Domingo 8 de julio de 2007
Procesan a ex militares por muerte de conscriptos
En abril de 2000 se realizó la reconstitución de escena del homicidio de Sergio Pantoja y Francisco Peña, ambos provenientes de Rancagua.
CÓMO FUERON ENCONTRADOS
Procesan a ex militares por muerte de conscriptos
En abril de 2000 se realizó la reconstitución de escena del homicidio de Sergio Pantoja y Francisco Peña, ambos provenientes de Rancagua.
CÓMO FUERON ENCONTRADOS
En el fallo de la Corte se establece que en octubre de 1974, ambos reclutas fueron detenidos ilegalmente y trasladados a la localidad de Pisagua y luego al Cuartel de Putre. En este lugar fueron mantenidos en calidad de prisioneros por personal del Ejército y sometidos a interrogatorios y torturas durante el cautiverio. La resolución consignó que los jóvenes fueron ejecutados por efectivos de la misma institución donde cumplían el servicio militar y sus cuerpos fueron enterrados en el desierto.
Según testigos, estos estaban desnudos y de espaldas, con las manos atadas y cruzadas en la zona del abdomen. Uno de ellos presentaba un impacto de bala en la oreja.
Seis años después de haber sido enterrados los cuerpos, un juez y familiares de uno de los conscriptos visitaron el sector. Se dieron cuenta que el terreno había sido removido por terceras personas, que seguramente quisieron ocultar el cuerpo del delito.
En el 2000, se informó que habían sido encontrados cuatro fragmentos óseos en la zona de Alero Las Cuevas, 20 kilómetros antes de Putre. La diligencia permitió encontrar dos trozos de costillas, una vértebra y una sección de muñeca que mostraban signos de haber sido calcinados. Estos restos fueron entregados fueron identificados por el Servicio Médico Legal como pertenecientes a los desaparecidos.
Retrato de Sergio Pantoja a la edad de 18 años cuando realizó el Servicio Militar en nuestra ciudad.
La Cuarta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, en votación unánime, sometió a proceso a ocho ex miembros del Regimiento Rancagua del Ejército, implicados en el secuestro y homicidio calificado de los conscriptos Amador Pantoja y Juan Francisco Peña, quienes realizaban el Servicio Militar en nuestra ciudad.
El tribunal de alzada responsabilizó como autores de los crímenes a Juan Vidal, Sergio Mercado, Luis Guillermo Carrera, Horacio Camillieri, Hernán de la Fuente, Eulogio Carrasco y José Miguel Ortega.
"La Estrella" conversó vía telefónica con Mauro Pantoja (35), hermano del fallecido uniformado Sergio Pantoja, quien actualmente reside en Rancagua, Sexta Región.
- ¿Cómo tomó la familia la noticia?
- Nos tomó de sorpresa, estábamos esperando la justicia, porque es lo más digno para nuestro hermano, ya estaba comprobado el crimen y no existió justificación para que los torturaran y los hicieran desaparecer.
- ¿En el momento de la desaparición de Sergio recibieron alguna explicación del Ejército?
- Nada. El regimiento entregó oficialmente un escrito en el que decía que mi hermano ya había cumplido con el Servicio Militar. Y, por otra parte, entregaron otro documento que decía que lo habían ejecutado por deserción. Pero era una contradicción entre los documentos. Por suerte mi mamá los guardó y gracias a eso se juntaron pruebas de que algo ocurría. Nunca nos entregaron el cuerpo, nunca más se dieron razones y el regimiento no quiso hablar más del tema.
JUSTICIA
"En Chile lo importante es que exista la justicia. Cuando se hace presente se sanan las heridas y es más, cuando el otro reconoce su culpa también se sana una herida", afirmó Pantoja.
"Yo le hice el comentario al juez Juan Guzmán cuando estuvimos en Arica, que si tuviera de frente al asesino y me dijera te pido perdón por lo que le hice a tu hermano, yo lo perdonaría y me reconciliaría completamente. Es una razón humana que el otro reconozca, pero la soberbia es mayor", acotó.
Pantoja expresó que los ex uniformados involucrados en el caso continúan con la soberbia, "hasta el último han manifestado que Sergio pertenecía a una guerrilla con Perú", dijo.
Pantoja y Peña estudiaron en el Liceo Industrial de Rancagua y ya se conocían al momento de llegar a nuestra ciudad.
"A nosotros nos entregaron de los restos sólo 3 huesos y es más, no sabemos si pertenecen a mi hermano o a Francisco Peña. En común acuerdo con la otra familia decidimos repartirnos los restos y como acto simbólico los enterramos acá, pero no sabemos si pertenecen a ellos", afirmó.
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