La larga búsqueda de la tumba del Rey Herodes el Grande ha terminado, sacando a la luz los restos de su tumba, sarcófago y mausoleo en la ladera nordeste del Monte Herodium.
Herodes el Grande fue el rey de Judea, asignado a ese cargo por los romanos, desde el año 37 aC hasta el 4 aC, y estuvo involucrado en muchos proyectos de construcción monumentales, incluyendo el complejo en el Herodium, a 15 kilómetros al sur de Jerusalén.
El Herodium es el más destacado entre los proyectos de construcción del rey Herodes. Es el único lugar que lleva su nombre y donde escogió ser sepultado y así ser recordado para siempre, todo esto integrado con un enorme y singular palacio al borde del desierto.
Las excavaciones en las laderas de la montaña, en cuya cima está la famosa estructura que comprende un palacio, una fortaleza y un monumento, comenzaron en agosto del 2006. La expedición, por parte del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, fue conducida por Ehud Netzer, junto con Yaakov Kalman y Roi Porath, con la participación de beduinos locales.
La naturaleza única de estos hallazgos, su peculiar ubicación, así como el registro histórico, no dejan duda alguna de que éste fue el lugar del enterramiento de Herodes.
El mausoleo en sí mismo fue desmantelado casi por completo en tiempos antiguos. En su lugar quedó solamente parte de su bien construido podio, o base.
Entre los muchos elementos arquitectónicos de alta calidad, la mayoría bien decorados, y que fueron dispersados entre las ruinas, destaca un grupo de urnas decoradas, hechas con forma de jarras especiales que fueron usadas para guardar cenizas corporales. Las urnas tenían una tapa triangular y estaban decoradas en los lados.
Desperdigados entre las ruinas, están también los fragmentos de un gran y único sarcófago (de cerca de 2,5 metros de largo), hecho de caliza rojiza. El sarcófago tenía una tapa también triangular. Se ha asumido con seguridad que éste es el sarcófago de Herodes. Aunque aún no se ha encontrado ninguna inscripción en el Herodium, ni en los restos del sarcófago ni de la construcción, puede que sea hallada en el transcurso de las nuevas excavaciones.
Digno de mención es el hecho de que el sarcófago fue roto en cientos de pedazos, sin duda de manera intencionada. Este acto, incluyendo la destrucción del monumento, aparentemente tuvo lugar durante la primera revuelta judía contra los romanos. Los rebeldes eran conocidos por su odio hacia Herodes y hacia todo lo que éste representaba, como un gobernante "marioneta" del poder romano.
La búsqueda de la tumba de Herodes, que comenzó activamente hace treinta años, fue concentrada a mediados del 2006 en el Herodium inferior, en un área que fue, sin lugar a dudas, construida especialmente para el funeral y enterramiento del rey.
Herodes el Grande fue el rey de Judea, asignado a ese cargo por los romanos, desde el año 37 aC hasta el 4 aC, y estuvo involucrado en muchos proyectos de construcción monumentales, incluyendo el complejo en el Herodium, a 15 kilómetros al sur de Jerusalén.
El Herodium es el más destacado entre los proyectos de construcción del rey Herodes. Es el único lugar que lleva su nombre y donde escogió ser sepultado y así ser recordado para siempre, todo esto integrado con un enorme y singular palacio al borde del desierto.
Las excavaciones en las laderas de la montaña, en cuya cima está la famosa estructura que comprende un palacio, una fortaleza y un monumento, comenzaron en agosto del 2006. La expedición, por parte del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, fue conducida por Ehud Netzer, junto con Yaakov Kalman y Roi Porath, con la participación de beduinos locales.
La naturaleza única de estos hallazgos, su peculiar ubicación, así como el registro histórico, no dejan duda alguna de que éste fue el lugar del enterramiento de Herodes.
El mausoleo en sí mismo fue desmantelado casi por completo en tiempos antiguos. En su lugar quedó solamente parte de su bien construido podio, o base.
Entre los muchos elementos arquitectónicos de alta calidad, la mayoría bien decorados, y que fueron dispersados entre las ruinas, destaca un grupo de urnas decoradas, hechas con forma de jarras especiales que fueron usadas para guardar cenizas corporales. Las urnas tenían una tapa triangular y estaban decoradas en los lados.
Desperdigados entre las ruinas, están también los fragmentos de un gran y único sarcófago (de cerca de 2,5 metros de largo), hecho de caliza rojiza. El sarcófago tenía una tapa también triangular. Se ha asumido con seguridad que éste es el sarcófago de Herodes. Aunque aún no se ha encontrado ninguna inscripción en el Herodium, ni en los restos del sarcófago ni de la construcción, puede que sea hallada en el transcurso de las nuevas excavaciones.
Digno de mención es el hecho de que el sarcófago fue roto en cientos de pedazos, sin duda de manera intencionada. Este acto, incluyendo la destrucción del monumento, aparentemente tuvo lugar durante la primera revuelta judía contra los romanos. Los rebeldes eran conocidos por su odio hacia Herodes y hacia todo lo que éste representaba, como un gobernante "marioneta" del poder romano.
La búsqueda de la tumba de Herodes, que comenzó activamente hace treinta años, fue concentrada a mediados del 2006 en el Herodium inferior, en un área que fue, sin lugar a dudas, construida especialmente para el funeral y enterramiento del rey.
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