5 de Julio de 2007.
Las flores evolucionan de una manera predecible para encajar con las partes bucales de aves e insectos polinizadores, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de California, en Davis, y en Santa Bárbara. La investigación se erige, en parte, sobre el trabajo hecho al respecto por Charles Darwin hace más de 140 años.
Algunas flores, todas presentes en el Hemisferio Norte, pero con excepcional diversidad en el oeste de América del Norte, almacenan su néctar en el fondo de un espolón nectario de unos pocos centímetros de largo, cuyas dimensiones pueden variar de manera significativa dependiendo de la especie. Las abejas, los pájaros o ciertas mariposas que las visitan para beber el néctar quedan "empolvados" de polen.
Justen Whittall construyó un árbol genealógico de algunas de las plantas Aquilegia norteamericanas, con la colaboración de Scott Hodges. Encontraron que las flores analizadas evolucionaron repetidamente en una sucesión predecible de espolones nectarios con longitudes que progresaban desde las cortas hacia las medianas, o desde las medianas hacia las largas, sin llegar a acortarse. Esta progresión coincidía con las estructuras bucales cada vez más largas de las abejas, colibríes y mariposas que las visitan.
Casi tres cuartas partes de la variación en las flores se producían con rapidez cuando nuevas especies se formaban, probablemente para aprovecharse de un nuevo polinizador. La variación restante podría haber ocurrido a través de un mecanismo más gradual, como el propuesto por Darwin.
En 1862, Darwin predijo que una orquídea selvática de flor alargada y honda podría ser polinizada por una polilla con una estructura bucal igualmente larga. Tal insecto fue descubierto en 1903, pero no se le observó polinizando a la orquídea hasta 1997.
Tanto Darwin como Alfred Russell Wallace, el otro pionero de la teoría de la evolución, propusieron que flores y polinizadores se comprometen en una carrera evolutiva. Si el espolón floral se vuelve un poco más profundo, los polinizadores tenderán a evolucionar para hacer más largas sus estructuras bucales, y entonces las flores se vuelven un poco más hondas de nuevo, y así sucesivamente en una serie de pasos pequeños y recíprocos. Sin embargo, algunas flores de Aquilegia han evolucionado en un lapso increíblemente breve. Así las cosas, las estructuras bucales de sus polinizadores probablemente ya tenían una longitud óptima para otras flores cuando éstas de Aquilegia aparecieron en la escena. Las plantas, al parecer, tenían que evolucionar rápido para encajar con las estructuras bucales, pero éstas probablemente evolucionaron muy poco.
Los polinizadores de estructuras bucales largas siempre pueden tomar néctar de las flores con espolones nectarios cortos, pero los animales que las tienen cortas no pueden obtener alimento de flores con espolones largos. Esto significa que los cambios en los polinizadores serán generalmente de alargamiento de sus estructuras bucales y que los espolones nectarios se volverán entonces más y más largos durante la evolución.
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