La cumbre Rusia-UE fracasa y sólo logra acuerdos de escasa importancia
ANDREU MISSÉ (ENVIADO ESPECIAL) - Mafra - 27/10/2007
Vladímir Putin volvió ayer a marcar la agenda de las relaciones de la UE con Rusia. El presidente ruso acaparó de nuevo el protagonismo de la cumbre UE-Rusia al comparar los planes de EE UU de instalar su escudo antimisiles en la frontera rusa con la crisis de los misiles de Cuba en 1962, que puso al mundo al borde una guerra nuclear.
Fue su regalo de despedida. En su última cumbre como presidente, Putin, que había mantenido un tono más "distendido", según coincidieron altos funcionarios de la UE, volvió a sembrar el desconcierto al expresar las inquietudes de su país sobre las instalaciones de elementos del escudo antimisiles en Polonia y República Checa, en la conferencia de prensa posterior a la reunión.
"Acciones similares desarrolladas por la URSS cuando desplegaron los cohetes en Cuba provocaron la crisis de los misiles", recordó el líder ruso.
"Para nosotros", añadió, "al crearse estas amenazas en las fronteras de nuestro país, la situación es muy similar". Putin reconoció, sin embargo, que la situación actual no era la misma y calificó al presidente de Estados Unidos, George Bush, de "amigo personal". Pero insistió en que había que encontrar una solución a esta "amenaza".
La 20ª cumbre entre la UE y Rusia, celebrada ayer en el soberbio palacio de Mafra, a unos 40 kilómetros al norte de Lisboa, no logró desatascar ninguno de los grandes contenciosos que enfrenta a ambos bloques. El aspecto más positivo fueron las buenas palabras de los líderes, pero los resultados han sido mínimos. Entre estos destaca el compromiso de Rusia de invitar a observadores de la OSCE para las próximas elecciones legislativas en Rusia, según anunció el anfitrión del encuentro, el primer ministro de Portugal, José Sócrates.
Sobre los conflictos de fondo -Kosovo e Irán-, Putin estuvo constructivo. El líder ruso cree que todavía había tiempo para que la troika (EE UU, Rusia y la UE) alcancen un acuerdo antes del 10 de diciembre sobre Kosovo. En relación con Irán, el Alto Representante de la Unión, Javier Solana, manifestó que "seguían las negociaciones", y que la próxima ronda "será a finales de noviembre".
Las negociaciones para un nuevo Acuerdo de Asociación y Cooperación (AAC) entre Rusia y la UE quedan para el futuro. El AAC, que se firmó en 1994 y entró en vigor en 1997, concluye su vigencia a finales del próximo mes. Preventivamente se ha prorrogado durante un año, pero los planes de la UE para dotarle de una mayor profundidad y amplitud, incluyendo nuevos aspectos relacionados con la energía y comercio (Rusia es ya el tercer socio comercial de la UE), están paralizados desde hace más de un año por el veto de Polonia.
Sobre el mismo, Vladímir Putin se limitó a decir: "Esperamos poder reanudar pronto las negociaciones".
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