2 de Agosto de 2007.
El temblor responsable de ella apenas fue percibido por los bañistas. Una marea baja y olas un tanto impetuosas empujadas por el viento ocultaron las señales de aviso del agua en recesión, que anunciaban lo que iba a suceder. Así que cuando la masa de agua llegó a la playa, cogió por sorpresa incluso a los socorristas.
El resultado de esta desafortunada combinación de circunstancias fue un tsunami que golpeó por sorpresa a quienes estaban a su alcance, provocando la muerte de más de 600 personas.
El terremoto de la mañana del 17 de julio del 2006 en Java, Indonesia, de magnitud 7,8, fue de ruptura lenta, por lo que no produjo fuertes estremecimientos del terreno en Java que pudieran alertar a las personas en la playa. Ello impidió que se diera la voz de alarma sobre el tsunami, que llegó a la costa unas decenas de minutos después del terremoto. Afortunadamente, el siniestro tuvo lugar un lunes. Si las olas hubieran golpeado la costa el día anterior, que había sido un importante día festivo nacional, la popular playa habría estado mucho más abarrotada, y el número de fallecidos habría sido mucho mayor.
Hermann Fritz, del Instituto Tecnológico de Georgia, Estados Unidos, uno de los autores del nuevo estudio sobre el tsunami del 17 de julio de 2006, dirigió un equipo de inspección en Java una semana después de la desgracia. El equipo, que incluyó a científicos de cinco países, entrevistó a supervivientes y estudió las evidencias sobre el terreno. Más allá de la naturaleza silenciosa de la catástrofe, descubrieron evidencias de una ola de 21 metros de altura que golpeó una porción de la línea costera cercana a la isla de Nusa Kambangan, lo que indica un segundo evento que pudo haberse añadido a la severidad del desastre.
En cualquier parte a lo largo de los 300 kilómetros de la línea costera estudiados por el equipo internacional, las olas de la catástrofe alcanzaron por regla general entre cinco y siete metros de altura.
Todo indica que hubo una combinación de tsunami tectónico y un desprendimiento submarino o el colapso de un cañón submarino provocado por el terremoto.
La altura máxima del agua fue inusualmente alta en una porción de la costa, demasiado para un terremoto de magnitud 7,8. La única explicación que los científicos pueden imaginar es que un movimiento de masa submarina provocado por el terremoto pudo añadirse a los efectos de este sísmo.
Para las personas que viven en las áreas sísmicamente activas, como es el caso de Indonesia, un sísmo suele aportar el primer aviso de un posible tsunami. Ya sea provocado por un terremoto, o por un desprendimiento submarino de tierras, el primer signo visible de un tsunami que se acerca acostumbra a ser la rápida retirada de las aguas, lo que expone a la vista el fondo marino o los arrecifes coralinos. Cuando esto ocurre, la primera ola del tsunami no tarda mucho en llegar.
En el tsunami de Java en julio del 2006, los socorristas que estaban de guardia en la playa no se percataron de esta retirada porque el agua ya estaba en recesión de manera natural a causa de una marea baja normal, a lo que se sumó la presencia de olas relativamente grandes, producidas por el viento. La ironía es que muchos de los socorristas sobrevivieron porque sus puestos de vigilancia son altas estructuras de hormigón elevadas a más de cuatro metros sobre el nivel del mar, por lo que apenas "se mojaron los pies". Los investigadores entrevistaron a uno de ellos, y fue muy dramático. Su trabajo era cuidar de los bañistas, y lo que sucedió fue muy duro para él.
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