado del mundo", fenómeno que afecta, además, entre otros lugares, a una cuarta parte de América Latina y el Caribe y a una quinta parte de España, según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Se calcula que para 2020, unos 135 millones de personas corren peligro de tener que abandonar sus tierras por la continua desertización, de ellas 60 millones en África subsahariana. En Asia, con unas 1.700 millones de hectáreas de tierra árida, semiárida y subhúmeda, las zonas degradadas incluyen desiertos crecientes en China, India, Irán, Mongolia y Pakistán; las dunas de arena de Siria, las montañas erosionadas de Nepal y la deforestación y sobrepastoreo de las regiones montañosas de Laos. En cuanto a número de personas afectadas por la desertización y la sequía, Asia es el continente más perjudicado, según la ONU. En América Latina, pese a los bosques tropicales húmedos de la región, la pérdida de tierras de cultivo y de selvas afecta a 313 millones de hectáreas en Latinoamérica y el Caribe (250 millones en América del Sur y 63 millones en América Central y México). Ante esa problemática, los países miembros del Mercado Común del Sur, que integran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, crearon en marzo pasado junto con Bolivia y Chile una estrategia que busca una alternativa económica para las tierras depauperadas. En Europa, el llamado grupo del Mediterráneo Norte formado por España, Portugal, Italia, Turquía y Grecia, componen una de las cuatro zonas determinadas por la convención de Naciones Unidas como afectadas por la desertización. En España, según datos oficiales de 2006, la desertización afecta al 53,17 por ciento del territorio, donde 159.137 kilómetros cuadrados, el 31 por ciento del total, sufren un riesgo alto o muy alto de desertización y el riesgo es medio en 109.712 kilómetros cuadrados, el 21,6 por ciento. Uno de los países en los que se constata una mayor desertización es Sudán, donde afecta a 13 de sus 15 provincias, lo que supone una superficie total de 414.000 kilómetros cuadrados, según el gobierno, que atribuye el avance del desierto y el retroceso de la calidad de la tierra a la explotación de los recursos del suelo más que al cambio climático. La desertización también preocupa en China, donde avanza a un ritmo de 1.283 kilómetros cuadrados al año, y afecta ya directamente a 400 millones de personas, según la Administración Estatal Forestal. El 18 por ciento del territorio chino es ya una área desértica, especialmente la franja septentrional y occidental, aunque otro 14 por ciento sufre las consecuencias de la desertización, extendida prácticamente por todo el país, según ese departamento oficial. La presión de la enorme población, el desenfrenado desarrollo económico y la contaminación han puesto en una situación "extremadamente frágil" incluso las zonas desérticas reforestadas, según las autoridades. En América Latina, Argentina, Bolivia y Paraguay acordaron en marzo luchar contra la desertización del Gran Chaco americano y el estado de pobreza en el que viven sus habitantes. En el Gran Chaco, que tiene una superficie de más de un millón de kilómetros cuadrados y es la segunda región más boscosa en América Latina después del Amazonas, viven 4 millones de personas de Argentina, Bolivia y Paraguay, de los que un 60 por ciento son pobres. En México, un 47 por ciento (94 millones de hectáreas) de tierras sufren degradación en diferentes niveles, desde un grado leve hasta desertización extrema", según la Comisión Forestal. Para que no avance el fenómeno y recuperar el suelo se aprobaron programas como el denominado Pro Árbol, que reparte subsidios entre los pueblos indígenas y las comunidades campesinas para la generación de áreas forestales. En Chile, la desertización afecta a 48,3 millones de hectáreas, lo que significa que el 64 por ciento del territorio está en proceso de degradación, fenómeno que perjudica directamente a un millón y medio de personas, según la Universidad de Chile. En Argentina, el gobierno anunció un plan para tratar de revertir la desertificación mediante la creación de microcréditos que estarán al alcance de la población de las zonas rurales degradadas. En la República Dominicana, uno de los centros turísticos por excelencia del Caribe, el 70 por ciento del territorio está afectado de alguna manera por la desertificación, según organizaciones públicas y privadas. | |
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18 junio, 2007
Un problema planetario acecha a 1.200 millones de personas de cien países
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