19 de Junio de 2007.
Utilizando técnicas que podrían revolucionar la fabricación de ciertos materiales, unos investigadores han hecho crecer nanotubos de carbono que son los más largos del mundo. Si bien su longitud es todavía ligeramente menor de 2 centímetros, cada nanotubo es 900.000 veces más largo que su diámetro.
Las fibras, que tienen el potencial de ser más largas, más fuertes y mejores conductoras de la electricidad que el cobre y muchos otros materiales, podrían acabar teniendo usos prácticos en tejidos inteligentes, sensores y muchas otras aplicaciones.
Para hacer crecer los manojos alineados de los delgadísimos tubos, los investigadores combinaron las ventajas de la deposición química de vapor (CVD), una técnica para crear capas delgadas, especialmente común en la industria de los semiconductores, con un nuevo substrato y un catalizador sobre el cual se adhiere el carbono.
La técnica fue desarrollada por Vesselin Shanov, Mark Schulz, Yun Yeo Heung y algunos otros colaboradores, en la Universidad de Cincinnati.
Los investigadores se asociaron con First Nano, una división de la CVD Equipment Corp. de Ronkonkoma, Nueva York, para utilizar sus laboratorios y un horno especializado denominado EasyTube 3000.
Este proceso es revolucionario porque permite mantener el catalizador "vivo" por un largo período de tiempo, permitiendo así transportar de forma rápida y continua los "bloques de construcción" de carbono a la zona de crecimiento de los nanotubos.
Los nanotubos de carbono son sumamente largos comparados con sus predecesores. El más largo es 3 milímetros mayor que el anterior que obtuvo el récord mundial. Más importante aún para los fabricantes, el equipo de la investigación hizo crecer una alfombra uniforme de 12 milímetros de espesor de nanotubos de carbono alineados sobre un sustrato de silicio de aproximadamente 10 centímetros, lo cual abre el camino para la producción a mayor escala.
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