Sábado, 11 agosto 2007 IBLNEWS, AGENCIAS Cuando tan sólo faltaban cuatro días para que las excavadoras empezaran con las obras del puente, el Tribunal Administrativo de Dresde ordenó la paralización del proyecto, poniendo así, al menos de momento, punto final a un sainete que se lleva prolongando más de diez años. "Rhinolophus hipposideros" es el nombre de este pequeño murciélago con hocico de herradura que sin saberlo ha logrado la proeza de convertirse en David que vence a Goliat. El tribunal en cuestión decidió este jueves atender a las razones presentadas por tres asociaciones de protección de la naturaleza que habían presentado un recurso por la vía de urgencia contra el proyecto por considerar que pone en peligro el hábitat de un murciélago que en Alemania está en vías de extinción. Los magistrados alegaron que los peritos no analizaron suficientemente si la construcción del puente supone un riesgo para este animal y se remitieron a un caso similar en la cercana ciudad de Halle, cuyo Tribunal Superior Administrativo detuvo por motivos similares las obras de una carretera. El debate en torno al puente había adquirido dimensiones grotescas. Los acalorados debates habían enfrentado a políticos de un mismo partido y a miembros de una misma familia. Los defensores de la estética y detractores del puente se veían enfrentados al pragmatismo de sus contrarios. Lo que empezó en 1996 con una decisión del consejo municipal acabó convirtiéndose en un vaivén de dimensiones internacionales que implicó incluso a la Unesco. En 2004, Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura había concedido al Valle del Elba en Dresde, con sus prados, parques y espectacular arquitectura, el título de Patrimonio de la Humanidad. Para entonces los planes de construcción ya estaban en marcha y los detractores confiaron en la Unesco para bloquear el proyecto. Sin embargo, la fracción de los pragmáticos no se durmió y ante la posibilidad de que el organismo pudiera plantear reparos alegó que el nuevo puente constituía un "patrimonio cultural de la humanidad en desarrollo". Para afianzar su poder, los defensores del plan organizaron en 2005 y en cooperación con el Club del Automóvil -al que está afiliado prácticamente todo conductor-, un plebiscito entre los ciudadanos de Dresde, que concluyó con un aplastante apoyo de dos terceras partes de la población. Ante semejante voto popular nada parecía poder impedir ya la construcción del puente que, con sus proyectados 120 millones de euros, sería el más caro de la historia de Alemania. La alarma sonó en las lejanas dependencias de la Unesco que, al ver tanta determinación, optó por la carta de la amenaza y en julio del año pasado colocó a Dresde en la "lista roja" de los patrimonios en peligro de perder el título. La situación llevó al municipio a cambiar de opinión y a pronunciarse en contra de la obra, lo que derivó en una pugna con las autoridades comarcales, que no estaban dispuestas a amedrentarse. El pulso acabó ante el Tribunal Constitucional, que dictaminó en favor de los defensores del puente con el argumento de que se debía respetar el voto popular emitido en el plebiscito de 2005. El vaivén, que incluyó la presentación por parte del ayuntamiento de proyectos arquitectónicos alternativos, continuó sin éxito, hasta la irrupción en escena del pequeño y, como dicen los manuales de zoología, "vivaracho" y "simpático" murciélago. Ahora este frágil mamífero deberá demostrar si su peso es determinante para poner final a la historia. De momento, los abogados de los ecologistas buscan prolongar al máximo el procedimiento de evaluación. A su favor juega que en febrero del próximo año vence el carácter vinculante del plebiscito. | ||
© IBLNEWS. New York 2007 |
12 agosto, 2007
Un murciélago consigue lo que no logró la Unesco, bloquear la obra de un puente en Dresde
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario