14 de Agosto de 2007.
Las hormonas controlan el crecimiento, el metabolismo, la reproducción, y muchos otros procesos biológicos importantes. En los humanos y todos los demás vertebrados, las señales químicas son producidas por centros especializados del cerebro tales como el hipotálamo, y secretadas al torrente sanguíneo que las distribuye por el cuerpo. Investigadores del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) revelan ahora que el hipotálamo y sus hormonas no son innovaciones propias de los vertebrados, sino que tienen sus raíces evolutivas en antepasados marinos semejantes a gusanos.
Los investigadores han descubierto que los centros cerebrales secretores de hormonas son mucho más antiguos de lo esperado y que probablemente evolucionaron de células multifuncionales del último ancestro común de vertebrados, insectos y gusanos.
Las hormonas tienen efectos principalmente lentos, duraderos y sobre la totalidad del cuerpo. Eso las hace el complemento perfecto para el rápido y preciso sistema nervioso de los vertebrados. También los insectos y los gusanos nemátodos cuentan con la secreción de hormonas para transmitir información, pero los compuestos que utilizan son a menudo muy diferentes de sus homólogos en los vertebrados. Esto hizo creer a los científicos que los centros cerebrales secretores de hormonas habían surgido después de que los vertebrados y los invertebrados se separaron durante la evolución. Pero cuando se descubrieron hormonas de tipo vertebrado en gusanos anélidos y moluscos, surgió la sospecha de que dichos centros podrían ser mucho más antiguos de lo esperado.
Comparando directamente dos tipos de células nerviosas secretoras de hormonas del pez cebra, y del anélido Platynereis dumerilii, un vertebrado y un invertebrado respectivamente, los investigadores encontraron algunas similitudes clarísimas. No sólo ambas clases de célula estaban localizadas en las mismas posiciones de los cerebros en desarrollo de las dos especies, sino que también presentaban el mismo aspecto y compartían la misma composición molecular. Las hormonas secretadas por estos dos tipos de célula sí son diferentes entre sí.
Las similitudes entre las "huellas dactilares" de estos tipos de célula en el pez cebra y el Platynereis son tan grandes que resulta difícil explicarlas como casualidad. Al contrario, indican un origen evolutivo común de las células. Es muy probable que existieran ya en los últimos antepasados comunes de vertebrados, insectos y gusanos.
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