Domingo, 10 junio 2007 IBLNEWS, AGENCIAS La selección de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo, que promueve el suizo Bernard Webe, es sólo "una actividad discriminatoria que fomenta la competición y la desigualdad", advirtió hoy el director de la zona arqueológica mexicana de Chichén Itzá, Eduardo Pérez. Esta ciudad maya, en el estado de Yucatán (sureste), es una de las candidatas para la lista de las Siete Nuevas Maravillas que se dará a conocer el próximo 7 de julio, en Lisboa, cuando se revele el resultado de una consulta mundial por Internet. Entre los vestigios que compiten por esta clasificación figuran la Alhambra de Granada, la Acrópolis de Atenas y la ciudad inca de Machu Picchu en Perú. La única de las Siete Maravillas de la Antigüedad aún en pie, las Pirámides de Giza, no forma parte de la encuesta por expreso deseo de las autoridades egipcias. El arqueólogo Eduardo Pérez dijo en una entrevista con Efe que la selección de las Siete Nuevas Maravillas comenzó como un simple concurso de Internet pero fue adquiriendo "una fuerza mediática muy grande", porque las autoridades de turismo de los países candidatos "se dieron cuenta de la capacidad que tiene este fenómeno para promocionar el turismo". El centro arqueológico de Chichén Itzá, la capital más sobresaliente de los mayas a finales del período clásico (750 a 1200 d.c.), fue declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en 1988. "A diferencia de este concurso, la declaración de la Unesco no es sólo un reconocimiento, sino también un compromiso de la nación para proteger esta zona de monumentos", destacó el experto. El modelo de Patrimonio Mundial "busca reconocer los valores de igualdad en la diversidad, los valores universales del ser humano, el respeto, el entendimiento", explicó. Por el contrario, a su juicio, "todo concurso es una actividad discriminatoria que fomenta la competición y la desigualdad". Para el especialista, Chichén Itzá es una fuente de datos de valor incalculable para el conocimiento del pasado prehispánico, y su belleza espectacular y singularidad la convierten en un referente y un símbolo de identidad para todos los mexicanos. Pérez lamentó además que la imagen del Castillo de Kukulcán, considerado un centro sagrado de los indígenas mayas en Chichén Itzá, "se banalice" a través de una campaña publicitaria de Coca-Cola. La empresa de refrescos promociona, con la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la candidatura del sitio arqueológico en veinte millones de latas con la leyenda "vota por Chichén Itzá" y una foto del castillo. A esta zona arqueológica llegan cada año más de un millón de personas, y si se rebasa esta cifra los turistas podrían dañar las construcciones mayas y el índice de satisfacción del visitante disminuiría, advirtió Pérez. Por esta razón la dirección del parque está planeando junto con las autoridades turísticas de Yucatán un programa que diversifique la visita hacia otras ciudades prehispánicas. El estado de Yucatán cuenta con veinte sitios arqueológicos abiertos al público y "no necesariamente todo el mundo tiene que venir a Chichén Itzá", opinó Pérez, y recordó que en este área de México existen ciudades mayas "impresionantes" como Uxmal, Ek Balan y Kabah. Chichén-Itzá, que en lengua maya significa "a la orilla del pozo de los itzáes", fue uno de los centros políticos, comerciales y religiosos más importantes de la zona maya del período clásico, pero decayó tras el surgimiento de Mayapán como nuevo centro de poder en Yucatán. | |
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10 junio, 2007
La elección de las Nuevas Maravillas del Mundo fomenta la discriminación, dice arqueólogo
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