Es bien conocido que el cerebro de los niños tiene una notable capacidad para el cambio, pero hay una fuerte controversia sobre hasta qué punto tal plasticidad existe en el cerebro humano adulto, particularmente en la parte responsable de la visión. Ahora, un equipo de científicos ofrece evidencias de que la corteza visual de los adultos (el área del cerebro que recibe las imágenes de los ojos) sí tiene la capacidad de reorganizarse. Es más, esa reorganización afecta a la percepción visual.
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Los autores, de la Universidad Johns Hopkins, del MIT y de la Universidad de California en Irvine, no sólo creen que este trabajo puede ayudar a entender cómo ven las personas, sino también en el diseño de futuras intervenciones médicas.
En un esfuerzo para aprender más sobre la plasticidad cortical, el equipo de la investigación estudió a un individuo, "BL", que había sufrido un infarto cerebral seis meses antes. El derrame cerebral de BL dañó las fibras que transmiten la información desde los ojos a la corteza visual, aunque la corteza en sí permaneció ilesa. La lesión cortó la entrada del campo visual superior izquierdo a la región correspondiente de la corteza visual. Como su cerebro no recibía la información de la parte superior izquierda del campo visual, BL era ciego en esa área: no podía ver nada por encima y a la izquierda del punto central donde sus ojos estuvieran enfocados.
Los investigadores descubrieron que la parte de la corteza visual que ya no estaba recibiendo información, asumió nuevas propiedades funcionales, y BL ve de modo diferente como consecuencia de esa reorganización cortical.
BL informó que las cosas "parecían torcidas" en la parte más baja de su campo visual izquierdo, directamente debajo del área ciega. Al parecer, esas distorsiones son el resultado de la reorganización de la corteza visual que estaba privada ahora de la entrada de señales sensoriales normales.
En las pruebas, el paciente percibió una forma cuadrada justo debajo de su área ciega como un rectángulo que se extendía hacia arriba en el área ciega. Igualmente, vio los triángulos como "parecidos a lápices" y los círculos como "similares a puros".
Los estudios subsiguientes mediante resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI) confirmaron que la corteza visual privada de estímulos (en el campo visual superior izquierdo de BL) estaba respondiendo a la información que provenía de la parte inferior izquierda del campo visual. El área privada de estímulos estaba asumiendo nuevas propiedades, una demostración de plasticidad, y produciendo las distorsiones visuales.
Antes de esto, los científicos no tenían ninguna idea de si una célula privada de información, simplemente se marchitaría y moriría, o haría otra cosa. Ahora saben que lo que hace es adaptarse. La adaptación en este caso resulta ser desafortunada para BL, quien está padeciendo dificultades de visión adicionales por culpa de esas distorsiones. Pero lo que esto revela sobre el cerebro es una buena noticia, porque, aunque el descubrimiento no conducirá inmediatamente a tratamientos, en el futuro los científicos deben poder encontrar formas de utilizar esta capacidad de adaptación para contribuir a desarrollar terapias de ayuda destinadas a quienes han sufrido derrames u otras lesiones cerebrales, o para las personas con ciertas afecciones oculares como la degeneración macular.
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